El sonido Bayou llenó el foro de Reforma en el espectáculo que unió generaciones
Creedence revive más de cuatro décadas de carrera musical en el Auditorio
Ampliar la imagen Con la voz de John Tristato al frente, Creedence demostr�e a�ene mucha m� que ofrecer a sus seguidores FOTO Cortes�Ocesa
Con 47 años de historia dentro del rock, el grupo californiano Creedence Clearwater Revisited -continuación clónica del de apellido Revival- llegó la noche del pasado martes al Auditorio Nacional para llenarlo y demostrar que el sonido del pantano, el sonido Bayou, está más vivo que nunca.
El talento de John Fogerty -compositor de los mayores éxitos de los Creedence- pervive en este grupo Revisited con afanes camaleonescos. La voz de John Tristao se esfuerza en emular el mejor sonido de una banda que nunca colocó un tema en el número uno de las listas de popularidad en Estados Unidos. A lo más, escaló el segundo sitio.
Pero en México su suerte fue y es diferente. La base social que hace al grupo pervivir se encuentra en los barrios, las cuadras, cuando centenas de los entonces muchachos escuchaban La hora de los Creedence a las 10 y a las 18 horas, por Radio Capital.
Caía el sol y se escuchaba En la esquina. "Echate como un perro... en la esquina", cotorreaba la palomilla, la paloma aplanacalles, de esos que no tenían nada que hacer y con un horizonte de vida por delante.
Esa base social le es fiel a los cridens. También hay público de las clases altas, pero son los menos. Así se dejaron ver la noche del pasado martes papás de la onda sicodélica acompañados por sus vástagos. Tan sólo para que se dieran un quemón de lo que oyeron, cuando el rock era bueno y no esa dizque música para la manada.
A las 20:30 comenzó esa descarga de nostalgia. Casi medio siglo de andar de banda viajera. Los Revisited tienen un calendario apretado de presentaciones en este 2005. ¿Quién detendrá la lluvia? Nadie pudo detenerla esa tarde del martes. Un tránsito lento, pesado, dificultó la llegada al Auditorio Nacional. Suzie Q y la prendidez, en la versión de los cridens que hizo a miles pararse para bailar, al modo de antes, bien macizo.
Esta noche, una fuerza que agarra velocidad hasta sentir que la cabeza gira. "Son 47 años de un sueño posible", comentó el vocalista Tristao, quien sabe que nunca será lo que fue.
Los cridens son los cridens. Mientras pueda ver la luz. Stu Cook (guitarra) y Doug Cosmo (batería) se muestran plenos en ademanes, en apóstrofes. Quieren hacer valer su condición de originales, aunque Stu ha dicho que Revisited ha adquirido personalidad propia.
Steve Gunner, armónica y guitarra acústica hace un buen trabajo; en tanto, Tall Morris, requinto, luce en Especial de medianoche y en Orgullosa María, la emblemática del grupo. Morris, el más joven del quinteto, logra que el público que cierra los ojos imagine y reviva el viejo sonido Bayou.
John Tristao canta Hijo afortunado, que hace que el Auditorio Nacional sea una gran fiesta. Dos encores, en los que interpretan Banda viajera y Molina. A las 22:10, después de ejecutar Corriendo en la jungla, el grupo se va finalmente, entre aplausos de quienes por generaciones han convivido con una música que entre millones de mexicanos llegó para quedarse.