Con maniobra mediática, buscan proteger al cura señalado de pederasta, expresan
Acusadores de Maciel denuncian provocación de Legionarios de Cristo
Un reporte de Roma, trampa para anular el proceso al fundador de la Universidad Anáhuac
Ampliar la imagen Marcial Maciel Degollado, en imagen del 21 de abril de 1997 FOTO La Jornada
En una insólita "maniobra mediática", la orden de los Legionarios de Cristo incurrió en una "trampa" al hacer creer que con un comunicado el Vaticano ha dicho que no se sigue ni se seguirá un proceso canónico contra el sacerdote Marcial Maciel Degollado, fundador de esa orden religiosa, acusado por varios ex seminaristas de abuso sexual cuando eran niños y adolescentes. No hay comunicado oficial de Roma ni lo habrá. Por lo que el proceso contra Maciel sigue en curso en los tribunales eclesiásticos de Roma.
La orden de los Legionarios sabe muy bien que la Iglesia católica no se conduce bajo el criterio de comunicados, menos aún en este tipo de casos tan delicados y vergonzosos, como las acusaciones de violación de menores contra el fundador de la agrupación religiosa.
De acuerdo con varias de las víctimas, la osada maniobra de los Legionarios no sólo es un intento por proteger a su fundador frente a la opinión pública internacional y ejercer presión sobre Roma, sino que también, en "abierta provocación", busca que se hagan públicos los más de 30 documentos en poder de los acusadores y que prueban la existencia del proceso judicial contra Maciel, pues en caso de hacerlo se violaría la promesa de secreto absoluto y, de esa forma se "quemaría" dicho proceso.
Según versiones confirmadas por la parte acusadora, el portavoz asistente del Vaticano, monseñor Ciro Benedittini no extendió a la congregación de los Legionarios de Cristo ningún comunicado oficial, sólo dijo que, según él, a pregunta expresa que se le formuló, no había una investigación sobre el caso Maciel, y la verdad es que no dijo ninguna mentira, pues Benedittini no tiene conocimiento de un asunto que se está integrando con la confidencialidad del caso.
Martha Wegan, abogada y canonista que conduce el caso en los tribunales de la curia romana, no ha recibido hasta el momento notificación oficial de que el caso Maciel esté cerrado o próximo a ello. Ella misma, apenas en diciembre pasado, notificó a las víctimas la decisión de la Pontificia Congregación para la Doctrina de la Fe, en ese entonces presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, de reabrir las investigaciones, luego que las denuncias se presentaron desde el verano de 1998.
En ese momento, los afectados comunicaron a su abogada la firme decisión de ratificar la denuncia frente a los tribunales, situación que finalmente ocurrió a principios de abril, cuando el Promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna, y el notario del Vaticano, Pedro Miguel Funes, estuvieron en las ciudades de Nueva York y México para recoger los testimonios de los denunciantes de Maciel.
Hay que recordar que la decisión de reiniciar la investigación -2 de diciembre de 2004- fue por instrucciones del cardenal Ratzinger y se dio en el más total hermetismo, es decir, no hubo comunicado alguno, y en esa lógica no tendría por qué haberlo hoy, cuando, según la versión de los Legionarios, está prácticamente cerrado, estimó Fred Alvarez, especialista que ha seguido este caso de manera especial.
De igual forma, parecería falto de toda congruencia y hasta ridículo que Roma reabriera el caso y en un plazo de apenas cinco meses exonerara al cura acusado, quien -por cierto-, fuentes bien informadas, lo ubican en México, luego de aceptar la "sugerencia" del mismo Vaticano de ya no permanecer en Roma, después que dejó la dirección general de los Legionarios de Cristo en manos de su sucesor, el secerdote Alvaro Corcuera Martínez del Río.
Prescripción del delito
El Código de Derecho Canónico establece que el delito de abuso sexual prescribe a los 10 años de cometido. Por ello, el principio que sigue la Congregación para la Doctrina de la Fe para fundamentar las acusaciones contra Maciel Degollado tiene por base la denuncia que se presentó en 1998, por "absolución de cómplice". En otras palabras, se le acusa de haber atacado sexualmente a sus víctimas, confesarlas, perdonarlas y mandarlas a comulgar.
La primera denuncia formal ante los tribunales eclesiásticos contra Marcial Maciel Degollado la presentaron en el verano de 1998 varios ex legionarios, encabezados por José Barba y Arturo Jurado, en la que plantearon que habían sido víctimas de abuso sexual cuando tenían entre 10 y 16 años de edad. Sin embargo, el Vaticano guardó silencio durante casi siete años, hasta que a finales del año pasado decidió reabrir el caso.
El cardenal Ratzinger designó a Scicluna como responsable directo de la investigación sobre Maciel. A México llegó éste discretamente el domingo 3 de abril y al día siguiente, en una hospedería-convento de la colonia San Pedro de los Pinos, y durante más de una semana de encuentros, se llevó a Roma casi 30 declaraciones notariadas de los afectados y personas relacionadas con el caso, así como diversos documentos.