CIUDAD PERDIDA
En marcha, la maquinaria de guerra electoral en el PRD
Ambiciones desatadas
El DF, el ardiente campo de batalla
PESE A los llamados constantes que advertían que el campo estaba seco y que el momento político podría incendiarlo, la maquinaria de guerra intestina en el PRD se echó a andar, y el llano está en llamas.
EL AMBIENTE de triunfo en el Distrito Federal despertó ambiciones y creó expectativas entre quienes se sienten merecedores de gobernar la joya de la corona: la capital del país, que ese partido ha mantenido en su poder durante los últimos dos periodos de gobierno.
SE DICE que casi cualquier candidato que vista los colores negro y amarillo podrá escalar, con cierta facilidad, hasta la cima del poder en la ciudad de México, aunque gobernarla sea cosa diferente.
EL NOMBRE de los pretensos ya ha sido ventilado. Se sabe que en Nueva Izquierda René Arce, en un acto poco usual, declinó en favor de Jesús Ortega; que en Unidad y Renovación Pablo Gómez quiere contender con Armando Quintero; que en la CID Dolores Padierna, sin ninguna posibilidad de competir, prefiere apoyar a Marcelo Ebrard que, según rumores, es el candidato del gobierno central, y que en una jugada no esperada Martí Batres fue encajado en el tablero para dar equilibrio a la contienda interna, que ya está en marcha.
LAS DECLARACIONES constantes del secretario de Desarrollo Social, Marcelo Ebrard, sobre sus aspiraciones, y la precampaña que desde hace meses inició René Arce, pero que al parecer nunca encontró eco entre la gente, encendieron el ánimo de los otros aspirantes que esperan mejores momentos para asomar la cabeza.
HOY TODOS, o casi todos porque se asegura que la lista no está completa, ya se están cociendo a fuego lento, en el perol de la grilla interna, donde por el momento nada más se enseñan los colmillos, pero nadie muerde.
A ESTAS alturas lo más relevante es la reacción provocada por la postulación de Ebrard. En un acuerdo no escrito, las tribus perredistas quieren impedir, de cualquier forma, que el ex jefe de la policía capitalina obtenga la candidatura del partido del sol azteca.
ABIERTAMENTE, ALGUNOS militantes de importancia en el PRD-DF han señalado que el candidato a la jefatura de Gobierno deberá ser uno con todo el pedigrí que marca la lucha de la izquierda en la ciudad, y que ese no es Marcelo Ebrard.
NO OBSTANTE, a otros les parece que el secretario de Desarrollo Social será el factor que neutralice la guerra intestina. Hay confianza en que Ebrard pueda llegar a acuerdos con todas las corrientes para evitar el desprestigio que carga el PRD después de cada elección interna.
LO MALO es que por el momento Ebrard no ha querido, o no ha sabido, acercarse a los jefe de las tribus contendientes para establecer las reglas mínimas de acuerdo que le abrieran el paso a la candidatura y el tiempo, como siempre, encona las diferencias.
POR LO pronto, el fin de la semana que viene Pablo Gómez se tirará al ruedo apoyado por una porción, dicen que importante de la UNyR. Allí, acompañado por sus más viejos amigos, Gómez (le caviar rouge de la izquierda defeña) tratará de quitar de enfrente al primer escollo de su carrera por la candidatura: el delegado de Iztacalco, Armado Quintero, quien cuenta con el apoyo de otra parte de la misma corriente y quiere llevar las cosas con mayor tranquilidad y no distraerse, por el momento, de sus quehaceres de gobierno.
Y AUNQUE no es nada oficial, en oposición a la postulación de Ebrard, entre la mayor parte de las tribus perredistas hay quien asegura que Martí Batres es el as bajo la manga que se tenía reservado.
BATRES LOGRO acuerdo con las corrientes internas y concilió los intereses más disímbolos en el partido, así que para muchos es él quien pudiera hacer la función que Ebrard no ha realizado en el partido.
Por lo pronto, y aunque por el momento sólo se mire la humareda, el llano ya está en llamas.