El ex mandatario, entre la fama y el escándalo
Querétaro, Qro., 29 de mayo. El ex gobernador Ignacio Loyola Vera, quien se hizo famoso internacionalmente por el apodo Firuláis que le puso el subcomandante Marcos; por tener de mascota a un perico llamado Blas, de quien decía que era su "espía", y porque algunas de las obras principales que edificó durante su gestión fueron demolidas, como el Centro de Rehabilitación Integral de Querétaro, tiene en su haber un cúmulo de irregularidades administrativas que ascienden a 350 millones de pesos.
Durante la audiencia pública que se celebró este lunes a petición de ex funcionarios de Loyola Vera y de él mismo, fueron detalladas las 74 observaciones subdivididas en 558 notas, resultado de la revisión de 30 por ciento de la cuenta pública del Poder Ejecutivo correspondiente al tercer trimestre de 2003.
Entre esas irregularidades destacan las 22 observaciones que aparecen en la cuenta pública dictaminada por la Contaduría Mayor de Hacienda de la Legislatura local a las obras del Aeropuerto Internacional de Querétaro (AIQ), las cuales se subdividen en 216 notas, que destacan deficiente planeación de proyectos de construcción, falta de estudios, documentación técnica y proyecto ejecutivo, entre otras carencias.
En las 236 hojas que son anexos del dictamen se indican irregularidades de "mayor gravedad": siete "conceptos pagados y no ejecutados" en obras del AIQ, del CRIQ, de la segunda etapa del Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer, del Centro Cultural y Educativo Manuel Gómez Morín, y en obras menores de drenaje e infraestructura carretera en diversos municipios.
Mariana Chávez, corresponsal