Usted está aquí: domingo 5 de junio de 2005 Espectáculos La realidad no es una, depende de quien la cuente: Pablo Mandoki

En Modelo para a(r)mar plantea varias con un asesinato como hilo conductor

La realidad no es una, depende de quien la cuente: Pablo Mandoki

El arte contemporáneo apunta hacia que el espectador encuentre su propia historia, aunque a la gente todavía le cuesta trabajo

La obra se escenifica en el teatro Juan Ruiz de Alarcón

MARIANA NORANDI

Ampliar la imagen El juego no es explicar los personajes, sino se trata de jugar con la narrativa, dice el director FOTO Roberto Garc�Ort�

Una de las cuestiones filosóficas que siempre ha inquietado el pensamiento humano es el tema de la realidad, vista como condición heterogénea, flexible y variable que pasa más por los diferentes estados mentales de conciencia que por esquemas estáticos impuestos. Partiendo de una perspectiva que afirma que no existe una sola realidad, sino un cúmulo infinito de realidades, el dramaturgo Pablo Mandoki escribió y dirige Modelo para a(r)mar.

Según el autor, en la obra "se mezclan varias realidades. La de nuestros gobernantes no coincide con la de la mayoría de la gente. Pero nos hacen creer que sólo existe una realidad cuando, en el fondo, nos damos cuenta que ésta varía dependiendo de quién la cuente".

La obra narra la historia de un crimen que ocurre en el interior de un club nocturno. Son varios los personajes que frecuentan este lugar, los cuales, se vuelven testigos, cómplices o partícipes del asesinato. El espectador, reconstruyendo el desorden de las escenas y la realidad de cada personaje, deberá armar el rompecabezas que propone el autor y, así, reconstruir los hechos del crimen. "El juego no es explicar los personajes, sino jugar con la narrativa. No contar la historia de una manera lineal, sino como fragmentos de una imagen que se van reacomodando a medida que avanza la historia. El arte contemporáneo desde hace varios años apunta hacia esta manera de narrar, en la que el espectador debe encontrar su propia historia. Pero, en el teatro, todavía a la gente le cuesta trabajo aceptar esta narrativa, porque está acostumbrada a que le cuenten una historia de manera lógica y tradicional", comenta Mandoki.

Los protagonistas son los actores Mario Balandra, Rubén Cristiany, Katia Tirado, Maja Schnellmann, Edgar Alexen, Katia Castañeda, Miguel Ramos, Ricardo Fastilcht y Pedro Altamirano. Asimismo, un trío de jazz, compuesto por el saxofón Sergio Galván, el percusionista Alex Kautz y el contrabajista Jorge Luri Molina, y una cantante, Magos Herrera, musicalizan en vivo la puesta en escena.

Preguntas existenciales

A ese entretejido de realidades que se traza en la obra, se suma una serie de preguntas comunes y existenciales que, en determinado momento de la vida, todo mundo se hace. Interrogantes acerca de la vida, el amor o el paso del tiempo que no buscan la exactitud de una respuesta, sino la necesidad y el deleite de cavilar. "Como esta obra es el producto de una beca que obtuve del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, pude concentrarme ocho meses en la escritura y fijarme en el significado de ese proceso de creación. Ese proceso me fue dando la posibilidad de exteriorizar muchas de mis reflexiones que, finalmente, no me llevan a ningún lado, pero están ahí y son preguntas que todos nos hacemos. Quiero pensar que es en ese tipo de asuntos donde la obra encuentra la conexión con el público", afirma el director.

Esta obra maneja un buen elenco, una narrativa intelectualmente interesante, una dirección compleja pero, sobre todo, cuenta con una puesta en escena muy creativa y estética. La escenografía, diseñada por Mauricio Gómez Morín y César Vila, simula un club nocturno con todos los detalles de este tipo de lugares. La barra de bar, las mesas y el escenario de los músicos transmiten un ambiente real dentro de un contexto no realista. De acuerdo con el trasfondo de la obra -la presentación de varias realidades- el escenario se involucra, en complicidad con el autor, dentro de esa realidad que se encuentra entre la frontera del realismo y el surrealismo, ese estado verídico y onírico a la vez.

Dentro de esa compleja puesta en escena, los músicos y Magos Herrera desempeñan un papel fundamental. Son actores y narradores simultáneamente. Musicalizan la escena, son parte de ella y, al mismo tiempo, narran emociones por medio de sonidos instrumentales. Y, junto con la música, la iluminación de Rocío Carillo es el otro pilar narrativo.

Pablo Mandoki comenta al respecto. "La iluminación lleva un papel protagónico en la narrativa y está planeado así en el texto. La luz encuadra la escena como si fuera una cámara de cine, por lo que las posiciones de los actores respecto de la iluminación tienen que ser exactas".

Modelo para a(r)mar: teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Insurgentes Sur 3000. Viernes, 20 horas; sábados, 19, y domingos 18 horas. Entrada: 100 pesos general y 50 pesos con credencial.

 
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