Investigaciones a Creel y los hijos de Marta Sahagún, factores de desestabilización
Dudan de la capacidad de Fox para conducir una transición estable
Analistas de Economist Intelligence Unit señalan que López Obrador deberá asumir una postura más de centro y moderar sus discursos para aspirar a ocupar la Presidencia
Las investigaciones por presunto tráfico de influencias contra los hijos de Marta Sahagún, esposa del presidente Vicente Fox, y contra el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, por supuestas irregularidades en el otorgamiento de permisos para la instalación de casas de juego, han atraído la atención de analistas extranjeros.
Desde Londres, Economist Intelligence Unit (EIU) prevé que en los próximos meses estas pesquisas agravarán las tensiones dentro del Partido Acción Nacional (PAN), lo que confirma el pronóstico de un ambiente "hostil" en 2006.
Asimismo, advierten que existen dudas sobre la capacidad del gobierno federal para conducir la transición el próximo año y señalan que unas votaciones cerradas podrían derivar en una "crisis institucional".
EIU señala que la decepción generalizada con el gobierno de Vicente Fox, las sospechas que pesan sobre los hijos de Marta Sahagún y Santiago Creel, y el temor de que otro gobierno panista signifique seis años más de estancamiento legislativo serán los principales obstáculos para que el PAN siga en Los Pinos.
Aunque Creel aún es visto como el precandidato con más posibilidades y el favorito de Fox, su relación con un gobierno percibido como deficiente, y en particular su participación en el proceso de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador podrían socavar sus aspiraciones.
Las acusaciones contra Santiago Creel desataron una tormenta dentro del PAN. Felipe Calderón, otro de los precandidatos, y el líder panista, Manuel Espino Barrientos, exigieron una investigación a fondo sobre los permisos otorgados, entre otras, a una filial de Grupo Televisa, el principal consorcio de medios electrónicos del país.
El comité que investiga al ex funcionario deberá presentar sus conclusiones a más tardar el 30 de abril de 2006, dos meses antes de la elección.
Mientras, el ex secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alberto Cárdenas Jiménez, ya empieza a ser percibido como la segunda opción de Vicente Fox. Si Creel sigue cayendo en las encuestas o si crece el escándalo provocado por el otorgamiento de permisos para casas de juego, la directiva panista optaría por apoyar a Cárdenas Jiménez, quien ya tiene el respaldo de un grupo de empresarios encabezados por Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo.
El debilitamiento del PAN convertiría la elección de 2006 en una lucha entre el perredista Andrés Manuel López Obrador y el priísta Roberto Madrazo. A pesar de que el jefe del Gobierno del Distrito Federal aventaja en las encuestas, hasta ahora sólo puede contar con un tercio del electorado; en cambio, tiene en contra la relativa debilidad de su partido y el hecho de que sus opositores intentarán explotar el temor al populismo y a la inestabilidad. Una vez superado el obstáculo del desafuero, López Obrador tendrá que buscar apoyo de electores ajenos al PRD para ganar la Presidencia.
López Obrador y el PRD se han manifestado en contra de la política neoliberal y en favor de una mayor participación del Estado en la creación de empleo, la reactivación del campo y en combate a la desigualdad. Sin embargo, señala EIU, el tabasqueño tendrá que asumir una postura más de centro y moderar el tono de su discurso si desea atraer más votos.
El margen de maniobra de un gobierno perredista estaría limitado por un Congreso dominado por la oposición, la autonomía del Banco de México y la necesidad de conservar la confianza de los inversionistas.
Mientras, a pesar de sus pugnas internas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) parece estar en la mejor posición para ganar la Presidencia debido a que cuenta con una poderosa maquinaria en todo el país, construida durante 71 años en el poder. Además, ha dado señales de que impulsará reformas si gana en 2006, especialmente la fiscal, la energética y la laboral, pero requeriría el apoyo del PAN.
La cooperación entre ambos partidos, como se dio en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo se vislumbra poco factible debido a las pugnas entre ambos institutos a raíz del proceso de desafuero y por las rivalidades que surgirán en las campañas.
Los comicios de 2006 serán la prueba más dura que haya enfrentado el Instituto Federal Electoral (IFE). EIU prevé que el IFE será capaz de conducir el proceso electoral con éxito aun si el margen de victoria es reducido; sin embargo, debido a que se prevé un ambiente de hostilidad previo a los comicios, existe el riesgo de que una contienda cerrada precipite una crisis institucional.
EIU/Redacción: David Zúñiga