Con su cuarteto fantástico, la ofensiva verdeamarelha derrochó efectividad
La magia brasileña gana la Copa Confederaciones; 4-1 a Argentina
Adriano, el mejor jugador del torneo, anotó dos goles; Kaká y Ronaldinho completaron la cuenta
Pablo Aimar hizo el de la honra; a la escuadra albiceleste le faltó delantera
Ampliar la imagen Ronaldinho encabeza la celebraci�e Brasil como campe�e la Copa Confederaciones 2005 FOTO Ap Foto: Ap
Francfort, 29 de junio. Brasil derrochó magia para golear 4-1 a una Argentina insulsa, en la final de la Copa Confederaciones de futbol, jugada en Fráncfort ante 46 mil espectadores.
Con esta victoria, Brasil completó un ciclo notable: es el actual campeón de la Copa América, de la Copa Confederaciones y de la Copa del Mundo.
El cuarteto fantástico en la ofensiva del pentacampeón mundial se mostró impecable y aprovechó sin piedad las carencias argentinas. Los goles fueron de Adriano (elegido el mejor jugador de la Copa), en dos oportunidades, Kaká y Ronaldinho. Pablo Aimar descontó para los argentinos cuando ya todo estaba decidido.
Como una premonición de lo que iba a suceder en la cancha, y cuando ambos equipos habían movido sus piezas de ajedrez, la noche alemana se convirtió en tormenta: los truenos acallaron los pocos tambores que habían pasado los estrictos controles de seguridad y la torrencial lluvia empezó a colarse a cataratas por cada rendija del flamante techado del escenario mundialista Waldstadion.
Adriano abrió el marcador
En la cancha, el que pateó el tablero y descargó la tensión fue Adriano, con una aparición electrizante. Fue a los 11 minutos cuando recibió de Cicinho, entró por derecha a toda marcha apilando a Heinze y a Cambiasso, y con un zurdazo la colgó en la red.
Hasta ese momento Argentina había intentado algo pero no le había salido nada. Cuatro minutos después Juan Román Riquelme apareció por primera vez insinuando una tibia respuesta, pero su derechazo desde fuera del área salió muy desviado como para incomodar al portero Dida.
En contrapartida, en una jugada casi igual, pero en la otra área, Kaká mostró cómo se coloca mejor el balón. Desde fuera del área, tras recibir de Robinho, lo puso muy lejos de las manos del arquero Germán Lux. Era el 2-0 y a Argentina se le amargaba la noche.
Pero para reaccionar, a Argentina le faltaba delantera, Luciano Figueroa y César Delgado no aparecieron y a Riquelme le faltaba un compañero para poder armar algo. El técnico José Pekerman se lo dio en el segundo tiempo, cuando puso a Aimar en vez de Cambiasso.
Para ese entonces el partido ya estaba 3-0. La preparación fue otra vez del lateral Cicinho, que aprovechó todas las ventajas que le ofrecía la banda izquierda argentina, ocupada este miércoles por Placente.
Cicinho hizo apenas empezado el segundo tiempo (minuto 47 de tiempo corrido) una jugada de pizarrón. Escapó por la banda, centro al área buscando a Ronaldinho, quien estuvo atento y con un toque de derecha se adelantó a Coloccini para poner el 3-0.
Faltaba que el último integrante del cuarteto fantástico, Robinho, aportara su gol. Casi lo logra, pero tras un inspirado desborde a los 58 minutos el balón sólo se estrelló en el travesaño.
El elegido para marcar el cuarto y desatar la fiesta fue nuevamente Adriano. Esta vez no fue su inefable zurda, sino un cabezazo, que conectó en una jugada que nació, como siempre, en Cicinho, con un centro cambiado, al 63.
El gol del 4-1 fue de Aimar, a los 65 minutos.
Partido fatal: Pekerman
La derrota "provoca dolor", reconoció el entrenador argentino José Pekerman.
"Hay partido fatales, y éste va a quedar así en la historia", dijo Pekerman en una conferencia de prensa. "Brasil se mostró hoy muy contundente y no se pueden discutir las diferencias", admitió.
Sin embargo, Pekerman no cree que el resultado refleje lo que fue el partido. "Si bien Brasil tuvo a sus jugadores muy encendidos, en muchos momentos el juego fue parejo. Argentina manejó bastante la pelota y tuvimos nuestras chances. Nos faltó la eficacia de otros partidos", indicó.
Pidió "no alarmarse por el resultado, ya que el equipo demostró que es competitivo".
Para Carlos Alberto Parreira, técnico de Brasil, la victoria "fue muy importante por tratarse del rival, pero más importante fue la actitud asumida por el equipo durante todo el encuentro.
"Argentina y Brasil -agregó- son dos equipos muy parejos, pero los dominamos y jugamos mejor desde el primer minuto. Además hoy funcionamos en todos los aspectos, en lo defensivo, en el mediocampo, en las oportunidades de gol que creamos y en la eficacia".
Para Parreira, la mayor satisfacción, aparte del título, es lo alcanzado durante toda la Copa. "A lo largo del torneo logramos todos nuestros objetivos. Primero, incorporar a nuevos jugadores, tener en el plantel a 20, 22 jugadores de nivel, compensar a los que no pudieron estar, llegar a la final y ganarla tras derrotar a selecciones muy importantes, como a Alemania, el dueño de casa, y a Argentina, uno de los mejores del mundo. Por todo eso merecíamos la conquista."
El técnico admitió que esta victoria aumentará el carácter de favorito de Brasil para el Mundial Alemania 2006, y advirtió que esto puede ser un peligro. Cada vez que Brasil llegó como gran favorito a algún torneo fracasó.
Adriano confesó estar "muy contento de haber ganado este trofeo, que para mí es más importante que el de máximo goleador y mejor jugador de la competición".