De la incorporación a la deserción: una accidentada trayectoria
La renuncia de Patricia Olamendi se da luego de que a su paso por la cancillería mantuvo diferencias no sólo con Rubén Aguilar, vocero de la Presidencia de la República, sino también con otros funcionarios. Aspiró a la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores tras la salida de Jorge G. Castañeda y ha sido la responsable de emitir los votos en contra de Cuba en la Comisión Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
Al desmentido que este jueves hizo Rubén Aguilar le precedió el señalamiento, hace unas semanas, cuando Olamendi ofreció una disculpa, luego de que el 13 de mayo el presidente Vicente Fox dijo que los mexicanos en Estados Unidos hacen trabajos que "ni los negros querían hacer", lo cual fue calificado por el vocero como una declaración a "título personal".
Antes tuvo diferencias con el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez, Acuña, tras la detención de altermundistas en la cumbre de hace un año en Guadalajara, y pidió que se investigara si se violaron derechos humanos, ya que organizaciones nacionales e internacionales reclamaban una pesquisa a fondo.
La ahora ex subsecretaría consideraba que el pésimo sistema de justicia en México era el principal reclamo de la comunidad internacional por su falta de confianza para invertir en el país, y consideró que los feminicidios en Ciudad Juárez son un caso emblemático de esta situación y la demostración concreta de que el país no cuenta con leyes correctas.
Su llegada a la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos se dio luego de que Mariclaire Acosta, quien era responsable del área de derechos humanos, fue destituida y se creara una sola subsecretaría en la que fue designada como titular Patricia Olamendi.
Este hecho coincidió con los cuestionamientos de Amnistía Internacional por el incumplimiento de México en la aplicación del respeto a los derechos humanos.
Organizaciones nacionales e internacionales como Amnistía Internacional o Human Rights Wacht consideran incumplida la promesa de este gobierno de respetar los derechos humanos.
A la cancillería llegaron Olamendi y Mariclaire Acosta provenientes de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y de protección a la mujer, lo cual fue considerado, al principio de este sexenio, como una acción "progresista".
Angélica Enciso