Usted está aquí: domingo 29 de mayo de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

"Escenario Kaplan": guerra de Estados Unidos contra China

Mensajero del Olimpo bélico de Washington

EN MEDIO DE la escalada de tensiones comerciales que exacerbó el ultimátum financiero por seis meses de Estados Unidos a China para revaluar el yuan (ver Bajo la Lupa, 25 de mayo), Demetri Sevastopulo, corresponsal en Washington de The Financial Times (26 de mayo), adelantó la publicación de un reporte del Pentágono que "advierte la emergencia de China como rival estratégico". El reporte, realizado a pedido expreso del Congreso, pinta a China "en forma antagónica", lo que puede torpedear sus esfuerzos mediadores en Norcorea para detener su proyecto nuclear, cuando la tríada europea de Gran Bretaña/Francia/Alemania descolgó un relevante acuerdo con la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán para congelar su procesamiento de uranio enriquecido a cambio, entre lo visible, de su ingreso a la Organización Mundial de Comercio (International Herald Tribune, 26 de mayo).

MIENTRAS EL EX PRESIDENTE Bill Clinton calificó a China como "socio estratégico", Baby Bush la denostó como "competidor estratégico" cuando llegó al poder, con la espada desenvainada, en 2001. La postura inicial del rijoso Bush parece constituir la tónica del reporte poco amigable del Pentágono, que abulta las "estrategias del asesino macero (sic)" que supuestamente utilizaría el Ejército de Liberación del Pueblo contra Taiwán respecto a las "armas secretas y a las estrategias usadas para engañar y derrotar en forma rápida al enemigo durante el periodo de los estados guerreros de China". También destaca, aunque en forma poco creíble, la "carencia de conocimiento" (sic) de parte de Estados Unidos (tan acostumbrado a sus clandestinos "presupuestos negros") del "verdadero tamaño del presupuesto de defensa chino y su estrategia militar para el futuro", por lo que alerta contra las promesas de que China desea ser una "potencia pacífica". La parte más controvertida, que causará escozor, fue redactada por Michael Pillsbury, anterior subsecretario asistente de Defensa, quien ha sido muy crítico sobre el nivel secreto que arropa la militarización china.

EL HECHO DE que los sectores duros del Pentágono recurran a las filtraciones directas por medio de The Financial Times puede significar que sopesan las reacciones chinas para "revisar" el reporte en caso necesario, una técnica muy socorrida para "medir el agua a los camotes", como decimos en forma coloquial en México

EL REPORTE ALARMISTA del Pentágono se agrega a las altisonantes declaraciones tanto de Ronald Rumsfeld, el polémico secretario del Pentágono, como de Porter Goss, el flamante director de la CIA, quienes han expresado su preocupación por la celeridad de la militarización china. En este tenor, De Defensa (24 de mayo), centro de pensamiento militar-estratégico europeo con sede en Bruselas, captura la enorme relevancia del extenso reportaje de Robert Kaplan "Cómo lucharemos contra China", que saldrá publicado en junio en la muy influyente revista Atlantic Monthly, solamente asequible a los suscriptores y que, en forma curiosa, ha sido vaciado integralmente en la página de La Nueva Cuba.

EL ISRAELI-ESTADUNIDENSE Robert Kaplan, un arabófobo radical, se ha convertido desde hace una década por lo menos en el mensajero del Olimpo bélico de Washington. Sus numerosos libros que recopilan sus estremecedores artículos en The Atlantic Monthly no pocas veces son anticipatorios de eventos relevantes que luego suceden y en los que manifiesta su notoria proclividad por la balcanización y el caos en puntos ultrasensibles del planeta: "Los fantasmas en los Balcanes"; "La anarquía que viene" (que sacudió al entonces presidente Clinton sobre la ingobernabilidad y las "limpiezas étnicas" de la posguerra fría en Africa occidental); "Los confines de la Tierra" (una odisea geográfica por el "arco de inestabilidad" islámico desde el Medio Oriente, pasando por el Cáucaso, hasta Asia central y el sureste asiático); "Rendirse o morirse de hambre: viajes a Etiopía, Sudán, Somalia y Eritrea" (su título lo dice todo); "Los soldados de Dios: con los guerreros del Islam en Afganistán y Pakistán"; "Al este de Tartaria: viajes a los Balcanes, Medio Oriente y el Cáucaso" (el "nuevo Cercano Oriente", que se puede volver el "sismógrafo de la política mundial"), y "Viaje al futuro salvaje del imperio estadunidense" (que adelanta la probable balcanización de México). El más reciente libro de sus travesías crudamente hobbesianas, Política bélica: por qué el liderazgo pide una ética pagana, lo bascula de lleno al campo bélico de los neoconservadores straussianos. Está por salir en septiembre su nuevo libro Gruñidos militares: el ejército estadunidense en el terreno, que exhibe su íntima relación con el Olimpo bélico de Washington. Después de sus viajes transcontinentales ahora se enfoca en China, tema del que nunca le habíamos leído algo. Como habrán notado los dilectos lectores, Bajo la Lupa le ha seguido la pista a Kaplan por lo menos desde hace una década, aunque sus feroces enemigos lo fustigan de ser poco profundo en cuanto a teoría geoestratégica se refiere, lo cual lo hace derrapar demasiado en el anecdotismo trivial. Pero se esté o no de acuerdo con Kaplan ni, desde luego, se compartan sus fobias raciales ni su controvertido estilo poco literario, hay que admitir que los alcances de sus previos vaticinios y su evidente intimidad con el complejo-militar industrial de Estados Unidos e Israel hacen de sus escritos lecturas obligadas de la geopolítica que, a nuestro juicio, traslucen los mensajes interpósitos del Olimpo bélico de Washington.

