ASTILLERO
¿Y?
Copulativa e interrogativa
Adelgazante dieta conceptual
AUN CUANDO SE ruborice lo que queda de Provida (reducida casi al grosor de una tanga de hilo), la vigésimo octava letra de nuestro alfabeto, conocida en sociedad como i griega o ye, es una conjunción copulativa (es decir, que sirve para unir palabras o cláusulas gramaticales y no necesariamente para fornicar, cohabitar, aparearse o ayuntar). En ese sentido plenamente copulativo ha sido utilizada de manera esplendorosa por un presidente que si fuera incógnita matemática no sería ye sino equis: "¿Y?", ha preguntado, desafiante, en el programa radiofónico de Joaquín López-Dóriga, el presidente X en espera de que alguien le demuestre que es malo celebrar nacimiento, boda y triunfo electoral con una fiesta dizque cívica de equívocos apresuramientos históricos, que servirá para ayudar a indecisos en Nayarit y el estado de México a enfilar hacia franjas blanquiazules su voto en vías de ser depositado horas después en urnas.
"NO QUIERO SER RETADOR ni irrespetuoso con nadie", ha dicho el siempre amable P-X (mejor conocido como F-o-X), pues "sé que hay elecciones al siguiente día" (de su fiesta personal de promoción del voto, a la que asistirá la suya mamacita del mencionado X). "¿Y?", pregunta señera irónicamente compartida por el disidente Cárdenas que no ve nada de malo en la fiesta de víspera electoral (se habla de Cuauhtémoc, a quien ahora le toca decir sí a al presidente Vicente: di-si-dente, condición de concordia que provisionalmente comparte otro guerrero hoy apaciguado, el mismísimo peje que ya de salida aprueba la aplicación en territorio chilango de la farsa llamada Seguro Popular, que merece más denuncia y combate que aceptación por cálculos electoreros de fin de temporada en el cargo capitalino).
NO DEBE MENOSPRECIARSE la capacidad de achicamiento conceptual que muestra el grandote presidente. Ya en el pasado causó furor con el breviario de filosofía política que dedicó a los dioses del Cerro del Chiquihuite (deidades Azteca y Elektra, desde luego): "¿Y yo por qué?", le preguntó entonces el licenciado Efe O Equis a la nación que preguntaba la causa del amodorramiento oficial frente al embate de los pliegos salinistas contra el Canal 40. Cuatro sílabas confesionales que dijeron más que kilómetros y kilómetros de discursos. Sabiduría condensada en menor espacio que los poemínimos de Efraín Huerta o los haikús que requieren 17 sílabas repartidas en tres versos para dar cuenta de abreviados sentimientos poéticos japoneses.
PERO EL REY DE LOS condensados mentales (el pensamiento de Los Pinos sería más o menos como las sopas Maruchan) ha roto su propio récord y ha llegado al límite ínfimo de una sola letra a la que por razones formales deben agregársele signos de interrogación y comillas al gusto del cliente: "¿Y?" De hecho, el reino entero debería popularizar a partir de ahora la conjunción (¡oh, escandalizado!) copulativa como respuesta a toda queja o reproche. No hay en el mundo problema, crisis, contradicción o reto que sobreviva a una valemadrística i griega en forma de interrogación.
DE HECHO YA ESTAN usando el factor ye todos los aspirantes a declamar el alfabeto político entero frente a posibles votantes. Sigue el escándalo de las concesiones para casinos televisivos a la ene potencia, pero el tahúr pillado con los ases bajo la manga ancha continúa preguntando a todos desde las pantallas agradecidas "¿y?" Similar derroche de dineros oscuros hacen otros aspirantes priístas y panistas, "¿y?" (por cierto, con la fuerza propia de un candidato oficial bis a la sucesión, el Amigo de las Industrias Contaminantes, Alberto Cárdenas Jiménez, ha comenzado su pauta publicitaria en televisión, supuestamente familiar y en busca de la reconciliación nacional).
EL MARTIR DE LOS INSURGENTES, Andén Manuel López Inaugurador, apenas se atreve a bordear algo parecido al reconocimiento de que con el asunto del Metrobús habría tenido un tropiezo, "¿y?" René Bejarano recibe el perdón institucional del amigo agradecido, "¿y?" México cosecha los sembradíos de riegues hechos por el nefasto canciller Derbez al ver que en la reforma de Naciones Unidas se pretende convertir a Brasil en representante de América Latina, pero, aparte del exquisito berrinche del secretario de fracasos exteriores, "¿y?" Marcos y los zapatistas anuncian una nueva iniciativa política, nacional e internacional, "¿y?" ¡Ah, el discreto encanto de una simple conjunción muy copuladora!
ASTILLAS: No debe dejarse de lado la gran responsabilidad de Pablo Salazar Mendiguchía, el desgobernador de Chiapas, en las maniobras de engaño con que se ha pretendido debilitar al movimiento zapatista. Llegado al poder con una notable carga de esperanza, Salazar ha resultado un fiasco, al grado de que aun cuando en ciertos momentos estableció mecanismos informales (pero viables) de comunicación con el EZLN para atender problemas y buscar soluciones, luego prefirió continuar en el camino de la simulación y el desdén, más atento a grillas y vanidades personales como, la más reciente, la posibilidad de seguir sirviendo de tapete a Vicente Fox, pero en la Secretaría de Gobernación, a la que finalmente, como es sabido, no arribó... Para llorar. Siguen las ocurrencias políticas de míster Dos de Jugo: ayer propuso a los tucomes y a los panistas que buscan la candidatura presidencial que se unan para apoyar las ya míticas reformas estratégicas que Vicente Fox siempre soñó, pero la realidad igualmente siempre le negó. A eso se le llama "estadista visionario", aunque no parecen compartir este criterio Kevin Sullivan y Mary Jordan, que ayer publicaron en The Washington Post un largo recuento del fracaso foxista... El gobierno de San Luis Potosí encontró una exitosa manera de combatir a sus opositores: ¡un libelo firmado por una tal Araña! Así se denigra a diputados perredistas, independientes líderes sindicales de burócratas y a periodistas de La Jornada San Luis. ¡Felicidades, Marcelo clandestino!... ¡hasta mañana!
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