Usted está aquí: lunes 27 de junio de 2005 Opinión DESDE EL OTRO LADO

DESDE EL OTRO LADO

Arturo Balderas Rodríguez

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LA CORPORACION PUBLICA de Radio y Televisión (CPB) fue creada como órgano privado por el Congreso de estadunidense en 1967 durante el gobierno demócrata del presidente Lyndon Johnson, "para promover la radio y la televisión de carácter público con fines educativos y culturales". En el decreto que además la dota de fondos, se consideró que "su desarrollo concierne también al gobierno federal" y que los servicios públicos de telecomunicación "constituyen un recurso importante para atender asuntos de interés nacional y de la comunidad" que los medios comerciales ignoran.

PARA LA OPERACION de sus más de mil filiales la CPB recibe una parte sustancial de su presupuesto de parte del Estado, y lo complementa con aportaciones de sus telespectadores y radioescuchas. Fiel a los propósitos que inspiraron su creación, la objetividad con la que se confecciona la mayor parte de su programación, alejada de dogmas y posiciones partidistas, suele incomodar a los extremos del espectro político. Trátese de programas educativos, informativos o de entretenimiento, es una opción a la seudoeducación y estulticia que por entretenimiento se ofrece en buena parte de la programación en medios comerciales y, desde luego, a la casi siempre sesgada información de sus noticiarios.

LA CRITICA A la guerra en Irak, la cercanía del gobierno actual con la Iglesia o el libre albedrío que la mujer debe tener para decidir sobre su reproducción, suele incomodar a los sectores más conservadores de la sociedad. Ello ha sido motivo para que los más conspicuos representantes de esos sectores en el Congreso presionen sistemáticamente para que se le reduzca, e incluso se suprima totalmente, el apoyo que recibe del Estado. Su último intento fue frenado gracias a la intervención de diversas organizaciones que lograron reunir más de un millón de firmas protestando por la propuesta de reducir 100 millones de dólares de los 400 de su presupuesto anual. Sin embargo, no se pudo evitar el nombramiento como presidente de la corporación de una persona allegada a la Casa Blanca que tuvo un papel fundamental en la reelección del presidente Bush. Se adelanta que la orientación de la entidad, y con ella su programación, puede sufrir un sesgo que verían con agrado quienes desde hace tiempo insisten en su desaparición.

EN ESENCIA, ESTE episodio refleja el ideal de un proyecto que considera al Estado como un estorbo al desarrollo de la libre empresa. Las piezas que el actual gobierno ha logrado acomodar en el tablero de las decisiones políticas, pudieran ser decisivas para consolidarlo.

FLOTA EN EL ambiente la idea de que hay en buena parte de la población estadunidense, la tentación de ceder las decisiones de su desarrollo a un sector que antepone el bien individual al de la sociedad en su conjunto. Las elecciones de término medio que en 2006 renovarán la Cámara de Representantes y parte del Senado pudieran ser la respuesta a esa interrogante.

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