Pocas personas conocen la trascendencia de la obra del compositor, lamenta la chelista

Jimena Giménez Cacho rescata seis sonatas de Julián Carrillo

Ha interpretado cuatro de esas piezas; el miércoles 13 realizará el estreno mundial de otra

ANGEL VARGAS

Entre el infortunio y la injusticia, la figura y la obra del compositor y teórico Julián Carrillo se hallan en el olvido de la música y la historia nacionales.

Ello, sin importar que en su época, finales del siglo XIX y primera década de la segunda mitad del XX, haya sido considerado en Europa y Estados Unidos como uno de los más grandes revolucionarios del arte sonoro de todos los tiempos.

Inventor del Sonido 13 y de una nueva escritura musical, el también violinista potosino, en lo que es un hecho poco conocido en el país, fue uno de los principales aspirantes al Premio Nobel de Física en 1950 por un experimento sobre la rectificación de la ley del nodo.

Cierto que en México sus restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres, que existen recintos y salas con su nombre (una de ellas en Radio Universidad) y que en su época su persona suscitó profusas polémicas entre quienes lo admiraban y quienes lo tachaban de pillo y farsante.

Sin embargo, según la chelista Jimena Giménez Cacho, pocas son las personas que en la actualidad conocen de la trascendencia del trabajo de Carrillo, y su amplia obra, integrada por 130 partituras para diversos formatos, prácticamente es inexistente para los ojos de intérpretes e instituciones culturales públicas.

Un hecho más que ilustra claramente ese desinterés o desdén hacia Carrillo por la parte oficial es que ninguna de las instituciones ha efectuado alguna celebración de importancia por las tres efemérides que se cumplen este 2005 en relación con el músico: 130 años de su nacimiento, 40 de su muerte y 110 del descubrimiento del Sonido 13.

De lo que se tiene noticia, lo más que se ha efectuado fue un somero homenaje en el pasado Foro Internacional de Música Manuel Enríquez, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Ante tal situación, Jimena Giménez Cacho emprendió por su cuenta y riesgo el proyecto de recuperar seis sonatas que Julián Carrillo escribió para violonchelo solo y estrenarlas mundialmente, si bien las tres primeras fueron ya grabadas entre 1961 y 1963 en Francia, a instancias del compositor.

Se trata de un acontecimiento musical de relevancia internacional, en el que la intérprete lleva trabajando más de un año y que ha implicado la búsqueda de esos manuscritos en el Archivo Julián Carrillo y el estudio de cada uno de ellos.

Así, en el transcurso de estos meses ha tocado ya la primera, la segunda, la cuarta y la sexta sonatas. Y el próximo 13 de julio hará el estreno mundial de la quinta, con el propósito de conmemorar la fecha exacta del aniversario 110 del Sonido 13.

El concierto tendrá lugar en la cafetería de la Unidad Cultural del Bosque, a las 19 horas, y el programa incluirá además la cuarta sonata de Carrillo y una obra de la propia chelista. La entrada es libre.

Acerca de este sexteto de piezas, Jiménez Cacho comenta en entrevista con La Jornada que las cuatro primeras fueron escritas en 1959 y las dos últimas en 1964, un año antes de la muerte del autor. "Son obras que -define- nos sumergen en estados anímicos muy intensos e interiores, como el miedo, la nostalgia o el misterio".

Todas, explica, están escritas en cuarto de tono y están intituladas como Casi sonatas porque Carrillo utilizó de cierta manera la estructura de tal forma musical, aunque no rigurosamente.

"Todas tienen tres movimientos, también se alternan un movimiento rápido y uno lento, exponen un tema, lo desarrollan y luego lo vuelven a exponer. Pero en algunas, por ejemplo, es muy difícil distinguir dónde está el desarrollo", agrega.

"Hay mucha repetición en el material que emplea entre ellas. La quinta, por ejemplo, es muy insistente, utiliza patrones rítmicos que van subiendo y luego cambia de patrón rítmico y sólo van bajando. En cada una de esas piezas Carrillo utiliza distintos recursos, pero los repite. Sin embargo, es una serie en la que logra verse absolutamente el universo del compositor."

La violonchelista subraya la dificultad técnica que implica abordar este repertorio, desde el hecho mismo de descifrar el manuscrito e interpretarlo correctamente.

"Es una música que no puede enfocarse de manera tradicional, porque es un mundo donde se mueve diferentes ritmos, distintas cuerdas y distintas alturas", señala.

"Lograr el cuarto de tono no es algo sencillo, menos cuando uno como intérprete no está acostumbrado. Hay que empezar por escuchar toda esa gama de tonos que están entre los medios tonos, para lo cual hay que desarrollar un oído diferente. También exige una manera diferente de colocar los dedos sobre el violonchelo, además de que deben utilizarse partes del instrumento que nunca se ocupan e implican mucho trabajo."

Giménez Cacho se fijó como objetivo tocar de manera pública estas seis casi sonatas en el transcurso de 2005. Después del concierto del próximo 13, sólo le faltará por presentar la tercera.

Sus próximas presentaciones, además de las mencionadas, serán el 20 de agosto en la Sala Julián Carrillo de Radio Universidad, y una serie de tres conciertos, los primeros tres días de septiembre, en las salas Manuel Ponce de Bellas Artes, Carlos Chávez y Blas Galindo, respectivamente.

También tiene ya preparado realizar un programa infantil sobre Julián Carrillo y un disco compacto con las seis sonatas, para lo cual presentó su proyecto al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. De igual manera, existen propuestas para que el año entrante ofrezca un ciclo con estas piezas en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.