El papel del trabajo: México | 30 de mayo de 2005 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
CONTRATOS A LA CARTA Las empresas se han adelantado al debate de la reforma a la Ley Federal del Trabajo. En la práctica menudean la subcontratación, el empleo bajo la figura de "trabajador de confianza" y el pago por honorarios. Nuevos tiempos reclaman nuevas actitudes y prácticas de organización. María del Pilar Martínez
Las actuales prácticas en las relaciones laborales obligan a los sindicatos a ampliar el concepto de trabajo y dar paso a un proceso de reorganización y resurgimiento. Esto, sin desatender las normas para defender y replantear contenido y formas de aplicación de los derechos y prestaciones de los trabajadores mediante la contratación. Los sindicatos han permanecido durante mucho tiempo casi paralizados frente a la transformación del mercado de trabajo. Están atrincherados en sus viejos cotos: la gran empresa con el gran contrato y con el gran sindicato. El entorno laboral ha cambiado de modo decisivo, en tanto que las organizaciones sindicales se han quedado rezagadas, enfrentando una disminución en el número de agremiados, entre otras razones, porque las figuras de la subcontratación, el trabajo por honorarios y el incremento del personal de confianza han hecho obsoleta a la Ley Federal del Trabajo. La existencia de contratos laborales de protección, con los que algunos sindicatos y empresas redefinen las condiciones laborales incluso al margen de los propios trabajadores, sigue avanzando y representa 90 por ciento del total de los que se registran ante las autoridades. Al mismo tiempo, las organizaciones sindicales enfrentan desde hace una década el adelgazamiento en sus filas, pues la tasa de afiliados ha caído de 25 a 11 por ciento. Este es, en general, el panorama en que se encuentra el sindicalismo nacional, pues hasta hoy no ha podido alcanzar un desarrollo acorde con las condiciones actuales del mercado; así, el mayor esfuerzo de las burocracias sindicales sigue siendo la búsqueda de posiciones políticas. El actual entorno laboral opera desde hace varios años con prácticas al margen de la legislación, pero que permiten la flexibilidad en el empleo, es decir, la subcontratación, la contratación por honorarios y la contratación de personal de confianza, en los sectores público y privado. Estas modalidades constituyen un factor importante en la disminución de la otrora fuerza de los sindicatos. De acuerdo con especialistas, lo único que se advierte en este medio es que las organizaciones sindicales "están asustadas". Empieza la reorganización Varios grupos de empleados comenzaron ya a reorganizarse para exponer las condiciones de quienes son contratados como "trabajadores de confianza" y hacerlas públicas. De acuerdo con Arturo Alcalde Justiniani, especialista en derecho laboral, esa figura en México ha crecido de manera desmedida. Explica que "por definición el personal de confianza debería ser de excepción; sin embargo, tiende a convertirse en una figura cada vez más común". En su definición, el artículo 9 de la Ley Federal del Trabajo acota mucho al personal de confianza, lo que no ocurre en realidad, pues este procedimiento ha sido bien utilizado por los interesados para flexibilizar el empleo de manera unilateral. Igual sucede en el sector público, en el artículo 5 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del artículo 123 constitucional apartado B, que determina quiénes deben ocupar los puestos de confianza, sobre todo mandos medios y no analistas, choferes ni secretarias, como hoy día, los cuales han dejado de ser empleados con prestaciones para sólo tener un trabajo. En este panorama, hay quienes piensan en demandar más derechos que en buscar una reforma laboral en serio. Los trabajadores que iniciaron sus reuniones al respecto son empleados de instituciones como Bellas Artes, Antropología y Radio Educación. También inquieta el crecimiento de la subcontratación que en la práctica es una forma indirecta en que la empresa logra flexibilizar el trabajo sin entrar en conflictos graves en términos de contrato colectivo con su sindicato. Esto se hace pasando a los trabajadores a otra empresa que desempeña ciertas actividades productivas u otro tipo de servicios. Hay trabajadores que laboran en las empresas sin que éstas tengan responsabilidad laboral. Especialistas como Enrique de la Garza, director del Instituto de Estudios del Trabajo, consideran que el nuevo entorno laboral ha creado un conflicto político a las organizaciones sindicales, porque desconocen cuál será su campo de influencia, que por el momento está reducido al ámbito más tradicional, y sobre el que se requiere ampliar conceptos y reglamentaciones. "Es tema relevante, que impacta de modo adverso las tasas de sindicalización y a las capacidades de la acción colectiva y movilización. La identificación de estos grupos de 'confianza' es que tienen ingresos relativamente bajos, malas condiciones de trabajo, no tienen seguridad social; eso los identifica en abstracto, pero en concreto lo que hace falta es instrumentar las acciones y las organizaciones de tipo colectivo." Hasta la fecha los sindicatos han permanecido, y ya llevan demasiado tiempo, paralizados frente a la transformación del capital. Están atrincherados en sus viejos cotos. Esto ocurre, sobre todo, frente a sectores que van creciendo de manera muy acelerada y en los cuales el sindicalismo no ha ofrecido una respuesta que haya fructificado para mejorar los ingresos, el empleo o las condiciones laborales de los agremiados.
