El museo del palacio presentará en agosto esculturas inéditas de la creadora surrealista
Bellas Artes albergará muestra de la familia Weisz-Carrington
Asiste la artista a la inauguración de Dibujos y gráficas, con obra de ella y su hijo Pablo Weisz
Ampliar la imagen Sobre estas l�as, Pablo Weisz FOTO Roberto Garc�Ortiz
A pesar de estar saliendo de una neumonía, la pintora surrealista Leonora Carrington (1917) no faltó ayer al mediodía a la apertura de la exposición Dibujos y gráficas, que comparte con su hijo Pablo Weisz en la galería El Estudio de la Casa del Poeta (Alvaro Obregón 73, Roma).
De hecho, su llegada fue un momento muy esperado para las múltiples amistades, coleccionistas, admiradores y seguidores que acudieron a la cita. Al subir la escalinata de la galería, doña Leonora fue recibida por su otro hijo Gabriel y sus nietos.
También saludó con mucho afecto a la escritora y periodista Elena Poniatowska, quien llegó acompañada de Bertha La Chaneca Maldonado. Poniatowska se dijo ''infinitamente agradecida'' con la pintora, ya que ilustró su primer libro, Lilus Kikus, en 1954. Carrington, señaló, ''fue tan generosa que me regaló todos los dibujos. Dijo: 'quédate con ellos como si fuera cualquier cosa'. Los tiene mi hija Paula en Mérida".
-¿Trabajaron juntas en la ilustración del libro?
-No. Le di el libro y lo ilustró como quiso. Ella hizo lo que quiso, pero, claro, todo lo que hizo me pareció espléndido, maravilloso.
Poniatowska siempre siguió en contacto con doña Leonora: ''La quiero y la admiro. Además es un ser fantástico. Es la única en México que es absolutamente distinta, absolutamente ella misma''. Aunque no hay nadie ''más esencial e importante que Leonora'', de acuerdo con la escritora, lo que la pintora no quiere es que ''le hagan caso. Que la dejan caminar solita por las calles''.
En el contexto de la exposición será presentado el libro Leonora Carrington. Surrealismo, alquimia y arte (CNCA/ Editorial Turner), de la historiadora de arte estadunidense Susan L. Aberth.
Tributo a un mundo creativo
Las actividades en torno a la pintora no terminan allí. El promotor cultural Isaac Masri, responsable de Impronta Editores, adelantó a La Jornada algunos pormenores de la exposición pensada como homenaje al mundo creativo de la familia Weisz-Carrington, que el 3 de agosto será inaugurada en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Consistirá en ocho esculturas recientes e inéditas de doña Leonora, otro tanto de obras de Pablo, una cantidad aún por definir de imágenes del fotógrafo húngaro Emerico Chiki Weisz -quien no asistió ayer por encontrarse todavía delicado de salud-, casado con Carrington en 1946, así como textos de Gabriel en torno al proyecto. Además se editará un libro.
Masri señala que la también escultora ha laborado mucho para la exposición. ''Siempre está trabajando. Ella dice que no, pero siempre está pensando y bocetando. Está activa.''
Asegura que la obra que Carrington presentará en el Museo del Palacio de Bellas Artes constituirá una "sorpresa". Es impresionante, agrega, "su capacidad creadora en este momento de su vida".
La estancia de Carrington en la apertura de ayer fue breve, si acaso 15 minutos antes de retirarse. Después de pasar a la oficina de la galería, en cuyas paredes también cuelgan ocho acrílicos, mixtas, lápices y tintas de su autoría, así como dos esculturas, pidió ir a la pequeña sala temporal a ver la obra, la cual seleccionó de su propio acervo, nunca antes exhibida.
Imágenes en los accidentes
En esta ocasión Pablo Weisz Carrington presenta acuarelas y grabado. Médico especializado en patología, siempre está dibujando o pintando.
Respecto a su modo de trabajar, Pablo Weisz explica que tiene dos vertientes. Mientras sus acrílicos se basan en bosquejos e ideas premeditadas, con las acuarelas todo es distinto.
''Las acuarelas -explica- se portan de manera sensacional, son totalmente espontáneas y producen muchos accidentes. Entonces busco las imágenes dentro de los accidentes. Por eso me encanta la acuarela, porque cuando he hecho acrílicos durante mucho tiempo, uno tiende a la repetición.''
Dueño de una obra también asociada con el surrealismo, Pablo Weisz asegura que se trata de un modo de percibir las cosas que ya se cultivaba desde 1500 con artistas como El Bosco, Van Eyck y Pedro Brueghal.
''El surrealismo -continúa- es como parte de la sustancia mítica de la persona y todos tenemos eso. Entonces siempre va a haber algo así que explora los sueños, la mitología interna y demás.''
Si Joseph Campbell en sus estudios sobre la mitología dice que el arte es esa pequeña parte que perdimos, para Weisz "el surrealismo es como una provocación de tu interior mítico".