Investigación de Palerm Viqueira, representante de la universidad de ese estado
El trabajo migrante genera cada año 30 mil mdd en campos de California
Ampliar la imagen En los campos de California trabajan un mill�e migrantes, 98 por ciento de ellos mexicanos. En la imagen, campesinos en la cosecha del jitomate FOTO Carlos Ramos Mamahua
En el estado de California no se habla de la modernización de la agricultura, sino de la mexicanización de esa actividad. En el céntrico valle de San Joaquín, uno de los más fecundos de Estados Unidos, trabajan un millón de personas cada año; de ellos, 98 por ciento son de origen mexicano y, del total, la mitad va y viene, por lo que "es necesario llegar a un acuerdo sensato y responsable para dotar a esos trabajadores de papeles", afirma Juan Vicente Palerm Viqueira, representante en México de la Universidad de California.
Experto en el tema migratorio, afirma que la agricultura en California -con sus "productos de primor", como espárragos, brócoli, fresas, uvas, tomates "cereza" y zanahorias baby- genera 30 mil millones de dólares anuales.
"Si no se llega a un acuerdo migratorio importante, esta economía padecerá las consecuencias", dice.
La migración mexicana ha ocupado poblaciones en esa región que se habían convertido en pueblos fantasmas. Palerm Viqueira dice que no se trata de poblados en miseria extrema, sino de comunidades tradicionales abandonadas, adonde los mexicanos llegaron a reabrir negocios, como panaderías, sastrerías o zapaterías. También hay alcaldes mexicanos y han exportado las peleas de gallos.
Antropólogo egresado de las universidades Complutense, de Madrid, e Iberoamericana, de México, tiene más de 20 años investigando los fenómenos migratorios en California. Ahora, como representante de esa universidad, que cuenta con más de 50 premios Nobel en su planta académica, busca fortalecer el intercambio con instituciones de educación superior del país.
"California y México deben mantener una relación estrecha por su historia, su intercambio cultural, social y económico. No lo hay desde hace un tiempo. El actor y gobernador Arnold Schwarzenegger y el gobierno mexicano no se han reunido, y el tiempo pasa. No hay voluntad política o interés, y todo queda en que se trata de un problema de agenda."
Proyecto multidisciplinario
Palerm Viqueira revela que el proyecto sobre los migrantes en California lo inició con Rafael Loyola, ex director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), y en él participan tres investigadoras del mismo centro: Magdalena Barros, de ese centro en el DF; Magdalena Villarreal, en la zona Occidente, y Patricia Zamudio, del plantel del Golfo.
"Realizamos una investigación sobre la industria agrícola de California, parte medular de la economía del estado -después de la caída de los valores industriales en Silycon Valley-, que genera 30 mil millones de dólares cada año sólo en producto bruto, sin valor agregado".
En entrevista con La Jornada señala que "esta industria duplicó su tamaño en 10 años, y no es que el dólar se haya devaluado, sino que se modificaron las prácticas".
Quiere decir que la reintensificación de la agricultura californiana se empeñó en ampliarse al cultivo de productos de alto valor, particularmente de frutas y verduras, y abandonar los productos tradicionales de menor valor, como cereales o algodón, que prácticamente han desaparecido. El proceso comenzó a finales de los años 70 y principios de los 80, y desde entonces se ha multiplicado la necesidad de contar con fuerza de trabajo.
Es una agricultura altamente tecnificada, dice Palerm Viqueira. Sin embargo, por las características de los productos, requiere de grandes cuidados para su recolección. "Son cultivos que aseguran al agricultor un ingreso cuantioso, pero requiere de insumos de trabajo muy tecnificados". De ahí que se haya ampliado el número de trabajadores, e inclusive la temporalidad del empleo.
"Productos primor"
Esos cultivos, explica el investigador, requieren de una enorme fuerza de trabajo. La fresa, por ejemplo, debe ser recolectada a mano, tiene un rendimiento alto y su cultivo se ha ampliado de mil a 10 mil hectáreas en los años recientes, e indica que se requiere de dos trabajadores por acre (4 mil 50 metros cuadrados). En el caso del brócoli, éste se cultiva durante 10 meses al año y pueden recogerse tres o cuatro cosechas al año.
Con el fenómeno de la transformación de esta agricultura hacia los "productos de primor", el académico considera necesario estudiar los impactos laborales de la migración, pues de los migrantes que trabajan en esos campos, al menos 500 mil van y vienen cada año y encuentran más y más dificultades cada vez.
La otra mitad se ha quedado allá y se ha llevado a sus familias durante 20 años. El resultado es que se han establecido en pequeñas comunidades rurales, cerca de sus empleos, es decir, en pequeños pueblos que estaban desapareciendo, pero que se han revitalizado por la presencia de mexicanos. Sólo en el valle central hay más de 250 lugares con 80 o 90 por ciento de población mexicana.
Ante este fenómeno, el representante de la Universidad de California hace un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para fijar una agenda migratoria, porque, advierte a ambas partes, sin los trabajadores mexicanos la agricultura californiana no funcionaría.
De acuerdo con la investigación, 50 por ciento de la población de MacFarland procede de Zacatecas, sobre todo de Xalpa y Huanusco, mientras que en Arvin, la mitad de sus 12 mil ciudadanos es originaria de Yuriria, Michoacán .
La mayoría de mexicanos que trabajan en los campos de California procede de los estados mexicanos tradicionalmente expulsores de mano de obra: Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Jalisco, San Luis Potosí y Guanajuato, aunque los investigadores comenzaron a detectar la llegada de trabajadores mayas tzotziles, de Chiapas, y veracruzanos.