Lo acusan de diversas irregularidades en el cargo
Exigen el cese del administrador de la aduana fronteriza en Juárez
Ciudad Juárez, Chih., 16 de junio. Diputados, regidores, dirigentes de la iniciativa privada y de organizaciones no gubernamentales exigieron que el administrador de la aduana fronteriza, Joaquín Díaz Rivera -quien se ostenta como compadre del titular de la Secretaría de la Función Pública, Eduardo Romero Ramos-, sea investigado por supuestos hechos de corrupción.
El dirigente local del PAN -partido en el que milita el administrador-, José Sigala Valero, dijo que "por las acusaciones públicas que se conocen, si Joaquín Díaz Rivero no ha hecho bien su trabajo, que los empresarios se quejen ante la Dirección General de Aduanas para que sea removido de sus cargo".
Más severo fue el líder municipal priísta, Alfredo Urías Cantú, quien exigió la remoción del funcionario, pues la aduana fronteriza "es parte de la vida de los juarenses, debe estar vinculada con la problemática local y resolver las necesidades de la gente", de tal forma que en el organismo no hay lugar para la corrupción.
El director de la Asociación de Agentes Aduanales de Juárez, Fernando Avila Ortega, solicitó que se investigue "a fondo" la forma de operar de la aduana fronteriza.
Una de las muchas denuncias presentadas contra Díaz Rivera involucra a personal que trabaja para él directamente, como Sergio Estrada, titular del departamento jurídico de la aduana, quien impuso una multa de 35 mil pesos a una persona que traía mercancía valuada en 200 dólares. El afectado, Alejandro Chávez, narró que el 30 de mayo anterior incluso le quitaron la camioneta en la que traía la mercancía considerada de "contrabando".
Al ser consignado al departamento jurídico, se le informó que pagaría 35 mil pesos, pero sin recibo, y que el mismo personal de la aduana lo acompañaría a la caja para que entregara el dinero, como requisito para regresarle su vehículo.
Entre los artículos que Alejandro pretendió introducir a México figuraron zapatos tenis, adornos para el cabello, gel, peines y otros productos que compró en El Paso, Texas, a un precio de un dólar cada uno.