"Frustrarían" planes de gasto excesivo con presiones devaluatorias, sostiene
Castigarán mercados cualquier intento populista: Ortiz
Ampliar la imagen El gobernador del Banco de M�co, Guillermo Ortiz Mart�z FOTO Ap
El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, consideró poco probable que el próximo gobierno, cualquiera que sea su origen, abandone la disciplina fiscal y monetaria, pues los mercados "frustrarían" de inmediato cualquier intento populista, como el gasto excesivo con presiones devaluatorias y aumento de tasas de interés.
Según Ortiz, entre los principales partidos políticos hay consenso acerca de la importancia de mantener la estabilidad macroeconómica, por lo que el tema ni siquiera estará a discusión en 2006.
Uno de los principales retos del próximo gobierno, señaló Ortiz, será transformar la actual estructura fiscal, que ya no responde a las necesidades del país y propicia que haya "una enorme evasión, como todos sabemos".
Lo que realmente le interesará a los inversionistas, agregó, serán las propuestas detalladas de los diferentes candidatos para lograr crecimiento económico, aumentar la recaudación y mejorar la coordinación entre las políticas fiscal y monetaria.
Pronosticó que este año la inflación será menor a 4 por ciento y la subyacente de 3.5 por ciento, lo que favorecería una baja en las tasas de interés y un crecimiento del crédito bancario.
Al participar en el seminario México y los desafíos del cambio, organizado por Council of the Americas, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, el gobernador del banco central reiteró que la posibilidad de una crisis sexenal es remota porque la economía mexicana es mucho más resistente a choques externos. Habrá "mucho ruido político", pero la transición será aún más tranquila que la del año 2000, aseguró.
Por su parte, el ex embajador estadunidense en México James Jones llamó al empresariado a intensificar la presión para abrir sectores estratégicos a la inversión privada.
Jones reconoció que el tema de los energéticos es "muy sensible", pero calificó de "ridículo" que México tenga que importar gas y otros productos refinados por 7 mil millones de dólares cada año, cuando posee las cuartas reservas de petróleo y gas más grandes del mundo.
Hay "enormes" oportunidades para explotar los yacimientos en el Golfo; sin embargo, el país no dispone de dinero ni tecnología para hacerlo; por ello, Estados Unidos y Canadá tienen "la obligación" de financiar estos proyectos.
El diplomático señaló que México necesita hacer diversas reformas para poder ser competitivo en 20 años. Los trabajadores mexicanos, detalló, han perdido competitividad por falta de capacitación; se necesita una reforma educativa que siga el ejemplo de los países asiáticos, donde "no todos van a la universidad", pero sí tienen acceso a una sólida formación básica; falta ampliar la infraestructura de telecomunicaciones, sobre todo en el sur del país, y una reforma judicial que dé garantías a los inversionistas y evite que las empresas recurran a la corrupción para operar en México.
A su vez, el director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Roberto Newell, señaló que en los pasados 35 años la productividad del país creció apenas 0.4 por ciento, lo que es "una tragedia".
Durante los próximos 40 años, agregó, México tendrá más personas en edad productiva que dependientes económicos y, al igual que Chile, España e Irlanda podrá aprovechar el bono demográfico para salir de la pobreza.
Sin embargo, señaló, para ello se necesitan reformas e invertir más en educación, tecnología, capacitación y procesos administrativos eficientes
Al respecto, Juan Fernández Oliva, presidente de IBM para América Latina, destacó que si bien México es la economía número 14, ocupa el lugar 44 en inversión en tecnología "y sigue bajando".