LA PERCEPCION EN el artículo de De Defensa, que le concede gran importancia a los asertos de Kaplan, es fundamental, porque refleja el sentir europeo continental: "un documento importante sobre el estado de ánimo de las fuerzas navales en el Pacífico, que serían las principales implicadas en un conflicto con China". Kaplan maneja "hipótesis de conflicto", incluso "hipótesis de provocación para empujar a China a reacciones que justifiquen un ataque", y el centro estratégico europeo recuerda el incidente inolvidable del avión espía estadunidense EP-3E capturado por China, que obligó al incipiente gobierno bushiano a ofrecer disculpas.

CONSIDERA QUE EL Medio Oriente es sólo un centelleo, la contienda militar de Estados Unidos con China en el Pacífico definirá el siglo XXI, y China será un adversario más formidable de lo que fue Rusia. Asimismo, recomienda una serie de medidas que deberá tomar Estados Unidos en el campo militar, en la "dinámica de esta segunda guerra fría", sobre todo en su armada, para contrarrestar los desafíos en el Pacífico, que será el teatro de las operaciones. Ello por medio del Comando del Pacífico estadunidense (PACOM, por sus siglas en inglés), que será el sustituto de la OTAN, a su juicio fenecida. El PACOM "engloba la mitad de la superficie mundial y más de la mitad de su economía", y es el sitio donde "Estados Unidos ha decidido que se ubicará el grueso de sus fuerzas". Refiere como "modelo" a seguir (a nuestro juicio, muy endeble) la "superestructura imperial" de la Prusia de Bismarck, quien convirtió a su país en la potencia indispensable en las relaciones europeas con Gran Bretaña, Rusia y Austria, y cita en su apoyo el libro Diplomacia, de Henry Kissinger (otro "modelo" más endeble): "Bismarck forjó alianzas en todas las direcciones desde un aparente punto de aislamiento sin las restricciones de la ideología. Trajo la paz y la prosperidad a Europa central al reconocer que cuando las correlaciones de poder son correctamente calibradas, las guerras tienden a ser evitadas". Kaplan da a entender el trágico aislamiento bushiano en el planeta, y se equivoca con su "modelo": Bismarck, un genial estratega, emprendió varias guerras y fertilizó el terreno de las siguientes dos confrontaciones mundiales. Se contradice al párrafo inmediato al aseverar que el resurgimiento militar de Alemania y Japón fue consecuencia de su poderío económico, lo que asemeja al caso chino. ¿No será más bien el caso del actual resurgimiento militar ruso? Kaplan es un pésimo pensador estratégico pero un sobresaliente mensajero de los dioses, y en este sentido se parece más a una caricatura rupestre de Hermes que al incomensurable Tucídides.

AFIRMA QUE LAS inversiones en submarinos diésel y nucleares constituyen una señal inequívoca de que China "no solamente intenta proteger sus costas, sino también expandir su esfera de influencia más allá del Pacífico" (cita las incursiones económicas en Africa y el Canal de Panamá), ya que "no confía (sic) en Estados Unidos ni en India para garantizar la libertad de transporte en los mares de las materias energéticas provenientes del Medio Oriente", por lo que el "resultado probablemente definirá el conflicto militar del siglo XXI: no una gran guerra con China, sino una serie de guerras frías que se prolongarán por años y décadas" y que "acontecerán primordialmente en la zona de responsabilidad del PACOM". Se conduce como publicista de los militares del comando, con quienes pasó varias semanas, por su invitación. Señala que la "mayor preocupación de los militares de las fuerzas Aérea y Naval de Estados Unidos" es la "declaración de independencia de Taiwán, que llevaría a una lucha de Estados Unidos contra China que en estos momentos no es del interés nacional estadunidense", y agrega que sus confidentes "dan por hecho la reunificación coreana".

CUANDO EL "manejo de riesgos" se ha vuelto la ideología imperante en Estados Unidos, debido a que "los intereses de los empresarios de Estados Unidos corren en paralelo con los militares", la política aconsejable sería "disuadir a China sin provocarle en forma innecesaria (sic)", y su óptimo epílogo sería "neutralizarla mediante su incorporación al PACOM", como sucedió con la absorción de Rusia en la OTAN, lo cual, amén de ser muy discutible, peca de la doble obsesión por el control y el mando de los neoconservadores straussianos y, peor aún, elude las consecuencias de la decadencia de Estados Unidos cuando se calmen las turbulencias. Además, falta ver de qué lado se colocarán Rusia, India y la Unión Europea.

 
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