Usted está aquí: viernes 27 de mayo de 2005 Estados Huyen 8 jornaleros más de la finca de Sonora; 3 se encuentran desaparecidos

La hermana del contratista amenaza a familiares; el Congreso revisará el caso

Huyen 8 jornaleros más de la finca de Sonora; 3 se encuentran desaparecidos

SAUL MALDONADO CORRESPONSAL

Durango, Dgo., 26 de mayo. Ocho jornaleros más que fueron enganchados para trabajar en el corte de la uva en Sonora huyeron de la finca donde los tenían en condiciones infrahumanas; cinco llegaron a Durango y del resto se desconoce el paradero.

Leticia Herrera, madre de uno de ellos, denunció que Paula Atayde, hermana del contratista que llevó a los duranguenses a la vendimia, "vino y nos amenazó por haber dado a conocer lo que estaba pasando en ese lugar".

"Nos dijo que la guerra estaba declarada y que si despedían a su hermano o le pasaba algo, lo lamentaríamos," dijo Herrera, quien el lunes pasado acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a denunciar el trato que recibían sus familiares en Sonora.

Herrera y otras madres de jornaleros acudieron este día al Congreso de Durango, donde fueron recibidas por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Juan Quiñones Ruiz, quien se comprometió a revisar el caso.

Armando Acosta Herrera -quien trabajó sólo dos semanas en el corte de uva- confirmó que otros ocho duranguenses abandonaron el rancho, aunque sólo cinco han llegado a sus hogares.

"Estuvimos en dos ranchos. En el primero, de nombre Batave, Julio Atayde nos trataba mal, nos humillaba delante de los demás trabajadores y no cumplía con lo pactado: nos vendían la comida, aunque nos prometió que sería regalada. Esto provocaba que muchos comieran uvas", relató.

A la siguiente semana trabajaron en el rancho Campo Sonora, donde se les trató mejor, aunque las condiciones de salud y de alimentación, recordó, no eran tampoco las adecuadas.

"No nos pagaban como nos prometieron: mil 500 pesos mensuales; nos pagaban 10 pesos por reja que juntáramos", y el servicio de salud consistía en un par de pastillas y la alimentación también era vendida.

El jornalero dijo que viajó con su esposa, quien junto con otros compañeros también abandonó el lugar el martes, aunque sin dinero, por lo cual tuvieron que viajar de raid. Algunos llegaron y otros no.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.