Un estudio elaborado por Hugo Esteve, del Instituto de Proposiciones Estratégicas, AC, perteneciente a la Coparmex, destaca que "el movimiento obrero refleja un debilitamiento en sus estructuras, ha perdido en gran parte el control de sus agremiados, quienes empiezan a rebelarse a sus líderes; su posición en los puestos públicos y políticos ha disminuido considerablemente y el poder económico que cada día crece más, ahora les estorba y forma una barrera entre líderes y agremiados". Alcalde Justiniani señala que todo lo que hasta ahora se ha permitido en el sindicalismo es parte de una cultura corporativa que no ha cambiado y "se ha sembrado en la medida que el sector patronal tomó más cartas en el asunto, se entendió con el viejo sindicalismo y fortaleció su presencia. Por otro lado, ha habido muchos cambios en el mercado del trabajo que no han tenido respuesta de las organizaciones gremiales y se han ido imponiendo en los hechos, generando una degradación generalizada en el terreno del trabajo, en todas sus instituciones". Las respuestas dadas a las exigencias del mercado laboral ya no operan y se vuelve indispensable buscar soluciones a los problemas nuevos, porque ha cambiado la estructura del mercado. No se trata de voluntarismos o de imponer más castigos y controles: "eso no se resuelve con medidas jurídicas, tiene que haber una política económica y social de carácter multidisciplinario, donde también entra en juego la seguridad social", señaló Alcalde. Las nuevas relaciones laborales El sindicato de Telmex, dirigido por Francisco Hernández Juárez, es ejemplo de la reorientación que se da a las relaciones laborales en su propio contrato colectivo, e incluso es muestra del debilitamiento corporativo en los partidos políticos. Uno de los cuestionamientos que hacen investigadores laborales al sindicato de Telmex es acerca del crecimiento del telemarketing (ventas por teléfono) en la empresa; esto debido a la manera en que deben fijarse los contratos de los trabajadores en los centros de trabajo, donde se ofrecen productos por teléfono o Internet, porque simplemente ya no pertenecen a la empresa, aunque trabajen para ella. Esta es una forma de la subcontratación, procedimiento que cunde en empresas y gobiernos, señala De la Garza. Con ello pretenden contar con una flexibilidad numérica de la mano de obra, con la posibilidad de que trabajadores de las empresas subcontratistas puedan ser fácilmente empleados y desempleados, en comparación con lo que ocurre en las empresas originarias. En el nuevo entorno laboral se identifican
seis modalidades de contratación
Conflictos laborales en agenda
En el caso de los electricistas hay gran preocupación, sobre todo porque en los últimos años se ha perdido un elevado número de agremiados ante los recortes que ha aplicado la Secretaría de Hacienda, y también por el incremento de figuras distintas en las contrataciones. Momento de actuar La reforma laboral que se esperaba con el gobierno de Vicente Fox no ha aterrizado. Sin embargo, los cambios y modificaciones en las organizaciones sindicales deben asumirse como exigencia de la economía, pues los sindicatos deben tomar una posición frente a los cambios que se operan en el sector laboral, asegura Carlos Reynoso Castillo, investigador de la UAM Iztapalapa. La percepción hasta ahora sobre el asunto de cambio laboral es muy limitada, y a "los sindicatos les ha pasado de noche. No hay una reflexión profunda que permita ir creando un conocimiento de los asuntos involucrados o de las nuevas formas que adquiere el proceso de trabajo y su relación con el capital y, a partir de ahí, diseñar una estrategia que les permita plantear estrategias de negociación". Los moldes o las formas jurídicas que históricamente sirvieron en materia laboral para proteger a los trabajadores están hoy totalmente rebasadas. Por ello se deben construir los "pilares con los que podrán establecerse mecanismos de protección de la gente frente a las nuevas formas de organización del trabajo y de las relaciones laborales que ya se están visualizando y ante las que, sin duda, la legislación en este terreno está totalmente rebasada", destaca el investigador Alfonso Bouzas, de la UNAM. Para otro especialista en derecho laboral, Néstor de Buen, la cuestión fundamental es que la falta de fuerza en las organizaciones sindicales deriva de un problema muy difícil de resolver, el desempleo, pues es precisamente "cuando hay desempleo falta fuerza sindical". Es momento, entonces, de no continuar dependiendo de las figuras convencionales de organización de las relaciones laborales, y de construir un nuevo modelo de respuesta que permita una coexistencia más beneficiosa entre el trabajo y el capital. El fenómeno del crecimiento de los servicios con sus modalidades sobre el empleo, de la subcontratación y formas distintas en la contratación de personal son fundamento para fijar las agendas de un sindicalismo diferente, menos corporativo, más libre y participativo § |