Usted está aquí: viernes 3 de junio de 2005 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Hoy, día clave sobre el caso El Encino

La palabra federal en duda

Las presiones de PRI y PAN

ESTE DIA quedará finiquitado o volverá a resurgir el muy espinoso asunto de El Encino, ese predio en el surponiente de la ciudad que concentra todo el odio político de, cuando menos, los dos últimos dos años.

ESAS TIERRAS, por las que han desfilado los nombres de Carlos Salinas y su cómplice, el panista Diego Fernández, ni siquiera tienen, con absoluta seguridad jurídica, dueño, aunque eso sí, apareció alguien que reclama derechos sobre el predio.

HASTA DONDE se sabe, en el ámbito de la justicia se dice que el Ministerio Público Federal declarará el no ejercicio de la acción penal en contra de López Obrador, después de reconocer todas y cada una de las pruebas que presentó la defensa del jefe de Gobierno.

NO OBSTANTE, se obligará al mismo gobierno a indemnizar a ese supuesto dueño con alguna suma de dinero, porque la empresa que se dice propietaria del predio se inconformó con la decisión del Ministerio Público, y el asunto podría finiquitarse con una suma que se pretenda justa.

ESA ES la salida que todos esperan para no llevar, una vez más, este asunto a los extremos de la confrontación política. En ese terreno, como ya quedó demostrado, la gente ha hecho su juicio y su decisión se mostró en la mayor y más importante manifestación callejera de que se tenga memoria en la historia del país.

PERO SI el asunto legal no está muerto, el político se halla más que vivo y, para no lanzar campanas al vuelo antes de tiempo, deben tenerse en cuenta algunos factores que no dan confianza en que las cosas vayan por el camino deseable.

PARA EMPEZAR, es difícil creer que el gobierno federal cumpla con los compromisos que adquiere o que se mantenga firme en su palabra, por lo que nadie puede descartar una sorpresa desagradable y con ello la vuelta a la confrontación política.

DESDE EL PRI hay presiones hacia el MP, es decir, la PGR, para que se libre la orden de aprehensión en contra de López Obrador. La tesis sigue siendo la misma: quitar de enfrente al oponente. Por el lado del PAN hay un sector ligado a Santiago Creel que, pese a las declaraciones de éste, quiere al jefe de Gobierno fuera de la contienda.

EN LOS dos casos no hay ninguna otra manera segura de neutralizar al candidato de mayor aceptación en las encuestas. Las otras rutas no prometen la seguridad de hacerlo a un lado.

LAS OPCIONES han sido perfectamente bien medidas. La que corresponde a ganarle a partir de grandes campañas mediáticas podría quitarle algunos puntos, pero ni así lo podrían alcanzar en su fuga, para utilizar un término bicicletero.

DE CUALQUIER forma, el diseño de la propaganda ya está listo e incluso hay quien dice que el PRI y el PAN tienen los fondos necesarios para colmar de anuncios las pantallas de televisión, aunque hasta el momento a nadie le interese aquello de los topes de campaña, pese a las advertencias que ya han hecho las autoridades electorales federales.

LA APUESTA es que del lado de López Obrador no se tengan los recursos suficiente para competir en los terrenos del mensaje televisivo, pero aunque consideran la alta confiabilidad de esa opción, no les ofrece la certeza del triunfo que suponen sin el aún mandatario capitalino en las boletas electorales.

POR LO pronto, ayer mismo el caso El Encino se volvió un tema prioritario en las conversaciones de panistas y priístas. Pero hoy tendrá que darse a conocer una decisión que puede traer tranquilidad al proceso electoral de 2006. Pero la verdad nada hay seguro. Eso usted lo puede jurar.

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