Pese a contender por otros partidos, los cuatro candidatos salieron de las filas del PRI
Nayarit: lucha de priístas y ex tricolores, la próxima elección de gobernador
Ampliar la imagen Enrique Pe�ieto, candidato de PRI-PVEM al gobierno mexiquense, en imagen de archivo FOTO Javier Salinas Cesareo
Tepic, Nay., 29 de mayo. La jornada electoral del próximo 3 de julio, para renovar la gubernatura, el Congreso estatal y los 20 ayuntamientos, en los que participarán cinco partidos políticos, es escenario de una lucha entre priístas y políticos que han dejado ese instituto político.
Nayarit, que cuenta con 920 mil 185 habitantes y una lista nominal de 568 mil 885 electores, tiene de base económica la agricultura: según la Secretaría Estatal de Desarrollo Rural, al menos 100 mil habitantes y sus familias viven de cultivar frijol, sorgo, maíz, tabaco y caña. Sin embargo, ninguno de los cuatro candidatos a gobernador y muy pocos aspirantes a alcaldías o diputaciones tienen relación con el trabajo agrícola.
La entidad tuvo su primer gobierno no surgido del PRI en 1999, cuando Antonio Echevarría Domínguez renunció a su militancia tricolor y ganó las elecciones como abanderado de la Alianza por el Cambio, integrada por los partidos Acción Nacional, PRD y de la Revolución Socialista, con registro local.
Una vez en el poder, Echevarría despidió de su administración a militantes del PRD, se afilió al PAN como "adherente" (militante sin derechos) e integró su gabinete con militantes del PRI. Además, recordó el dirigente estatal perredista Jesús Castañeda, se alió a los cacicazgos que en campaña ofreció combatir, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el monopolio del transporte público, que encabeza Félix Torres Haro.
Castañeda señaló que tal comportamiento llevó a Echevarría a perder las elecciones de 2003, cuando el PRI ganó carro completo en el Congreso estatal y 15 de las 20 alcaldías (cuatro fueron para el PAN y una para Convergencia), entre ellas la capital, que perdió en 1999 frente a la Alianza por el Cambio.
Echevarría no logró ser admitido como militante activo del PAN, e incluso el dirigente nacional panista, Manuel Espino Barrientos, señaló -en su más reciente visita a la entidad- que "el actual es sólo un gobierno de transición, por lo que buscaremos que en las elecciones de este año el PAN gane por primera vez la gubernatura". Echevarría Domínguez replicó que no pertenecía "a ningún partido político, y espero que el 3 de julio gane la democracia".
La esposa del mandatario, Martha Elena García Gómez, anunció en noviembre de 2004 que buscaría la candidatura de una colalición PAN-Convergencia, por lo que inició una campaña que incluyó mítines multitudinarios. Acción Nacional le negó el registro un mes después, y Martha Elena renunció a sus pretensiones, por lo que dejó volando a sus seguidores, quienes -según Ricardo Esquivel, artífice de la campaña martista- "molestos con el PAN, emigraron a otros partidos, en tanto que Convergencia quedó materialmente desintegrado".
El 27 de febrero pasado el PRI eligió candidatos en un proceso interno. Un aspirante a la gubernatura, el senador Miguel Angel Navarro Quintero, contaba con apoyo evidente de marthistas e incluso del gobierno, sostuvo el dirigente estatal del PRI, Efrén Velásquez Ibarra.
Navarro perdió la elección. Junto con otro aspirante perdedor, Gerardo Montenegro -hijo del líder moral del SNTE en Nayarit, Liberato Montenegro-, alegó fraude y se pronunció contra el ganador de la candidatura, Ney González Sánchez.
Tras una lucha poselectoral en el PRI, Navarro renunció al partido y aceptó que la Alianza por Nayarit (PRD-PT-PRS) lo postulara, aunque perdió el apoyo del SNTE, que ofreció "apoyo total" a González Sánchez.
El ex diputado federal y ex alcalde de Tepic González Sánchez y Navarro Quintero se enfrentarán en urnas con otros dos ex priístas: Manuel Pérez Cárdenas, ex cónsul en Houston, Texas, y ex delegado de Pesca en la entidad, competirá bajo las siglas del PAN; y el dos veces diputado local Jesús Paredes Flores lo hará por Convergencia.
El mismo dirigente priísta Velásquez Ibarra consideró que la lucha "es de priístas contra ex priístas".