Se convirtió el banco en vigilante de conciencias, dicen el escritor y su esposa
A Bancomer:
Cuando pensábamos que el planeta estaba a punto de caer sin remedio en la corrupción más destructiva y en la perversión absoluta de todos los valores éticos, he aquí que Bancomer viene y nos da un ejemplo de moralidad que permanecerá grabado en letras de oro en la Historia de México y de las instituciones financieras mundiales.
Legítimamente preocupado con los lavados de dinero negro, que tanto daño han causado a la salud económica de la sociedad humana, aunque hayan ascendido a las glorias de la riqueza y del poder a una parte, Bancomer ha decidido purificar las cuentas que gestiona. Aplaudamos, por tanto, a Bancomer. A partir de ahora la consigna que se oirá en todo el mundo será esta: "Sea honesto, haga como Bancomer". Los viejos diez mandamientos de la Iglesia han dejado de servirnos de guía, Bancomer se encarga de vigilar nuestras conciencias y nuestro comportamiento. Gracias, Bancomer.
Sin embargo, tenemos una información para Bancomer. Como miles de personas, dimos dinero para ayudar a las comunidades indígenas de Chiapas. Como el de esos miles de personas, nuestro dinero es limpio, ganado con nuestro trabajo y utilizado según las reglas de solidaridad que, por lo visto, Bancomer desconoce. Al lanzar la sospecha de que nuestro dinero se ha ganado por medios ilícitos, Bancomer nos ofende. Al lanzar la sospecha de que el dinero voluntariamente puesto a disposición de las comunidades de Chiapas por esos miles de personas es sucio, Bancomer las ofende. Por tanto, Bancomer sólo tiene una solución: pedirnos disculpas. Y buscar seriamente el dinero sucio que habrá entrado en otras de las cuentas que cobija.
Tenemos la certeza de que lo encontrará.
Pilar del Río y José Saramago