Interminable flujo sonoro
EL RIO HERACLITIANO que desborda la producción vivaldiana es interminable, un flujo sinfín. Otro hallazgo valiosísimo es la propuesta del conjunto ruso-francés denominado Solistes de Moscou-Montpellier, que en dos volúmenes bajo el sello Arkadia nos presenta las Sinfonie e Concerti per Archi, con una intención que dejan clara: vuelan a contrapelo de la tendencia gustosa de utilizar instrumentos de época para supuestamente lograr sonidos ''como en la era de Vivaldi", lo cual refutan estos maestros sabios con un argumento contundente: la búsqueda de un falso modernismo y las exigencias de la moda en boga discográfica de pretender un ''sonido de época" solamente conducen, en opinión de estos maestros, a tonalidades precarias, discordantes y de efectos cacofónicos. No son meras palabras, el escucha puede corroborar los asombrosos logros de estos intérpretes en este océano de dos discos pródigos en hallazgos, efectos insospechados y por supuesto mucho placer y harto, hartísimo gozo, sello inmarcesible de la música de Vivaldi, que por lo aquí escuchado aparece como ese gran desconocido, uno de esos autores de los que todos nombran pero sólo unos cuantos conocen a cabalidad. Que viva que viva que viva que viva Vivaldi.