Hasta ocho horas tuvieron que esperar los visitantes
Casi 20 mil personas vieron Faraón en sus últimos días
Este fin de semana, el museo trabajó hasta las 12 de la noche
Ampliar la imagen Los asistentes al �o d�de la exposici�ara�uvieron que esperar hasta ocho horas para poder entrar FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz
Como era de esperarse, este fin de semana fueron miles las personas que hicieron fila -entre cinco y ocho horas-, para poder apreciar los dos últimos días de la exposición Faraón: el culto al Sol en el antiguo Egipto, que se exhibió en el Museo Nacional de Antropología.
El sábado se estimó que la visitaron más de 9 mil 500 personas, mientras que este domingo, con base en esa afluencia, se calculó la entrada de más de 10 mil. Algunas, según personal de vigilancia, llegaron desde las dos de la mañana. Para la una de la tarde la extensa fila serpenteaba desde la entrada principal del museo hasta el Deportivo Chapultepec, sobre Mariano Escobedo.
Ese recorrido se realizaba entre seis y siete horas, ya que en el interior, antes de entrar propiamente a la exposición, cerca de mil 500 personas tenían todavía que esperar entre una hora y hora y media más.
Sin importar el número de los que hacían fila, todas las personas formadas hasta las cuatro de la tarde -hora en la que se hizo el corte para acceder a la exposición- tuvieron asegurada su entrada.
Según personal encargado de formar e informar al público, hacer el cierre a esa hora permitiría que las últimas personas formadas "puedan entrar alrededor de las 10 de la noche, para estar saliendo como a las 12, como ocurrió el sábado".
Faraón: el culto al Sol en el antiguo Egipto, estuvo integrada por 152 piezas, las cuales se exhibieron durante 104 días. (La Jornada/16/6/05).
Fue tanto el interés por apreciar tan singulares y milenarias obras que no faltaron los hechos curiosos, comentó Luis Cárcamo, uno de los jóvenes encargados de dar información a la entrada del museo.
El sábado, por ejemplo, cinco chavas no alcanzaron a entrar a la exposición, por lo que resignadas, pero decididas, optaron por levantar, a las puertas del museo una casa de campaña que traían. Para su sorpresa, poco antes de que salieran los últimos visitantes, su empeño fue recompensado, pues al filo de las 23 horas las dejaron pasar.
Otro hecho que se suscitó, todavía más curioso, éste en días pasados, fue el que protagonizó un pequeño de más o menos 10 años, quien "se hizo del baño en una de las salas", no nada más del uno, sino del dos. La cosa es que el chavito no se aguantó. No se bajó los pantalones para hacer del baño, sino que los olorosos trozos los sacó sacudiéndose el pantalón hasta que tocaron suelo. "Ese día se perfumó toda la sala", contó Cárcamo.
Más allá de esas curiosidades, sin duda la muestra Faraón: el culto al Sol en el antiguo Egipto rebasó las expectativas de asistencia; el pasado viernes se estimaba en cerca de 600 mil el número de personas que admiraron la exposición.
En un sondeo realizado por La Jornada a la salida de la misma, los visitantes coincidieron en que "aunque fue muy cansado formarse tanto tiempo, valió la pena la espera, pudimos conocer obras que quizá nunca volvamos a ver y, aunque hay mucha gente dentro, sí se llega a apreciar (la exhibición)".