TEATRO
El método Grönholm, una visión del mundo laboral
Ampliar la imagen Miguel Rodarte, uno de protagonistas FOTO Archivo
LA ACRECENTADA COMPETENCIA profesional define, cada vez más, las relaciones laborales de estos nuevos tiempos. La pérdida del trabajo es uno de los miedos más comunes e inexorables del hombre actual. Esta nueva era tecnológica ha desarrollado una economía de mercado, basada en la creación de riqueza, cuyos empleados deben competir para mantener su trabajo o para ascender en los escalafones de una estructura laboral piramidal. Una competencia en la que todo se vale con tal de escalar, ganar dinero y alcanzar un estatus social de alto consumo. La obra El método Grönholm, transmite esta visión del mundo laboral y lleva la competencia profesional a su máximo extremo. Aunque plantea situaciones que pueden parecer absurdas o surrealistas, refleja un importante aspecto de nuestra realidad.
ESCRITA POR EL dramaturgo Jordi Galcerán (Barcelona 1964), la historia presenta a cuatro aspirantes a un alto puesto ejecutivo de una compañía multinacional (Roberto Blandón, Anilú Pardo, Emilio Guerrero y Miguel Rodarte). Reunidos en la sala de juntas de la empresa, los candidatos se someten a fuertes pruebas competitivas de selección, las cuales, traspasan la frontera de lo humano y se tiñen de amarga crueldad.
GALCERAN SE INSPIRO en una noticia de un periódico, que decía que habían encontrado en la basura unos documentos que provenían del área de recursos humanos de una cadena de supermercados. Los papeles contenían anotaciones del responsable de contratar personal que hacían alusiones machistas, clasistas y xenófobas respecto de las candidatas que se presentaban para un puesto de cajera. Aquel empleado, dotado del poder de contratar o no a una persona, se había adjudicado el derecho de prejuzgar a quienes no conocía. "Imaginé a esas pobres chicas intentando dar una buena imagen de sí mismas, una imagen empresarialmente correcta, intentando hacer lo que creían que se esperaba de ellas, dispuestas a soportar, inclusive, pequeñas humillaciones para conseguir ese trabajo que necesitaban", explica el autor en el programa de mano. Y esa inquietud del dramaturgo está perfectamente plasmada en toda la puesta en escena.
ESTA OBRA FUE encargada por el Teatro Nacional de Cataluña y estrenada en Barcelona en marzo de 2004 en lengua catalana. Debido al éxito que obtuvo, semanas después, se restrenó en Madrid traducida al español por el mismo autor. Más tarde se montó en Portugal, Alemania, Argentina, Venezuela, Perú y, ahora, en México bajo la dirección de Antonio Castro. Pronto se estrenará en una versión cinematográfica, que realiza el director argentino Marcelo Piñeyro con los actores Eduardo Noriega, Najwa Nimri y Héctor Alterio.
EL TEXTO DE esta comedia está muy bien construido. Se encuentra sustentado en el predominio del diálogo, en un humor negro e irónico y en una conducción situacional del espectador por caminos inciertos. El espectador es desorientado y guiado por circunstancias engañosas de las que duda pero, finalmente, cree. Por lo tanto, la intriga es una constante a lo largo de toda la historia. Dicha intriga se va entrelazando con un profundo sentimiento de angustia que también se va intensificando. Los cuatro personajes están encerrados, parecen ser observados por alguien, no se fían los unos de los otros y, aunque quieran, no pueden salir de esa situación debido al alto grado de enajenamiento que tienen con la competencia. El humor que maneja es totalmente ácido, y cuánto más trágica es la situación, más ácido se vuelve, con lo que logra que el espectados se ría de las situaciones más dramáticas. Tal vez, porque refleja nuestra realidad más de lo que imaginamos.
LA OBRA SE desarrolla en un espacio aséptico, futurista y minimalista, diseñado por el escenógrafo Macedonio Cervantes, que encierra a los personajes en un universo sicológico deshumanizado y desquiciado. Son títeres de la multinacional y capaces de aguantar cualquier humillación con tal de lograr el codiciado puesto.
LAS ACTUACIONES ESTAN muy bien realizadas. Cada aspirante refleja un perfil diferente de ejecutivo: la mujer inflexible, el homosexual moderno y ambicioso, el machista intolerante y el empresario venido a menos en cuyo interior se encuentra un gran cínico. ¿Cuál de los cuatro será el ganador? Según los seleccionadores de esta competencia, no necesitan "a una buena persona que parezca un hijo de puta, sino a un hijo de puta que parezca buena persona".
EL METODO GRÖNHOLM: Sala Chopin. Av. Alvaro Obregón 302. Col Roma. Jueves 20, viernes 19:30 y 21:30, sábados 18 y 20 y domingos 17:30 y 19:30 horas. Entrada: 250 pesos.