Contamina, al usarse como relleno sanitario, afirman
Indígenas nayaritas bloquean acceso a terreno donde se construye presa
Santa María del Oro, Nay., 7 de junio. Indígenas de la comunidad de Cantiles afectados por la construcción de la presa El Cajón mantienen bloqueado el paso a un terreno donde se vierten toneladas de basura procedente de la mencionada obra, ya que "cuando aceptamos rentarles el terreno nunca nos dijeron que lo utilizarían para crear un relleno sanitario que contamina toda la zona", explicaron.
La familias manifestantes (unas 90) de la comunidad de Cantiles, de Platanitos y otros caseríos aledaños, señalaron que según acuerdo tomado en asamblea comunitaria se aprobó rentar el terreno para uso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero desde enero pasado empezaron a acarrear toneladas de desechos procedentes de los campamentos y de la zona donde se edifica la presa.
Ante la gran cantidad de "moscas verdes y otros bichos", además de la contaminación que provoca la basura, "decidimos esperar a que se cumpliera la fecha en que culminaba el acuerdo -el pasado 24 de marzo- para anularlo", señaló José Cruz, uno de los líderes del movimiento.
De su lado, Susana Castañeda, de la organización civil Kupuri, que apoya a los indígenas, indicó que todos lo días se vierte basura y la maquinaria baja de la presa a tapar los desechos cada semana, lo que provoca contaminación durante el tiempo que está al descubierto.
Los quejosos -que se turnan en grupos de 20 a 30 personas para mantener el bloqueo- agregaron que negocian con el biólogo Antonio Taesa y el ingeniero Hugo Sansen, promotores del proyecto, aunque el residente y encargado de la obra es Federico Schueder Contreras. "En adelante sólo vamos a tratar con las altas autoridades de la CFE, porque éstos no nos han solucionado nada", advirtieron.
Esta protesta se suma a las que se han se han llevado a cabo tanto en la zona aledaña a la presa como en esta cabecera municipal, para demandar el cumplimiento del pago de indemnizaciones a ejidatarios y comuneros afectados por la obra, como el poblado indígena El Ciruelo, localizado en la zona de lo que será el embalse (llenado de agua) de la presa. No han llegado a ningún acuerdo de pago o cambio de residencia con ellos, aun cuando su comunidad "podría desaparecer irremediablemente".