MEXICO SA
En Bolivia las trasnacionales no temen enroncharse con petróleo
Emociones extremas en plena ciudad
CARLOS MESA, EL PRESIDENTE boliviano, decidió seguir el camino de su predecesor, Goni Sánchez de Losada, es decir, la defensa a ultranza de las trasnacionales energéticas y, en consecuencia, el derrumbe de su mandato.
SE REPITE LA HISTORIA de octubre de 2003: atención plena a los intereses trasnacionales y oídos sordos a los reclamos populares, ergo, el fin del capítulo siempre fue más que previsible.
EN LOS ULTIMOS 15 AÑOS, Bolivia captó alrededor de 2 mil 600 millones de dólares en inversión extranjera directa, uno de los montos más reducidos en América Latina. Sin embargo, cerca de la mitad se destinó al sector energético, principalmente gas natural, por una sencilla razón.
DESDE 2003, ANTES DE LA caída del Goni, se documentó que (por citar sólo un caso) el proyecto trasnacional de exportar gas boliviano a Estados Unidos era un espectacular negocio, con un sólo perdedor: el pueblo de ese país. Por cada dólar que Pacific LNG (integrado por British Gas, British Petroleum y Repsol/YPF) pagara al Estado por impuestos y regalías, el consorcio obtendría entre 24 y 30, es decir, una tasa de ganancia de 2 mil 300 a 2 mil 900 por ciento, en una nación en la que 70 por ciento de la población sobrevive en la pobreza y la miseria.
CARLOS MESA SE AFERRO al esquema, repitió el numerito del Goni y sigue su camino. Por segunda ocasión deja ''en manos del Congreso'' boliviano la decisión de aceptar o no su renuncia. Aunque esa instancia optara por el segundo recurso, sólo es cuestión de tiempo para que el heredero de Sánchez de Losada abandone el palacio presidencial.
EVO MORALES, EL LIDER del Movimiento al Socialismo, asegura que él y sus seguidores ''les sacamos ronchas a las trasnacionales'', pero el problema es más serio que eso, en el entendido que por un negocio que generaría hasta 30 mil millones de dólares en un plazo no mayor a 20 años, los corporativos extranjeros saben que bien vale la pena enroncharse; total, les sobraría dinero para comprarse una fábrica de ungüentos.
DE CONCRETARSE EL SEGUNDO chantaje de Mesa, un político de la misma tachadura ocuparía la Presidencia de la República, con lo que el ambiente político y social boliviano no mejoraría. Se requiere una solución de fondo para que el reclamo popular sea escuchado y que el sector energético de aquel país aporte recursos para el desarrollo, no para las trasnacionales. Si al segundo Goni le sigue un tercero, el asunto parece no tener mayor salida que una revuelta de proporciones impredecibles.
EN VIA DE MIENTRAS, la Cepal ofrece un panorama sobre el sector energético latinoamericano: durante el auge de las privatizaciones en los 90, algunos países optaron por vender las empresas estatales de hidrocarburos. En Argentina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) fue comprada por la española Repsol, mientras en Bolivia, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se fraccionó en Transredes, Chaco y Andina, nuevas empresas que quedaron en manos de propietarios de origen tanto extranjero como nacional. En Brasil, el 40 por ciento de Petrobras es de propiedad federal y el resto de las acciones está en manos de inversionistas extranjeros y nacionales. Pemex y Petróleos de Venezuela operan bajo el control exclusivo del Estado.
EN 2004 SE REIVINDICO el papel del Estado en el renglón de los hidrocarburos en los dos países en los que se había cedido el protagonismo a manos privadas. El discurso político (sólo el discurso) del presidente boliviano reivindicaba la soberanía nacional y una mayor participación estatal en el ámbito de la energía. Tras el referendo de agosto de 2004 cobró fuerza la idea de refundar YPFB como nuevo ente productor, que pasaría a ser la tercera empresa en el país, tras Petrobras y Repsol YPF. Los recursos necesarios provendrían, en primer lugar, de la estatización e incorporación a la nueva operadora de las acciones que el Fondo de Capitalización Colectiva posee en Transredes, Chaco y Andina, y cuyo valor se estima en 700 millones de dólares. Sin embargo, las trasnacionales BP y Repsol YPF son socios en las dos últimas empresas, lo que ha generado un conflicto entre ellas y el Estado.
LA SEGUNDA FUENTE de recursos correspondería a la petrolera china Shengli International, que aportaría mil 500 millones de dólares. La nueva ley de hidrocarburos considera -se quedó en eso- la creación de Petrobolivia, que tendría a su cargo la exportación. YPFB y Petrobolivia, junto con la nacionalización de boca del pozo y el aumento de la regalía, entre otras medidas adoptadas, permitirían al Estado boliviano recuperar el control sobre los hidrocarburos.
EN ARGENTINA, LA SITUACION de desabasto imputable a la falta de inversiones llevó al presidente Néstor Kirchner a la creación de la empresa Energía Argentina SA (Enarsa), que abarcaría exploración, producción, transporte, distribución y venta de hidrocarburos. El gobierno federal participaría con 53 por ciento, las provincias con 12, y el restante 35 se cotizaría en el mercado bursátil. Además, contaría con la titularidad de todas las áreas marítimas de petróleo y gas. La iniciativa estatal en el sector surge como respuesta común a problemas de distinta índole. Mientras en Bolivia la reivindicación de la soberanía es el eje principal del discurso, en Argentina la probable creación de la petrolera estatal es una respuesta pragmática a una situación particular de crisis energética.
Las rebanadas del pastel:
¿BUSCA EMOCIONES EXTREMAS? ¿Quiere conocer su grado de tolerancia? ¿Desea saber hasta dónde llega su paciencia? Facilísimo: reemplaque su vehículo en el Distrito Federal... Nostálgico, el inquilino de Los Pinos regresó a los 60: ''hoy tenemos ya una economía que yo diría que se define como desarrollo estabilizador (...) es una fórmula virtuosa que no todas las economías alcanzan (comenzando por la mexicana) Pero más allá un desarrollo estabilizador que está reduciendo probadamente la pobreza y que está mejorando la distribución del ingreso"... La Auditoría Interna de Caminos y Puentes Federales detectó el jugoso negocio realizado por algunos de sus empleados, por medio de la presentación de facturas apócrifas para ''comprobar'' supuestos gastos de representación. La paraestatal promete ''todo el peso de la ley'' en contra de ellos.