MAQUIQUE
La palabra maquique parece derivar de malque, nombre que los nahuas del estado de Puebla atribuyen a los helechos arborescentes.
En México existen diferentes tipos de helechos, plantas que no producen flores y prosperan en condiciones muy específicas de cuyo equilibrio depende la vida del conjunto de seres que conforman el ecosistema. Aunque aquí hay relativamente pocas especies, la denominada Cyatheaceae cuenta en el país con siete de los ocho géneros que existen en el mundo. Se encuentran en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo.
FINO ENCAJE
DE ENTRE ÉSTAS , son notables los helechos llamados arborescentes, que en la madurez llegan a alcanzar entre ocho y 12 metros de altura. En su base van generando sobre el tallo un cúmulo de raíces que crecen fuera de la tierra (adventicias); conforme pasa el tiempo, mueren dejando una estructura con la consistencia de la madera porosa que retiene buena cantidad de humedad. Un helecho de este tipo alcanza la madurez en cerca de 50 años. Se reproducen por medio de esporas y llegan a producir millones de ellas, pero son tan particulares las condiciones para su germinación, que sólo algunas cuantas logran generar una planta.
ESTOS HELECHOS arborescentes se caracterizan por vivir en áreas húmedas y dentro de conjuntos selváticos, que suelen encontrarse en regiones montañosas en las que con frecuencia hay niebla. Forman pequeños bosques y tienen un aspecto similar a las palmeras, pues no generan ramificaciones y en la parte alta del tallo es donde surgen las grandes hojas. Es un agradable espectáculo ver su follaje con la claridad de la mañana, pues su delicado entramado semeja un fino encaje.
LA ESTRUCTURA que rodea al tallo en la parte baja puede llegar a 90 o más centímetros de diámetro, aunque el tallo mismo tenga 20 o 25 centímetros de grueso. A esta estructura se le conoce como maquique y es aprovechada por los creadores regionales para producir bellas esculturas que sirven como receptáculo o sostén para plantas que viven sobre otras sin ser parásitas (epifitas), como las orquídeas o los musgos.
EN LOS AÑOS 40 del siglo pasado se hacían grandes y detalladas esculturas de maquique, que reproducían figuras humanas de reminiscencia prehispánica; algunas servían como macetas. En la actualidad se elaboran distintas tallas que representan animales, como gansos y garzas de formato más pequeño, pero igualmente bellas. Las herramientas que se usan para tallar el maquique son: machete, cuchillos, escofinas y lijas. Por ser este un material orgánico, su vida, aunque durable es limitada. El futuro de este importante recurso depende de la extracción racional y de evitar los cambios indiscriminados del uso del suelo que frecuentemente tienen fines ganaderos.
Dibujo y fotografía de
Marco Buenrostro
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