Ronald Buchanan

JUSTICIA SOBRE RUEDAS

La creciente demanda de petróleo ha generado una ola de desarrollo tecnológico sin precedentes, reflejada en una mayor capacidad de extracción en las nuevas fronteras de la industria, como aguas profundas y arenas asfálticas.

Aun así, muchos analistas prevén un pico de la producción global que podría alcanzarse pronto, hay quienes hablan de fines de 2006. De ahí el creciente interés que desafortunadamente casi no se manifiesta en México, por buscar fuentes alternas de energía, como el etanol y los renovables y también por atacar el problema del lado de la demanda.

Salvo casos excepcionales, como Singapur y los Emiratos Arabes, el consumo como proporción de la población es más alto en Estados Unidos, aunque Canadá no queda muy atrás. Destaca el hecho de que el consumo estadunidense es más o menos el doble del de la mayoría de los países europeos que, a su vez, dobla el de los latinoamericanos con las industrias petroleras más avanzadas.

Más llamativas, sin embargo, son las cifras sumamente bajas para China e India. Pero no nos dejemos engañar: el consumo per cápita de ambos países es muy bajo, pero las cifras globales son altas dado su enorme tamaño: casi 1.3 mil millones en China y poco más de mil millones en India.

Ahí no termina la cosa. Mientras se prevé una estabilidad relativa del consumo europeo, la Administración de Información sobre la Energía de Estados Unidos calcula que en las primeras dos décadas de este siglo, la demanda en Asia habrá aumentado casi 100 por ciento a 27.6 millones de barriles diarios, y en América del Norte crecerá 40 por ciento a 32 millones.

Si esos cálculos son acertados, las consecuencias para la economía mundial podrían ser desastrosas. De ahí la urgencia de llegar a un acuerdo global sobre el uso racional del petróleo y la búsqueda de fuentes alternativas.

Ello no sería del agrado de Estados Unidos ni de los fabricantes de los Lincoln Navigators y Ferraris, tan queridos por sus estrellas de hip-hop.

Mientras, México podría poner el ejemplo con políticas que favorezcan el desarrollo como nunca del transporte público, no sólo como medida de eficiencia sino de cerrar de alguna manera el abismo entre los que viajan como sardinas en micros y los dichosos que van en Mercedes. Justicia social, pues, sobre ruedas.

Como se previó en esta columna, las importaciones de gasolina bajaron dramáticamente a 86 mil barriles por día en abril desde 183 mil en marzo. En términos reales, sin embargo, quedan iguales.

¿Cómo? El aumento a casi el doble de su nivel histórico, que duró medio año, se debía a un desliz burocrático: no se renovaron a tiempo los contratos por maquila fuera del país, y la maquila no se contabiliza en las cifras de Pemex. Con los contratos ya renovados, las importaciones por concepto de maquila volvieron a desaparecer, como por arte de magia  §