Primera función del Ballet de San Petersburgo
Atormentado y contemporáneo, el Chaikovsky de Boris Eifman
Ampliar la imagen Bailarines de la compa�que dirige Boris Eifman, anteanoche, durante la escenificaci�e Tchaikovsky. El misterio de su vida y su muerte en el Teatro del Palacio de Bellas Artes FOTO Guillermo Galindo
Para los que gustan del ballet y se quejan de que rara vez llega a México un espectáculo contemporáneo, el montaje de Tchaikovsky, cuyo subtítulo es El misterio de su vida y su muerte, que el Ballet de San Petersburgo presentó en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, les quedó como anillo al dedo.
Tchaikovsky... es contemporáneo no sólo porque fue estrenado en 1993, sino porque aborda aspectos del célebre compositor ruso desconocidos por el gran público, como su supuesta homosexualidad, tema tabú hasta hace poco.
Boris Eifman, director de la compañía y autor del ballet en dos actos, relató: ''Me amenazaban de muerte con llamadas teléfonicas y el día de la primera función había decenas de manifestantes con carteles frente al teatro'' (La Jornada, 14/junio/05).
En la primera de sus dos funciones en México, el pasado martes, también hubo ''protestas'' afuera del recinto, pero mediante mantas rubricadas por diferentes sindicatos del sector cultural que exigen una ''homologación igual al INBA''.
Desde que se levanta el telón se establece un ambiente oscuro y tétrico que dominará en gran parte la obra. Pyotr Ilyich Chaikovsky (1840-1893), en camisón, está recostado boca arriba sobre la cama, con muestras evidentes de dolor, dada la posición arqueada de su espalda.
En el umbral de la muerte física, en su mente se arremolinan las imágenes que lo han atormentado a lo largo de su vida, entre ellas una desquiciada esposa y el insistente diálogo con su alter ego. Amigos cercanos y parientes tratan de aliviar el dolor de la última despedida, pero le sobreviene una ola de recuerdos.
Hijo de un inspector de minas, de niño, Chaikovsky estudió música. A los 19 años consiguió trabajo de burócrata y a los 21 ingresó al Conservatorio de San Petersburgo, donde estudió composición con Anton Rubinstein.
Graduado en 1865, enseñó teoría y composición en el Conservatorio de Moscú, de Nicolás Rubinstein, de 1865 a 1878.
Una anualidad de su rica benefactora, Nadezhda von Meck -nunca la conoció personalmente aunque mantuvieron correspondencia durante 14 años y le dedicó su Cuarta Sinfonía en 1878-, le permitió entregarse por completo a la composición.
Permanece el espíritu del compositor
Chaikovsky escribió 11 óperas, cuatro conciertos, seis sinfonías, gran número de canciones y breves piezas para piano, tres ballets, tres cuartetos para cuerdas, suites y poemas sinfónicos. El ballet de Eifman emplea música del ruso.
Su música, en efecto, lo mantuvo a flote en medio de sus problemas. En 1877 el compositor se casó, como acto desesperado contra el tormento de la homosexualidad y negar los rumores al respecto. Su trabajo de nuevo lo consoló cuando madame Von Meck, sin motivo aparente, puso fin a su amistad y apoyo.
En el momento de su muerte se dijo que Chaikovsky bebió un vaso de agua sin hervir durante la epidemia de cólera que asoló la ciudad. Sin embargo, algunos expertos creen que en realidad se suicidió con veneno, ante la amenaza de que se conociera su relación homosexual con una persona de la familia imperial.
En la coreografía de Eifman, la vida de Chaikovsky se revela. La obra mantiene su ritmo ágil gracias a Albert Galichanin, quien encarna el compositor, y el elenco. Una escena en particular llamativa sucede en torno a una mesa de barajas, donde se vuelve imposible ganar.
La función terminó, pero el espíritu de Chaikovsky permanece.