Jueves 2 de junio de 2005
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
La libertad andrógina

En el inicio fue la oscuridad...
y después también, así sea como moda. Se trata del movimiento dark, cuyos miembros se distinguen por los atavíos andróginos y provocadores: ropa negra, botas, maquillaje, piercings y tatuajes. Tribu posmoderna que reivindica la diversidad de ser y asumir la personalidad, lejos de los esquemas impuestos..

Por Jorge Ricardo
Lo dark resume una manera de recrear la identidad, a partir de la “estética del sentimiento”; hacer de un estado de ánimo todo un estilo de vida que trasciende los roles de género y apuesta por la imagen andrógina, que se manifiesta en la ropa, el maquillaje, la atracción por la muerte y la poesía impregnada de sensualidad. Una estética con más de 20 años de existencia en México que hoy se ha vuelto popular, aunque a veces sin conocimiento alguno sobre su esencia. “Creen que hacemos orgías sangrientas o formamos clanes de vampiros”, comenta Vianca Mildred, directora de la organización de artistas dark Almas Perdidas.

La actitud dark “desde hace tres años comenzó a hacerse una moda y se masificó”, asegura Vianca. Ante el creciente número de adeptos en busca de identidad e integración, centros dark, como la Unión de Trabajadores Autogestivos, organizan talleres que incluyen charlas sobre sexualidad, donde el mensaje es “cultívate y cuídate, no importa si eres gay, lesbiana o heterosexual”.

Diversos sociólogos han advertido que la acumulación de desencantos actuales nos deja un mundo fragmentado, de incertidumbres y sin continuidad histórica. Aunque difieren en sus alcances, el encargado del programa de Cultura Urbana de la Universidad Autónoma Metropolitana, el antropólogo Néstor García Canclini, y el sociólogo francés Michel Maffesoli concuerdan en las causas del origen y las características de las “tribus” modernas, constituidas en su mayoría por jóvenes: las formas extremas de desintegración y baja pertenencia, el fundamentalismo con que definen su ‘nosotros’, su visión estereotipada y maniquea de la interculturalidad generacional y de clase, en una sociedad y un Estado que olvidan las responsabilidades colectivas.

Catedrático y director del Centro de Estudios sobre lo Actual y lo Cotidiano de la Universidad de La Sorbona, en París, Maffesoli explica, en El tiempo de las tribus, que en las sociedades recientes existe una necesidad exacerbada de compartir gustos, intereses y fantasías en una “estética del nosotros”, basada en las emociones para conformar lo que denomina “comunidades emocionales”.

Del punk al dark

En el inicio fue la oscuridad, y luego el culto a la muerte como el intermedio entre lo inanimado y la vida, como algo que iguala a todo el mundo al recordar la finitud de la existencia, y a partir de este culto estético recrear la vida como una escenificación corporal de la muerte.

El dark tiene sus orígenes en la música punk de los años setenta y su postulado de “no futuro”. Grupos posteriores hicieron música a partir de letras esotéricas y sonidos disonantes y angulares, escenificados en conciertos teatrales: The Feelies, Gang of Four, The Cure y, más tarde, Bauhaus, considerado pionero del género dark, por su reivindicación abierta.

El movimiento post punk, que comenzó a ser llamado dark o punkgótico, mantuvo rasgos de su antecesor, pero sin la violencia nihilista. Ahora visten de negro y blanco, se maquillan el rostro y su afición es el romanticismo, la literatura de terror y fantasía: Howard Phillips Lovecraft, Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire, entre otros.

La década de los años ochenta fue propicia para que el movimiento se asentara en México, un país desencantado por la crisis económica que marcó el fin de las promesas de ascenso social. Lo dark se asimiló como rechazo a la falta de oportunidades. Los jóvenes comenzaron a tomar aspectos de lo vampírico a lo andrógino a través de su vestimenta, que consideran es la manifestación de su ser interno. Maffesoli considera como característica común de las nuevas comunidades emocionales la “estética del sentimiento”, lo cual no es una experiencia individualista, sino algo “que por su misma esencia es apertura a los demás, al Otro”.

