Usted está aquí: viernes 27 de mayo de 2005 Cultura Deplora Atxaga asociar la oralidad sólo con la literatura en lenguas minoritarias

El siglo XXI será el de los idiomas indígenas en México, estima Natalio Hernández

Deplora Atxaga asociar la oralidad sólo con la literatura en lenguas minoritarias

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Natalio Hern�ez y Bernardo Atxaga, escritores ind�na y vasco, respectivamente, durante la charla p�a que sostuvieron en el Centro Cultural de Espa�OTO Mar�Mel�rez

Pareciera que sólo los escritores en lenguas minoritarias tenemos o hemos tenido abuela, dijo mitad en broma, mitad en serio, el escritor vasco Bernardo Atxaga, y aclaró que detrás de su frase no hay insolencia ni mucho menos un afán irreverente.

Lo que pretende, explicó, es hacer explícita esa discriminación, consciente o inconsciente, que existe en las letras en lenguas hegemónicas, como el inglés, el francés o el español, en el sentido peyorativo de asociar la oralidad sólo con la literatura de los idiomas minoritarios y no considerarla elemento común de la escritura en general.

''La lengua es probablemente una de las superficies en las que con más claridad se imprime el clasicismo", sostuvo, y a manera de ejemplo subrayó cómo lenguas minoritarias, entre ellas el euskera en España y las indígenas en México, han sido relacionadas con la sinrazón y lo iletrado.

Tales consideraciones surgieron de los puntos abordados por Atxaga durante la charla pública que sostuvo hace unos días con el poeta nahua Natalio Hernández, en el Centro Cultural de España.

Apego a la raíz náhuatl

El encuentro De la oralidad a la escritura marcó el comienzo el ciclo Diversidad cultural. Diversidad lingüística, que dicha institución dependiente de la embajada española realiza en su sede, ubicada en Guatemala 18, Centro Histórico.

Ante una audiencia acaso de medio centenar de personas, en la que prevalecieron jóvenes universitarios, ambos autores refirieron sus respectivas experiencias en torno de lo que implica ser escritor en lengua minoritaria, el euskera en el caso de Atxaga y el náhuatl en el de Hernández, en países en los que el castellano es el idioma prevaleciente.

Después de aclarar que escribía en el idioma de sus padres como una forma de mitigar la soledad y mantenerse apegado a sus raíces, el mexicano mencionó el hostigamiento y desdén en perjuicio de las lenguas indígenas en el país hasta hace no mucho, vistas como sinónimo de atraso, inclusive por las políticas gubernamentales.

Recordó cómo en las escuelas públicas estaba prohibido que los niños indígenas hablaran el idioma de su comunidad y se les imponía el español. También los prejuicios y burlas sociales en contra de aquellos que no eran hispanoparlantes.

Sin embargo, reconoció el cambio que de manera paulatina ha ocurrido en la sociedad mexicana desde que en los años 80 se impulsó una política indigenista que, entre otros rubros, promovió el proceso de escritura de las lenguas autóctonas.

Es momento de que los hablantes de lenguas indígenas en México pasen de la resistencia a la creatividad, de acuerdo con Natalio Hernández, quien se mostró optimista con el futuro de éstas al vaticinar que el XXI ''será el siglo de nuestras lenguas; comenzarán a desarrollarse, estudiarse y florecer, así como a construirse estándares".

Valoración social de la cultura vasca

La experiencia de Bernardo Atxaga con el vasco fue muy diferente al caso mexicano. Según contó el escritor, su acercamiento a ésta, una de las dos lenguas maternas que tiene -la otra es el español-, se dio en un contexto favorable, como parte de un proceso en el que existía una valoración social no sólo de ésta, sino en general de la cultura vasca.

Recordó que fue hasta el siglo XIX, con el romanticismo, que ''las lenguas pequeñas" comenzaron a ser tomadas en cuenta y valoradas en su riqueza dentro del continente europeo, y así surgió una literatura específica.

Aclaró que en el caso específico de los vascos, el hecho de mantener una lengua propia ''les da la impresión o sensación de entidad, de ser centro y no provincia".

A decir de Atxaga, hoy día, para un escritor en lengua minoritaria, no es necesario saber ni escribir en lengua hegemónica: ''Se puede vivir bien sin necesidad de escribir en otro idioma. Es más, los escritores bilingües somos hoy los menos".

 
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