Los tarahumaras, "nómadas estacionales"
La tribu tarahumara es considerada pueblo "nómada estacional", que pasa las temporadas de frío en el fondo de barrancas y en época de calor habita en la cima de los cerros, donde sus integrantes cultivan maíz, frijol y calabaza, además de criar chivos y borregos que proporcionan no sólo carne y leche, sino que sus heces son aprovechadas como abono para las tierras. Sus conocimientos de herbolaria los hacen reconocer más de 250 plantas comestibles y medicinales.
Los españoles conocieron a los rarámuri a principios del siglo XVII, cuando los conquistadores descubrieron metales preciosos en la sierra de Chihuahua.
Los integrantes de la etnia fueron esclavizados para hacerlos trabajar de mineros y porteadores por los caminos serranos que eran difíciles incluso para caballos, pero lograron huir al inhóspito territorio que hoy es conocido como sierra Tarahumara.
Los rarámuris son bien conocidos a escala internacional debido a su vigor en el correr -no por nada en su idioma, rara significa pie y muri correr-- y por su juego de pelota, que involucra patear una pelota mientras se avanza por el campo o una pista establecida. Existen reportes de cazadores tarahumaras que han perseguido presas durante días enteros, hasta que los animales caen exhaustos.
Según la Dirección General de Culturas Populares de la Secretaría de Educación Pública, alrededor de 122 mil personas pertenecen a la etnia tarahumara.
La base de la cultura rarámuri es la armonía con el medio ambiente y con el resto de la raza humana. Cuando un miembro de la tribu puede hacerlo, ofrece un festín con comida y tesgüino (bebida alcohólica a base de maíz) a cambio de un proyecto comunitario, como la construcción de un granero. Entre los problemas más graves que enfrentan los tarahumaras figuran la erosión y la contaminación del agua, debido a la producción minera y a la devastación forestal de sus tierras.
De la Redacción