Dennis desnuda más el rezago eléctrico de Cuba
El meteoro causó severos daños al sector; 4 años de prolongados apagones en la isla
La Habana, 10 de julio. El huracán Dennis sumó nuevos daños a la industria eléctrica, la cual, con sus defectos estructurales, mantiene a los cubanos sumergidos por cuarto año consecutivo en una oleada de prolongados apagones.
El meteoro tiró torres y cables de conducción y dañó el enlace de una línea en la zona central del país, lo que causó que el sistema quedara dividido en dos porciones.
Desde hace más de cuatro meses el presidente Fidel Castro anunció una ambiciosa campaña de ahorro que busca obtener energía suficiente y barata, aunque se mantenga una tecnología obsoleta.
Castro ha explicado su plan en dos rondas de apariciones en televisión. La primera fue en una de las peores temporadas de corte de energía, en septiembre del año pasado. La segunda, entre marzo y mayo últimos, cuando se iniciaba el nuevo ciclo de apagones, que se prolongó hasta irrumpir en la actual temporada vacacional de verano y recibió un impulso con Dennis.
El mandatario reveló que su campaña se contrapone con la línea que mantuvo el sector hasta hace casi un año. En el camino fueron destituidos el ministro de Industria Básica, Marcos Portal, y el director general de la Unión Eléctrica, Juan Antonio Pruna.
"Hay apagones porque esto es una basura completa", dijo Castro en uno de sus alegatos (31 de marzo de 2005) contra el estado de la industria eléctrica y los anteriores dirigentes del ramo, a quienes aludió despectivamente como "los grandes teóricos del sistema", defensores de "dogmas" y de la "mediocridad".
Sólo en una ocasión (28 de septiembre de 2004) el mandatario trazó algunas líneas del debate interno, al defender su decisión de mantener el nivel de inversiones en la Batalla de Ideas (programa de alta prioridad que combina política social y propaganda) contra la opción, que aparentemente alguien propuso, de reducirlo para destinar más recursos a la electricidad.
La nota oficial que consignó la caída de Portal, el 14 de octubre de 2004, añadió algunas pistas a la hipótesis de que tras la crisis eléctrica estaba corriendo una discusión de otras dimensiones.
Ahí se reconocieron méritos al que fuera ministro de la Industria Básica durante 21 años, pero al mismo tiempo se le imputaron "fuertes tendencias hacia la autosuficiencia y a la subestimación de criterios de otros experimentados compañeros".
Se reprochó a Portal haber callado "sobre los riesgos de una crisis, perfectamente prevenible, generada por la suma de diversos factores en la esfera de la generación eléctrica, la cual por su importancia estratégica obligó al país a un urgente y costoso esfuerzo".
Tapar fugas
En su ronda de intervenciones de este año, Castro ha prometido que los apagones cesarán a finales de 2006, cuando el país cuente con una generación combinada suficiente. Poco antes de la entrada de Dennis, el mandatario repitió su oferta: "Que no le quepa duda a nadie".
El presidente sostiene que una solución es el ciclo combinado, la tecnología que emplea el gas acompañante del petróleo y que Cuba opera en sociedad con la empresa canadiense Sherritt.
Pero no queda claro el perfil del futuro de la industria y el eventual uso de herramientas como la inversión en gran escala, propia o extranjera, la migración del petróleo al gas en la generación, la expansión del ciclo combinado o el empleo del abundante gas del Caribe.
Por ahora la industria seguirá funcionando con su vieja planta, en su mayoría montada por las desaparecidas Unión Soviética y Checoslovaquia en los años setenta, cuyos proveedores originales desaparecieron o se privatizaron, como informó el 4 de julio la actual ministra de Industria Básica, Yadira García.
La funcionaria confirmó que la infraestructura obsoleta y desgastada está en parte descontinuada, hay que ordenar por encargo las piezas de repuesto y es un alto riesgo para el sector.
Desde la crisis del año pasado se sabe, además, que el crudo cubano en las generadoras que empleaban regularmente fuel oil soviético hasta 1989, provoca obstrucciones por su alto grado de viscosidad y azufre y obliga a un mayor mantenimiento y, por tanto, más interrupciones del servicio.
