Usted está aquí: viernes 17 de junio de 2005 Sociedad y Justicia Pacientes con VIH/sida denuncian atención insuficiente del Seguro Popular

Exigen la distribución del fármaco ganciclovir, que no está en el cuadro básico

Pacientes con VIH/sida denuncian atención insuficiente del Seguro Popular

Institutos hospitalarios acuden a la donación del laboratorio para entregar medicinas

ANGELES CRUZ MARTINEZ

La inclusión del VIH/sida en el seguro popular y en el fondo de gastos catastróficos no garantiza a los enfermos la atención médica integral, sino que se limita a la distribución gratuita de los medicamentos antirretrovirales; pero, si el paciente con sida tiene bajas sus defensas y adquiere alguna otra enfermedad, ninguna institución -ni federal ni estatal- tiene la responsabilidad de proporcionar el tratamiento.

Entonces, de nada sirve que los infectados de sida tengan acceso a los antirretrovirales, si carecen de los fármacos para controlar padecimientos que los pueden llevar a la muerte. Es el caso de la retinitis por citomegalovirus (causante de ceguera), para cuya curación se requiere de un medicamento de alto costo -ganciclovir- y por lo cual dos personas en el Distrito Federal están en inminente riesgo de perder la vista.

Ellos, junto con otros cinco enfermos reciben la terapia antirretroviral en la clínica de VIH/sida del gobierno del Distrito Federal, pero fueron canalizados al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) para el diagnóstico y tratamiento de infecciones respiratorias (neumonía y tuberculosis), donde también les detectaron el citomegalovirus.

Con el afán de proporcionar a los enfermos una atención médica integral es que en el INER se cuenta con el apoyo de médicos oftalmólogos desde hace tres años, lapso en el que han detectado alrededor de 60 pacientes con retinitis por citomegalovirus. Y es que a ese instituto la mayoría de los afectados llega cuando el sida está muy avanzado y su sistema de defensas reducido al mínimo, lo que los vuelve blanco fácil de las enfermedades oportunistas como la mencionada.

Debido a que en el cuadro básico del instituto no está incluido el ganciclovir, los médicos lo han obtenido por medio de donaciones del laboratorio fabricante y así es como han podido solventar esta necesidad.

Sin embargo, explicaron algunos de los especialistas, la donación terminó a principios de este año, a lo que se sumó que en los pasados cinco meses, entre 10 y 12 personas desarrollaron retinitis por citomegalovirus.

Fue entonces que desde el INER se solicitó apoyo a los servicios de salud de donde provenían los pacientes -Distrito Federal y dos del estado de México. En ninguno se obtuvo respuesta positiva.

Los derechohabientes del Distrito Federal acudieron con la directora del Programa de Sida, Carmen Soler, quien les respondió que el ganciclovir es una medicina especializada, de alto costo, que ni el programa de sida ni el de medicamentos gratuitos puede proporcionar, como tampoco lo haría si se tratara de quimioterapia para el control de cáncer.

A decir de la funcionaria, esta misma situación se presenta en el resto del país. Ningún hospital distribuye este tipo de fármacos en forma gratuita, a excepción de las unidades de especialidad, donde se diagnostican y atienden en forma integral la leucemia en la infancia y el cáncer cérvico uterino. Ambos padecimientos fueron incluidos por el gobierno federal en el fondo de gastos catastróficos del Seguro Popular.

En el caso del VIH/sida existe un vacío, pues al estar dentro de la lista de enfermedades que atiende dicho fondo, se supondría que el gobierno federal debería proporcionar, además de las terapias antirretrovirales indispensables para controlar la carga viral, los tratamientos para las infecciones oportunistas, que son las que en realidad ocasionan la muerte de las personas que viven con sida. Pero no es así.

En algunas entidades, comentaron integrantes de organizaciones civiles de lucha contra el sida, los gobiernos estatales destinan presupuesto para este rubro y en otras solucionan el problema mediante donativos de la industria farmacéutica.

Por lo pronto, el grupo de enfermos del Distrito Federal presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Aseguran que el gobierno capitalino tiene la obligación de proveer el fármaco que requieren para preservar su salud y su vida.

 
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