Apertura que connota el espacio, el destino común, que en el caso de los darkies es la búsqueda de integración a partir de su visibilidad como grupo con características estéticas transgresoras.

El ideal andrógino
Buena parte de quienes pertenecen al movimiento están abiertos a prácticas bisexuales y las identidades heterosexual y homosexual son vistas como complementos para la integración artística. La androginia “es parte del marco estético que permite que muchas personas se identifiquen dentro de ese movimiento. El arte, la vestimenta, las lecturas y música te vuelven más tolerante hacia una preferencia sexual distinta”, señala el poeta Francisco Jaimes.

Por su parte, Vianca Mildred, quien forma parte del movimiento desde hace siete años, sostiene que los darks “toman aspectos prohibidos socialmente, sobre todo los hombres, quienes no ocultan su parte femenina y lo manifiestan en su apariencia: ojos delineados, uso de corsé, pintura en los labios”, afectación deliberada y decadente, un tanto amanerada, que busca asemejar la de figuras míticas representativas, como Lilith, “la primera mujer que se rebela contra las enseñanzas y el dictamen divinos”.

En la interpretación dark del Génesis bíblico, al inicio Dios creó una criatura hermafrodita a su imagen y semejanza: “hombre y mujer, Él los creo”. Los nombró Adán y Lilith. La mujer probó la manzana y quiso compartir el poder con Dios, como iguales, por lo que fue expulsada al desierto y condenada a beber su propia sangre para no morir.

“ Lilith es el primera vampira, la diosa que representa el poder de la mujer, la parte oscura del poder y la magia”, asegura Mildred. Esto ha sido retomado como afán de inmortalidad por el movimiento dark, pero “no porque beban sangre o se sientan vampiros, sino como búsqueda artística”.

El maquillaje del cuerpo enuncia su uso como “altar artístico”, sostiene Jaimes, autor del libro Cantos de perversión y de inocencia. “Apropiación del ‘templo del cuerpo’ a través del luto por el mundo. El negro es un color muy andrógino, los piercings y el maquillaje en blanco es un ritual de libertad dentro del cuerpo, para lograr una estética muy marcada”.

La poesía dark con carga erótica describe el ritual en las parejas, sostiene Jaimes. “Después del sexo surgen las preguntas existenciales que nos aterran a todos: lo que soy y lo que tengo dentro de mí, la emoción, la ilusión o la muerte”.

Algunos darks también buscan formas alternativas de placer, como quemaduras o heridas leves. “Quemarse o cortarse en forma no severa es una manera de constatar el dolor que puede sentir el cuerpo y también es un ritual del erotismo”, asegura Jaimes. Sin embargo, esto no quiere decir que el ideario dark avale un ejercicio sexual no responsable. “Los verdaderos darkies comprueban la esterilización de las agujas al momento de las perforaciones y promueven el uso del condón, es un movimiento muy responsable”, concluye.

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Baudelaire dark

La corriente dark es atmósfera y búsqueda a través del arte. De ahí el culto a figuras literarias que transgredieron en su tiempo a través de su obra y en su vida, como Charles Baudelaire (1821-1867), francés que hace del romanticismo el medio para expresar su concepción del mundo, juzgada como “obscena” por la sociedad parisina de su época. Muere de sífilis a los 46 años (un condón le habría salvado la vida). Como muestra de su espíritu hastiado y oscuro, inspirador de más de un sueño de destrucción, va este poema tomado de Las flores del mal (1857):

La destrucción
El demonio se agita a mi lado sin cesar;
flota a mi alrededor cual aire impalpable;
lo respiro, siento cómo quema mi pulmón
y lo llena de un deseo eterno y culpable.
A veces toma, conocedor de mi amor al arte,
la forma de la más seductora mujer,
y bajo especiales pretextos hipócritas
acostumbra mi gusto a nefandos placeres.
Así me conduce, lejos de la mirada de Dios,
jadeante y destrozado de fatiga, al centro
de las llanuras del hastío, profundas y desiertas,
Y lanza a mis ojos, llenos de confusión,
sucias vestiduras, heridas abiertas,
¡ y el aderezo sangriento de la destrucción!