Usted está aquí: domingo 19 de junio de 2005 Política La ejecución frente al palacio municipal de Nuevo Laredo, aviso al alcalde, señalan

Los policías de esa ciudad no preservaron las evidencias en la escena del crimen

La ejecución frente al palacio municipal de Nuevo Laredo, aviso al alcalde, señalan

ALBERTO NAJAR ENVIADO

Ampliar la imagen Elementos de la Agencia Federal de Investigaci�atearon centros nocturnos de Nuevo Laredo FOTO Carlos Ramos Mamahua

Nuevo Laredo, Tamps., 18 de junio. Filiberto Peña Berlanga, el joven que fue ejecutado este viernes frente a la presidencia municipal de esta ciudad, fue uno de los más activos promotores de la manifestación contra la presencia de elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Agencia Federal de Investigación (AFI).

Fue uno de los manifestantes más agresivos en la toma de las instalaciones municipales, e inclusive se distinguió por retar de forma agresiva a los agentes de tránsito que custodiaban la oficina del alcalde David Peña Treviño. De hecho, el ejecutado pretendió abrir por la fuerza la puerta de cristal del recinto, y en varias ocasiones incitó a los manifestantes a "linchar" al funcionario.

En la foto del reportero gráfico de La Jornada que aparece en la primera plana de este diario se aprecia justo a la mitad de la protesta, cuando con la mano derecha sostiene una camiseta blanca con rayas verdes y rojas, la misma que horas después, como se puede observar en las imágenes, quedó abandonada con manchas de sangre en la camioneta Blazer donde murió, a menos de 100 metros de la oficina que pretendió allanar.

La evidencia pudo perderse porque, tras el homicidio, no hubo un solo policía que preservara las evidencias del crimen. Unos 40 minutos después del asesinato alguien ordenó que se barriera toda la calle de Héroes de Nacataz (donde permanecía la camioneta de Peña Berlanga), y al llegar la grúa que transportó la unidad, un elemento de la Policía Estatal utilizó la camiseta manchada de sangre para mover el volante con el propósito de facilitar, en apariencia, el remolque del vehículo.

El problema fue que los movimientos efectuados por el uniformado parecieron destinados a borrar las huellas en el volante.

Hasta el momento se desconoce la razón del homicidio, pero entre policías ministeriales se afirma, como en el resto de las 70 ejecuciones ocurridas en lo que va de este año, que se trata de una venganza entre los grupos de narcotraficantes que se disputan el control de la plaza.

Una batalla cuyo saldo incluye la muerte de un policía cada mes desde el inicio del sexenio. De acuerdo con Sigrid Artz, socia fundadora de la organización Democracia, Derechos Humanos y Seguridad, hasta el año pasado 62 policías -incluidos 11 agentes de la AFI- habían sido ejecutados en Nuevo Laredo, cifra a la que se suman los ocho homicidios contra uniformados este año, incluida la muerte del director de Seguridad Pública Municipal Alejandro Domínguez Coello.

En Nuevo Laredo la versión más socorrida es que el asesinato de Filiberto Peña, a unos metros de la presidencia municipal, sería uno más de los mensajes hacia el alcalde David Peña Treviño. El primero que se ha hecho público fue, precisamente, la ejecución de su jefe de policía a unas horas de haberlo designado.

 
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