El proyecto se basa en difundir la idea de que las plantas no son rentables: especialista
En marcha desde hace 10 años, estrategia para desmantelar el sector petroquímico
Pese a la apertura, la IP no ha canalizado los recursos que estimaba el gobierno federal
En su afán por desmantelar el sector petroquímico paraestatal, el gobierno puso en marcha hace casi una década una estrategia de cierre de plantas fundamentada en el mito de que no eran rentables. Sin embargo, las plantas de Petróleos Mexicanos (Pemex) que producen amoniaco y aromáticos tienen consumos energéticos ligeramente mayores a las que construyen con tecnologías más recientes, pero con inversiones mínimas pueden operar en condiciones competitivas, similares a las mejores del mundo.
Lo anterior lo plantea un amplio análisis sobre el comportamiento de la industria petroquímica nacional y de los diversos intentos fallidos por privatizar una de las industrias más rentables del sector energético.
El estudio, elaborado por Felipe Ocampo Torrea, ingeniero químico, perito en petróleo y petroquímica y asesor de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, destaca que, pese a la apertura a la inversión privada en petroquímica no básica, el sector privado no ha realizado inversiones en la medida esperada. La realidad es que no ha invertido y, peor aún, dejó de hacerlo cuando Pemex no canalizó recursos.
Con base en cifras oficiales e información contenida en las memorias de labores de Pemex de los últimos 45 años, el experto realiza una radiografía de la industria petroquímica nacional desde prácticamente su nacimiento, en 1959, hasta la convocatoria para la construcción del proyecto Fénix, en 2004.
El autor da cuenta de que en el año de 1991, el plan de negocios de Pemex-Petroquímica, elaborado con la participación de consultores extranjeros, las plantas de amoniaco de Cosoleacaque tenían consumos energéticos inferiores al promedio de las instaladas en la costa norte del Golfo de México. Esto indica claramente que no sólo no están mal, sino que por tecnología pueden competir ventajosamente con otras del mundo.
Lo objetable es que la paraestal desmantele su capacidad productiva para construir un espacio para plantas nuevas, en las que participara solamente como socio minoritario. "También es objetable que dentro de Pemex se promueva que las plantas del proyecto Fénix tengan precios de compra de materia prima inferiores a sus similares de Pemex."
Felipe Ocampo, quien también es integrante de la organización Ingenieros Petroleros Constitución de 1917, aseguró que Pemex redujo artificialmente su producción de polietileno y aromáticos en las plantas de Escolin, en Poza Rica, y la Cangrejera, respectivamente.
Explicó que en Escolin las plantas están paradas o en baja capacidad de producción por falta de etileno, aunque se exporta, el cual se adquiere nuevamente en forma de polietileno. La producción de polietileno no es suficiente para cubrir la demanda nacional, y por tanto debe importarse, pero se desperdicia capacidad instalada en Escolin.
En el caso de los aromáticos, en la Cangrejera la situación es semejante. Con varios pretextos, entre ellos la falta de materia prima, se reduce la producción, y por algunos años la de paraxileno ha sido nula. Se argumenta falta de materia prima, pero se exporta crudo Olmeca, que la contiene en abundancia y de buena calidad.
Por el contrario, la planta que suministra materia prima, la despuntadora de Cangrejera, en vez de procesar crudo Olmeca, se opera crudo Maya, que contiene menor porcentaje de naftas aptas para servir de materia prima para la producción de aromáticos.