Usted está aquí: lunes 27 de junio de 2005 Estados Ausentes, los presidenciables, en el mitin final de Rubén Mendoza

En su discurso de ayer se lanzó contra todo y contra todos

Ausentes, los presidenciables, en el mitin final de Rubén Mendoza

A Peña lo llamó corrupto y pidió no hacer caso a periódicos

ISRAEL DAVILA Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL Y ENVIADO

Ampliar la imagen Rub�Mendoza Ayala, candidato del PAN, reuni�er al menos 10 mil simpatizantes en Toluca FOTO Agencia Mvt Foto: Agencia Mvt

Toluca, Méx, 26 de junio. Al mitin no llegaron la mayoría de los presidenciables. Tampoco Martha Sahagún lo acompañó en el cierre de campaña más importante por el impacto político; ni siquiera Dante Delgado, dirigente de Convergencia -partido aliado- respaldó el mitin final. Acaso 10 mil panistas escucharon, en el ocaso de la campaña, a su candidato Rubén Mendoza Ayala lanzar un discurso estridente contra todo y contra todos.

"Corrupto y sin escrúpulos que hoy pretende burlar y comprar el voto", llamó a su contrincante priísta, Enrique Peña Nieto; atribuyó una retahíla de fracasos al gobernador Arturo Montiel Rojas. "Estamos enfrentándonos a los estertores del dinosaurio", resumió antes de arremeter contra la que identifica como campaña mediática, las encuestas: "no hagan caso a los periódicos ni a la televisión", recomendó a su público.

No bien terminó el mitin cuando los dirigentes panistas nacional y estatal, Manuel Espino Barrientos y Francisco Gárate Chapa, respectivamente, salieron a enmendar el discurso del candidato contra la prensa: "todos conocemos a esos medios, ésos que estuvieron al servicio del gobernador", puntualizó Espino; "ustedes saben que en los discursos se cuatrapean algunas frases, Rubén se refirió a algunas encuestas realizadas sin metodología y que no reflejan la realidad".

A la Plaza de los Mártires llegaron 8 mil personas. La artífice de la movilización fue Trinidad Franco Arpero, una ex dirigente magisterial resentida con el PRI, de donde salió junto con el ex líder, Isidro Pastor. Entre esas 8 mil almas estaba solamente un presidenciable: Felipe Calderón, presentado como "el próximo Presidente de la República".

-¿Por qué no vinieron los demás presidenciables? -se le preguntó a Espino.

-Los liderazgos que querían que Rubén ganara estaban aquí; el partido está unido.

Unido, dijo el dirigente, pero no llegaron Santiago Creel, Alberto Cárdenas ni Francisco Barrio -ausente en todo acto masivo durante la campaña de Mendoza Ayala-, como tampoco lo hizo la esposa del Presidente, quien sí llegó al arranque de la carrera por la gubernatura.

Gárate Chapa dio otra versión: "He evitado al máximo que los presidenciables estén aquí, para que la gente esté concentrada en el proceso de gobernador".

-¿Pero por qué sí estuvo Calderón?

-Con él ya no pude.

Desde el templete y con el espacio abierto por sus contendientes internos, Calderón lanzó arengas en las que vaticinó que trabajaría junto con Mendoza Ayala "él como gobernador y yo como Presidente de la República; con Rubén vamos a trabajar codo a codo".

Más de una hora de discursos que culminaron con la intervención de Mendoza Ayala. Bendición de por medio de su madre, Nora Berta Ayala de Mendoza, aquella de los 4 millones de pesos de sueldo como titular del DIF en Tlanepantla.

De entrada habló de lanzar a "esta pandillita (el gobierno encabezado por Montiel Rojas) adonde se merece, porque el estado de México no es un negocio". Con la sombra del discurso del priísta Peña Nieto como referencia, Mendoza Ayala arengó a sus simpatizantes, en referencia al abanderado priísta: "tú siembras deshonestidad, siembras hipocresía y el pasado al cual nos negamos a retornar".

Adelantó que en el cierre de las campañas "estos infames intentarán a través de los medios que no podremos cambiar México, y que tendremos que soportar corrupción; intentarán desacreditar e intensificarán su campaña derrochadora". Dijo haber hecho ya su trabajo, y que ahora corresponde a los votantes "no dejarse llevar por la campaña mediática y de derroche que oculta intereses".

Ya en medio de la prédica contra el priísmo, el candidato lanzó: "nos enfrentamos a los estertores del dinosaurio; vemos en éste que va a querer alterar los resultados de la elección, por eso cuidemos las urnas, vigilemos voto por voto".

Luego contó sus promesas de lo que dijo haber soñado: "un Nezahualcóyotl con drenaje; un río de La Compañía, en Chalco, entubado; aulas con computadoras; clínicas con medicinas y médicos; un campo regodeado (sic) de belleza".

Más adelante dio gracias en un lenguaje que sólo los enterados de las pugnas panistas entendieron: "gracias, Manuel, tú fuiste el artífice de que yo fuera candidato, porque su fe, su entereza, y nunca perdió la fe en mí, me echó la mano".

Eran evocaciones al complicado arranque de la campaña, cuando se anularon las elecciones internas de las que finalmente se ratificó triunfador a Mendoza Ayala por disposición de la dirigencia nacional albiazul.

La tónica del discurso no sería diferente a la de Espino. "¿Dónde quieren los mexiquenses a (Arturo) Montiel? Hay quienes dicen que lo quieren en Almoloya (el penal de alta seguridad ubicado en ese municipio); otros lo quieren en París (adonde se rumora que el mandatario viaja frecuentemente) y otros en la casa de su mamá, no sé si la tenga todavía, dicho sea con todo respeto. Donde sea, menos en el estado de México".

 
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