La Suprema Corte rechaza el último recurso que interpusieron los informadores
Vía libre en EU para que dos reporteros sean obligados a revelar sus fuentes
La implicada Judith Miller, del New York Times, se dice "extremadamente decepcionada"
Ampliar la imagen Los reporteros Judith Miller, del New York Times, y Matthew Cooper, de la revista Time, en imagen de diciembre pasado FOTO Ap Foto: Ap
Washington, 27 de junio. La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos rechazó hoy una apelación de los periodistas Judith Miller, del diario The New York Times, y Matthew Cooper, del semanario Time, con la cual intentaron impedir que un gran jurado federal los obligue a revelar sus fuentes confidenciales sobre un operativo encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
La apelación ante el máximo tribunal era el último recurso de los dos periodistas, luego de que una corte federal de apelaciones confirmó en abril pasado que podrían ser condenados a 18 meses de prisión por negarse a servir como testigos de un delito.
Un gran jurado federal en Washington investiga desde el año pasado la fuente que en 2003 filtró a la prensa el nombre de la espía de la CIA, Valerie Plame. La decisión de la Suprema Corte fue dada a conocer sin mayores detalles sobre el fallo.
El nombre de la agente fue publicado en julio de 2003 por el columnista político Robert Novak, del Chicago Tribune, quien señaló que Miller estaba por difundir el dato en un reportaje en el New York Times, pero la periodista nunca publicó nada al respecto.
En una primera reacción, Miller, de 57 años, dijo estar "extremadamente decepcionada" y señaló que "los periodistas no pueden hacer su trabajo si no prometen a sus fuentes que no serán identificadas".
En un comunicado, el director del NYT, Arthur Sulzberger, afirmó que es "increíble que Judy esté a punto de tener que cumplir una condena en la cárcel por reunir de manera rutinaria informaciones sobre un caso público relevante (y) mantener su palabra ante las fuentes, cuando en sus informaciones ni siquiera mencionó a la agente de la CIA".
El esposo de Plame, Joseph Wilson, quien ocupó un cargo diplomático durante la presidencia de Bill Clinton (1993-2001), sostiene que los responsables de la filtración son funcionarios de la Casa Blanca en la administración de George W. Bush.
Según Wilson, la filtración tuvo el propósito de castigarlo por haber puesto en duda públicamente en julio de 2003 en el Times los argumentos del presidente George W. Bush sobre el supuesto intento de Saddam Hussein por comprar uranio en Níger, antes de la invasión estadunidense a Irak y de su derrocamiento en abril de 2003.
En tanto, Patrick Gray, director en funciones de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) a principios de los años 70 y jefe de Mark Felt, el informante secreto del caso Watergate conocido como Garganta Profunda, dijo haber quedado conmocionado cuando su ex subalterno confirmó haber sido la fuente del periodista del Washington Post Bob Woodward.
En una entrevista difundida en el programa dominical This week, Gray afirmó que en repetidas ocasiones Felt -entonces subdirector de la FBI- negó ser la fuente del reportero. "Fue una enorme sorpresa para mí. No podía haber estado más conmocionado, y más decepcionado, con un hombre en el que había confiado".
La identidad de Felt fue celosamente guardada por Woodward y Carl Bernstein durante más de 30 años, y fue el propio Felt quien reveló recientemente que él era Garganta Profunda.