MEXICO SA
Modelito económico de 4 sexenios
Desde 1982 hasta el gobierno del "cambio", la oferta de bienestar no ha pasado del discurso oficial
CUATRO LARGOS SEXENIOS han transcurrido desde la instauración del modelito económico que hoy tiene a medio país en el suelo y a la otra mitad no muy alejada de ese espacio, y desde el poder político y económico no ha dejado de extenderse la misma atenta invitación a los mexicanos: sean pacientes, porque las "reformas estructurales" y las sabias decisiones de la clase dirigente no dan frutos de la noche a la mañana.
PACIENCIA, Y MUCHA, habrá que tener, porque todo indica que el asunto va para largo, porque en el mejor de los casos, siempre y cuando el modelito económico mantenga los resultados a la fecha registrados, sólo a partir del 2205 los mexicanos -si es que para entonces existen en el planeta- podrán hablarse de tú en materia de bienestar con los habitantes de las naciones desarrolladas.
DESDE EL GOBIERNO de la "renovación moral" hasta el del "cambio", la oferta de bienestar, crecimiento, desarrollo, justicia social, distribución de la riqueza, oportunidades para todos y demás bondades -supuestamente garantizadas por el nuevo modelito- no ha trascendido el discurso oficial, ni lo hará, por lo visto.
EN GOBIERNOS ANTERIORES -todos ellos promotores de "reformas estructurales"- se analizaron (sin considerar la crisis por los "errores de diciembre" de 1994 ni la debacle de 1995) distintas proyecciones sobre el crecimiento económico en México y el efecto que, de concretarse, cada una de ellas tendría en el bienestar de la población. Las conclusiones -incluida la del mejor escenario- fueron espeluznantes.
SIN EMBARGO, LA ESTIMACION que días atrás hiciera la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos resulta verdaderamente devastadora: "si la evolución de la economía sigue así, llevaría a México dos centurias ponerse a la par, en términos de bienestar, de las otras naciones de la OCDE... Un crecimiento económico de 4 por ciento al año no basta para mejorar el bienestar de la población".
ES TERRORIFICO CONOCER que con crecimiento anual promedio de 4 por ciento tomaría 200 años emparejar el bienestar de los mexicanos con el resto de países pertenecientes a la OCDE, pero la realidad es mucho más grave: en el más reciente cuatrienio el promedio de "avance" de la economía nacional ha sido de 1.55 por ciento, por mucho que ciertos personajes celebren que "hoy el país está mejor que nunca".
YA EN EL SALINATO y su primer mundo virtual, se advertía que de no llevarse a cabo una política deliberada para redistribuir el ingreso en el país, el 10 por ciento de los hogares más pobres tendría que esperar 64 años para satisfacer sus necesidades esenciales, "en caso de que México registrara una tasa sostenida de crecimiento de la economía de 3 por ciento anual por habitante"; el decil siguiente tardaría 33 años y los dos subsecuentes 21 y 10 años, respectivamente.
DOCE AÑOS ATRAS, el Pronasol planteaba tres hipótesis concretas: para realizar la primera (para el año 2007 se mantendría una distribución del ingreso entre los hogares mexicanos idéntica a la prevaleciente en 1985), el producto interno bruto tendría que crecer a una tasa real anual sostenida de 7.4 por entre 1986 y 2007; para alcanzar la segunda (en 2007 se alcanzaría una distribución del ingreso similar a la registrada en el Reino Unido en 1967), el PIB tendría que avanzar 4 por ciento real cada año en igual periodo; para llevar a la práctica la tercera (una distribución del ingreso parecida a la registrada en Checoslovaquia o Hungría antes de la caída del bloque socialista), el ritmo anual de incremento sostenido tendría que ser de 2 por ciento. Ninguna se materializó. Lejos de ello, la crisis de los "errores de diciembre" y la subsiguiente debacle en 1995 dieron al traste con todo.
AUN ASI, si se comparan los escenarios descritos con la estimación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, los primeros parecen pecata minuta. Sostiene el organismo que la tasa de crecimiento económico de México en los años recientes y la que se prevé tendrá el resto de la década no resulta suficiente para incrementar el nivel de bienestar de su población. "Si la evolución de la economía sigue así, llevaría a México dos centurias ponerse a la par, en términos de bienestar, de las otras naciones de la OCDE."
COMO BIEN LO señaló La Jornada, los pronósticos ofrecidos por la OCDE hacen ver que el pobre desempeño de la economía, una de las características de la gestión del presidente Fox, continuará en los siguientes años. El organismo anticipó que se mantendrá elevado el desempleo, pero también expresó "preocupación" por la forma en que la administración federal ha empleado el ingreso adicional derivado del alto precio del petróleo. A la vez, consideró "poco probable" que en 2005 y 2006 haya acuerdos políticos para que sean aprobadas reformas en materia fiscal, eléctrica, de telecomunicaciones y al mercado laboral (Roberto González Amador).
LO PEOR DEL CASO es que la perspectiva no mejora. La estimación de la OCDE adelanta un crecimiento económico para México de 4 por ciento en 2005 y de 4.2 por ciento en 2006, proporción que se mantendría de 2007 a 2010, "una tasa tan baja como para impedir una reducción de la brecha entre los niveles de bienestar de México con los países desarrollados del mundo... Una tasa de crecimiento como la lograda en los años recientes y la que se espera para esta década no basta para aumentar el bienestar", aunque "una de 6 por ciento por año permitiría estrechar la brecha de bienestar, y en una o dos generaciones México tendría un nivel de vida similar al de la mayoría de naciones de la OCDE".
ES TAL EL PANORAMA que ni siquiera el siempre optimista y respondón coordinador de Políticas Públicas, Eduardo Sojo, cree que la economía mexicana crezca a una tasa de 6 por ciento, cuando menos no en lo que queda del gobierno del "cambio".
POR LO VISTO, los fabricantes de silla son los únicos con potencial ilimitado de aquí al año 2205, porque los pacientes mexicanos tendrán que esperar en ellas sentados mientras se materializa el prometido bienestar.
Las rebanadas del pastel:
¿SE HABRAN PREGUNTADO las autoridades electorales dónde nace el río de recursos económicos que patrocina las campañas propagandísticas del ejército de precandidatos al hueso mayor?