Usted está aquí: sábado 18 de junio de 2005 Sociedad y Justicia En el mundo, 300 mil niños participan en guerras: CICR

La pérdida de la familia facilita el reclutamiento, dice

En el mundo, 300 mil niños participan en guerras: CICR

CAROLINA GOMEZ MENA

Se calcula que poco más de 300 mil infantes participan en el mundo en conflictos armados como "niños combatientes", pero en realidad, tan sólo en los 60 países en los que hay conflictos o disturbios internos y en los cuales opera el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) los menores afectados por las guerras "son millones", refirió Adolfo Beteta, coordinador regional de comunicación del CICR para América Central y el Caribe hispanohablante, quien precisó que en los 10 años pasados han muerto más de "un millón y medio" de niños en estas regiones en disturbio.

En entrevista otorgada a este diario con motivo de la inauguración en el Papalote Museo del Niño de la exhibición fotográfica de la agencia Reuters, Aquí entre niños, y tú ¿cómo ves la guerra?, Beteta expuso que es el sector infantil el que sufre las mayores consecuencias durante los conflictos armados, y no sólo por el riesgo de morir como víctima de bombardeos o minas, sino también por la "ruptura de la infraestructura sanitaria", el desabastecimiento alimenticio y la proliferación de enfermedades infecciosas.

Es por esto que el índice de mortalidad infantil en regiones en conflicto bélico es "entre cinco y 12 veces mayor" de lo que era en condiciones de paz, lamentó Beteta, al resaltar que otro de los problemas en esas circunstancias es el de los niños no acompañados, ya sea por muerte, encarcelamiento o desaparición de sus padres.

Esta separación de la familia es una de los principales circunstancias que facilitan el reclutamiento de niños para participar en las hostilidades, y muchos de ellos lo hacen de manera voluntaria (en Sierra Leona, 64 por ciento de los infantes combatientes lo hicieron de esa forma), "pues se sienten protegidos dentro del grupo y otros lo hacen porque los mueve la venganza personal, ya que muchos fueron testigos de la muerte de sus padres".

En el caso de Ruanda, país que en 1994 comenzó su proceso de pacificación, el CICR identificó a "más de 75 mil niños no acompañados, de los cuales, desde esa fecha hasta este año, se logró reunir con sus familiares a cerca de 68 mil, es decir a poco más de 80 por ciento", indicó el funcionario de esta institución, al destacar que otro de los problemas graves son las minas antipersonales.

Justamente estos artefactos, "cuya utilidad táctica ha sido debatida por expertos militares, los que consideran que no tienen gran incidencia en las victorias o derrotas", resaltó Beteta, "lamentablemente sí la tienen en las vidas de los civiles, pues causan grandes estragos, sobre todo en la población infantil al generar mutilaciones" a los menores. Es por esto que el CIRC ha creado poco más de 20 centros ortopédicos en diversas zonas en conflicto o disturbios.

Beteta precisó que el CIRC ha abogado por que se adopte de manera general el "Tratado de Ottawa, que prohíbe la utilización de minas, pues muchos niños las pisan en campos de cultivo o bien cuando están jugando; además es sabido que no hay tropa de ingeniería en el mundo que pueda garantizar riesgo cero luego de un desminado, porque éstas suelen deslizarse en el terreno cuando hay inundaciones, así que por muchos planos que se hagan o se tengan de su ubicación, ésta puede variar".

Por ejemplo en países como Angola, en el cual "no se sabe cuánto tardará el proceso de pacificación, el CICR sólo trabajaba con puentes aéreos, debido a la existencia de minas antipersonales y antitanques, pero situaciones similares ocurren en Afganistán, Etiopía y Mozambique, cuyo proceso de pacificación comenzó en 1994, pero las minas siguen ahí".

Pero los niños no sólo están expuestos a la muerte, a las mutilaciones, al abandono, sino también al encarcelamiento y a ser reclutados como soldados cuando han perdido a su grupo familiar.

En el caso de los niños encarcelados, por lo general estos son combatientes, los cuales al participar en las hostilida- des "pierden algunas de las garantías que les otorga a los niños el derecho humanitario". En estas situaciones lo que el CICR procura es "sacarlos de ahí, y si no es posible, abogar por que sus interrogatorios sean sin demora, que sean separados de los adultos -excepto cuando están en unidades familiares- y que en caso de ser condenados sean transferidos a instituciones para menores".

Dada la escasez alimentaria y la precariedad económica que prevalece en estas zonas, el CICR mantiene 15 cocinas comunitarias y 12 centros de rehabilitación nutricional en nueve países en conflicto.

 
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