Usted está aquí: jueves 23 de junio de 2005 Economía Con reformas, más desigualdad en AL: Ocampo

Subsecretario ONU

Con reformas, más desigualdad en AL: Ocampo

DPA

Washington, 22 de junio. Las reformas de mercado en América Latina y el Caribe destruyeron en forma significativa la cadena de producción industrial y generaron una sociedad dual, dividida entre empresas modernas y un creciente sector informal que emplea a la mayoría de la población.

Así lo afirmó hoy el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, José Antonio Ocampo, durante una mesa redonda sobre El futuro de las reformas en América Latina, en la cual también participaron expertos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Ocampo, el más crítico de los panelistas respecto al impacto de las reformas de mercado, dijo que tras implementarlas con la promesa de estimular el crecimiento económico, el resultado fue ''totalmente desilusionante y volátil, por decir lo menos''.

Según cifras del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento logrado por la región entre 1990 y 1996 fue de 3.7 por ciento anual, mientras en las décadas de la industrialización para la sustitución de importaciones fue de 5.5 por ciento anual.

Fetichismo con las reformas

Para Ocampo ''hay un fetichismo con las reformas'' que no está basado en la ''experiencia histórica''. Citó ejemplos como Finlandia, de los países más competitivos del mundo, que no ha implementado nunca muchas de las reformas que se proponen para esta región, y como China, ''cuyo éxito difícilmente es resultado de reformas de este tipo''.

Los panelistas coincidieron en que el desafío más grande que enfrenta América Latina y el peor obstáculo para su desarrollo y para un crecimiento económico sólido y sostenido es la desigualdad, que es la más alta del mundo y que en las últimas dos décadas ha mostrado signos de estar empeorando.

Ocampo dijo que la desigualdad empeoró en más países que en los que mejoró desde que empezó el proceso de reformas.

Los demás expositores aceptaron el dato, pero aseguraron que es difícil distinguir hasta qué punto esto es resultado de las reformas.

La apertura comercial, otro factor de desigualdad

El economista en jefe del Banco Mundial para América Latina, Guillermo Perry, dijo que uno de los factores que más aumentó la desigualdad fue la apertura comercial.

El comercio, dijo, aumentó la transferencia de tecnología a la región, pero así sólo se benefició a los trabajadores entrenados y capacitados, que en América Latina son minoría. ''Esto se debe a la mala distribución de las oportunidades educativas'', destacó Perry.

''Históricamente, en América Latina la concentración de la propiedad de la tierra tuvo mucho que ver en la generación de las desigualdades, pero hoy por hoy la mala distribución de las oportunidades educativas tiene un peso mucho mayor'', agregó.

De todos los expositores, Ocampo fue el más crítico con los resultados de las reformas de mercado. Sus comentarios se basaron en un nuevo reporte publicado recientemente por la Comisión Económica para América Latina (Cepal), editado por Ocampo y titulado "Más allá de las reformas: Dinámicas estructurales y vulnerabilidad macroeconómica".

Ocampo dijo que las reformas tal como fueron implementadas destruyeron los vínculos en la cadena de producción industrial, ya que las empresas se vieron obligadas a reducir costos para competir en el mercado internacional y para ello recurrieron a comprar materias primas en el exterior, cortando sus lazos con la economía nacional. ''Desde el punto de vista de la racionalidad macroeconómica eso tiene sentido. Pero desde el punto de vista de la economía nacional, se destruyeron los vínculos de las empresas con el resto de la economía'', por lo cual el éxito de estas empresas benefició a sus propietarios y unos pocos empleados pero limitó el efecto de multiplicación en la economía del país.

Así se generó una ''dualidad'' entre las empresas y las elites que se beneficiaron de la modernización y del crecimiento por un lado, y por otro, una expansión del sector informal de la economía, que emplea a la mayoría de la población.

"Surgieron empresas capaces de competir a nivel internacional, pero al mismo tiempo creció un sector informal totalmente desvinculado de los éxitos de esas empresas", explicó Ocampo, que atribuyó a esta "dualidad" los "frustrantes resultados en la reducción de la pobreza.

El último estudio del BID indicó que más del 60 por ciento de la población de América Latina y el Caribe está empleada en el sector informal. En promedio, menos del 50 por ciento de la población de la región está cubierta por la red de seguridad social, siendo el mejor caso Chile, con 65 por ciento de cobertura, mientras que otros tienen cubierto apenas el 25 por ciento de su población.

Eduardo Lora, economista del BID, quien estuvo a cargo del cierre de la mesa redonda, concluyó que el problema fundamental no son las reformas de mercado, sino la ideología de los latinoamericanos.

"La ideología predominante en América Latina claramente rechaza los mercados, porque los latinoamericanos sienten que los mercados no los protegen", dijo Lora. "El problema es que los economistas creemos que las ideologías responden a la realidad, y esto no es así".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.