En aumento, parques de conocimiento libres de impuesto y ''fábricas de acreditación''
El comercio de grados académicos, amenaza al desarrollo de la educación
Empresas extranjeras han vendido 10 mil títulos de seudomaestrías y seudodoctorados
Está en marcha un nuevo escenario global para la educación que, de afianzarse, representará un fuerte golpe para el futuro de nuestras sociedades: una educación industrial con "parques de conocimiento libres de impuesto", fábricas "de acreditación" que comercian grados académicos -tan sólo en Brasil empresas extranjeras ya vendieron 10 mil títulos de seudomaestrías y seudodoctorados- y 41 compañías que actualmente obtienen ganancias hasta por 300 mil millones de dólares anuales y que tienen en la mira a América Latina como un potencial mercado de explotación para la venta de sus "productos" educativos.
De acuerdo con expertos del mundo que participan en el seminario organizado por la UNESCO con la temática Movilidad académica en un ambiente comercial: cuestiones, oportunidades y riesgos, este sistema ha introducido impactantes tensiones en la enseñanza.
En este contexto, el secretario general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique del Val, expresó que el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT por sus siglas en inglés), que dio paso a la Organización Mundial de Comercio (OMC) -que pretende reducir la educación a una mercancía más- "lo sentimos como una amenaza al desarrollo de la educación superior".
Al quedar inaugurados los trabajos del seminario, la investigadora de la Universidad de Toronto, Jane Knight, planteó el nuevo escenario que involucra a una de las áreas esenciales para el desarrollo del ser humano. Habló de una educación "transfronteriza" que incluye "proveedores", programas, proyectos internacionales y, por supuesto, un gran mercado de personas. Tan sólo en 2000, la demanda en la educación transfronteriza fue de 1.8 millones de alumnos y las proyecciones establecen que para 2025 habrá 7.2 millones de jóvenes que estudiarán en un país distinto al suyo, apuntó.
En el marco de estos cambios donde la movilidad académica se orienta más hacia lo comercial, las utilidades y la rentabilidad, Australia es el país que exporta mil 596 programas educativos anuales hacia países de Asia-Pacífico, y las naciones más activas en el mundo en la recepción de los mismos son Hong Kong, con 858, China con 712 y Singapur con 522 programas.
Todo este nuevo sistema opera mediante 41 compañías privadas que "cotizan en bolsa pública" y son las encargadas de la venta de servicios y programas educativos. De estas empresas, dos son de Sudáfrica, 13 de Asia-Pacífico, dos de Europa, dos de Canadá y 19 son estadunidenses. Ninguna de ellas es de América Latina, sin embargo, nuestra región es su mercado y su "objetivo". Algunas de estas compañías que ya están muy activas en los países latinoamericanos son Apollo y Silvan. En este escenario, en donde todo se compra y se vende, también hay "fábricas de acreditación", en donde es posible adquirir un título universitario, expuso. Al respecto, la representación de Brasil precisó que en su país instituciones extranjeras no autorizadas vendieron 10 mil títulos de "seudomaestrías y seudodoctorados". En un sitio web se hacía la adquisición por 160 dólares por 30 meses y todo quedaba listo. Ni esperanzas de que el alumno tenga que defender una tesis, todo viene incluido en su compra.
Pero no nada más los estudiantes pueden adquirir sus "mercancías". También las universidades pueden comprar "acreditaciones internacionales" que les darán renombre, señaló Knight. En este escenario también existe el "glamour" de tener un grado internacional, equiparable a lo que sería una marca.
La canadiense se refirió al GATT y expresó que sólo 35 países -entre ellos México- han hecho un compromiso para comercializar la educación. Por su parte, Sylvie Didou, investigadora del Cinvestav, expresó que se ha sobrevaluado el factor de la internacionalización y, por ello, es urgente preguntarse cuáles han sido las "ventajas" de ésta en América Latina. De ahí que uno de los retos es el de la circulación de información en nuestros países sobre este tipo de proveedores que actúan simultáneamente.
Por su parte, Axel Didriksson, director del Centro de Estudios sobre la Universidad (Cesu) consideró que la comercialización de los servicios educativos no tendrá un gran impacto y los proveedores internacionales no podrán alcanzar un gran flujo de espacio por la situación social y económica que enfrentan los países, así como por las resistencias culturales.