En el resto del sistema, el plan, que Castro evalúa en unos 500 millones de dólares, se basa en la reducción de fugas de energía en las viejas y extensas líneas de transmisión, en transformadores y conexiones devastados por décadas de uso y en electrodomésticos antiguos y carentes de refacciones o de factura artesanal.
Al mismo tiempo, la campaña busca aprovechar el máximo de energía generada, reduciendo o eliminando pérdidas, para lo cual hay cuatro caminos: a) la reparación de electrodomésticos y la instalación de postes, transformadores, interruptores y cableado nuevos en todo el país, b) el remplazo masivo de utensilios domésticos y focos, para mejorar la eficiencia, c) la instalación de generadoras portátiles en sitios sensibles, como hospitales, y d) un aumento de tarifas para los segmentos residenciales de mayor consumo.
"Los que no creían en esto son los que estaban dirigiendo la empresa eléctrica", dijo Castro apenas el 31 de marzo último.
Retroceso de una década
De acuerdo con informes de la Unión Eléctrica, el sistema debe funcionar con un mínimo de energía disponible en torno a 60-65 por ciento de la capacidad instalada, que es de 3 mil 200 megavatios.
Esa capacidad es muy similar a la de finales de los años 80, cuando las plantas eran jóvenes, tenían combustible ligero y la energía realmente disponible estaba en 80 por ciento.
El colapso de la Unión Soviética llevó el nivel de electricidad disponible en Cuba a 50 por ciento en los años aciagos de 1993 y 1994.
Los últimos tres años en la década de los 90 fueron de paulatina recuperación, tras las adaptaciones para el uso de crudo cubano y la instalación de nuevas unidades. En 2001 la energía disponible era de 69.5 por ciento.
A partir de ese pico, la historia de los últimos cuatro años en la industria eléctrica cubana está salpicada de averías, contratiempos en el mantenimiento y rachas de apagones, que se resumen así:
- 2002: La termoeléctrica Antonio Guiteras, de tecnología francesa, ubicada en la noroccidental provincia de Matanzas, sale de servicio siete meses, al prolongarse su mantenimiento. La energía disponible cae a 57-58 por ciento.
- 2003: La Guiteras (330 megavatios instalados) sale en marzo a mantenimiento. Cae la disponibilidad a 55 por ciento. La termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, del poblado de Felton, en la nororiental provincia de Holguín (500 megavatios), sufre en noviembre una avería en el transformador principal. Nueva racha de apagones.
- 2004: Un error humano provoca en mayo una grave avería en una turbina en la Guiteras, que sale cinco meses de servicio. Dos huracanes agregan daños a las redes de transmisión y distribución. La disponibilidad energética cae a 50 por ciento, el nivel de 1993-94. Se vive un tenso verano. En el otoño se paran fábricas y hoteles, se limita severamente el consumo eléctrico en entidades oficiales y comerciales, se mantiene el horario de verano y se reduce la jornada escolar y laboral. Por esta causa, sólo la industria del acero paró total o parcialmente 220 días en el año.
- 2005: La termoeléctrica Antonio Maceo, situada en Santiago de Cuba (oriente), de tecnología soviética y 450 megavatios y la de Felton, entran en reparaciones prolongadas. La 10 de Octubre (Nuevitas, Camagüey; oriente), de origen checoslovaco, 425 megavatios, sufre dos averías entre junio y julio. La energía disponible en la primera semana de julio llega a 59 por ciento. El déficit se dispara el sábado 2 y el domingo 3 de julio, cuando la Guiteras sale del servicio 27 horas por descompostura. Ese fin de semana la energía disponible se desploma a sólo 900 megavatios, un nivel que sólo se compara con los peores momentos de los primeros años de la década anterior. Las previsiones de seguridad y las averías causadas por Dennis provocan un apagón nacional, que en parte del país cumplió este domingo 48 horas. La conexión total del sistema se anuncia para finales de la semana próxima.