Usted está aquí: domingo 17 de julio de 2005 Política Festejan toda la noche el fin de la alerta roja

Anuncian que ahora las bases vigilarán el trabajo de las JBG

Festejan toda la noche el fin de la alerta roja

Los zapatistas adelantan que como parte de la nueva fase de lucha llevarán su mensaje a otros grupos en condiciones vulnerables

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen La comunidad zapatista La Garrucha celebr�sta las primeras horas de este s�do la reapertura de su caracol. Imagen de archivo FOTO La Jornada Foto: La Jornada

La Garrucha, Chis., 16 de julio. Anoche, en el caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, sólo había dos maneras de interrumpir el baile: otro aguacero, o la enérgica aparición de la junta de buen gobierno (JBG) Camino del futuro para dirigir "unas sencillas y breves palabras" a las bases de apoyo del EZLN y a la sociedad civil. ''El motivo de nuestra fiesta es por el fin de la alerta roja, porque habíamos cerrado nuestras oficinas para prevenir cualquier intento del gobierno por atacar a nuestros hermanos mientras hacíamos nuestra consulta".

Hacia la medianoche, "la compañera Carla'' tomó el micrófono de los músicos para hablar en nombre de la JBG, y se refirió al resultado de la consulta, donde los pueblos zapatistas decidieron "formar una coalición de organizaciones nacional e internacional".

A partir de hoy, agregó, "en los caracoles las bases de apoyo vigilarán para que el gobierno autónomo cumpla. En 12 años hemos avanzado en nuestra organización. Hemos madurado. También hemos dialogado con el gobierno. Por eso alcanzamos los acuerdos de San Andrés".

Ante un millar de indígenas, un poco iluminados por focos dispersos, la junta zapatista dijo que, pese a los esfuerzos de los pueblos, ''los patrones y los poderosos mataron el diálogo''. Carla, madre de familia y ahora gobernante zapatista, señaló que, como producto de la consulta y los cambios de su organización, los zapatistas llevarán su palabra a distintas partes de ahora en adelante.

''Saldremos a platicar con todos los sectores desprotegidos y explotados. Con ellos vamos exigir el cumplimiento de los 13 puntos que dieron origen a nuestra lucha.''

Advirtió: ''No nos importan las consecuencias de lo que pase por nuestras nuevas acciones. Juntos tendremos la fuerza''.

Enseguida tomó la palabra ''el compañero Gustavo'' y repitió el mensaje en tzeltal, en términos más floridos y detallados, haciendo referencia a la traición de los tres poderes de la Unión y los partidos políticos, y al recorrido que efectuarán próximamente los zapatistas por los diferentes estados de la República.

Otro miembro de la JBG, de muy buen humor, con esa ironía tan tzeltal, dijo para terminar el brevísimo acto político: ''Ahora que ya están enterados por qué es la fiesta, vamos a celebrar hasta que el cuerpo aguante, que yo creo que es hasta el amanecer''.

Tal cual. Las cumbias duraron la noche entera, lo mismo que parejas que las bailaran, y cuando ya aclaraba, casi sin solución de continuidad, se echaron a andar los motores de los primeros camiones. Y del baile a la redila, sin dormir, centenares de indígenas cogieron los caminos de la selva.

Imperceptiblemente, como por arte de magia, se levantaron los ''techos'' del improvisado campamento, y al salir el sol ya sólo quedaban algunas estacas en el lodo y los últimos grupos de familias y jóvenes que acudieron a la reapertura de su caracol, esperando la salida de sus carros.

Simultáneamente, empiezan a llegar los grupos de sociedad civil interesados en los proyectos de los municipios autónomos, y los primeros campamentistas. Uno de ellos comentó anoche, cuando la fiesta llevaba muchas horas y aún no tenía para cuándo acabar: ''No me quiero imaginar una fiesta de este tipo, con música y alegría, y además que todos estuvieran bebiendo alcohol. Sería completamente distinta''.

Para empezar, nadie hubiera llegado vivo a la aurora. Y estos zapatistas se amanecieron todos, listos para retornar a sus comunidades en las demás cañadas de aquí a Montes Azules, algunas a más de siete horas de viaje. Unos en carro, otros caminando montaña.

Cuando Carla mencionaba en su discurso la posibilidad de ser atacados, y reiteraba lo dicho en los comunicados recientes de CCRI-CG del EZLN, acerca de los riesgos que significa esta nueva etapa de la lucha zapatista, no decía palabras sólo por decirlas. De acuerdo con una abrumadora cantidad de testimonios directos que ha recogido La Jornada en días recientes, todo indica que se cierne sobre diversas regiones indígenas del Chiapas rebelde un nuevo fantasma de contrainsurgencia paramilitar (directamente vinculado a la estructura del PRI), que en algunas partes de las cañadas y la zona norte ya amenaza de manera explícita a las comunidades rebeldes.

Resulta notable que festejen hoy sus estructuras de gobierno, con evidente alegría, comunidades indígenas que, tras muchos años de luchar, ven que la lucha todavía sigue. ''Y falta un chingo'', expresó anoche un indígena que comentaba el tema. Para colmo, lo decía riendo.

 
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