Afectados, 10 mil productores; analizan indemnizarlos
Se pudren por falta de mercado 20 mil toneladas de naranja en Hidalgo
Ampliar la imagen Miles de toneladas de naranja fueron enterradas para evitar la proliferaci�e plagas FOTO Armando Loaiza
Pachuca, Hgo., 22 de mayo. La ausencia de canales de comercialización obligó a productores de naranja de la huasteca hidalguense a "sepultar" 20 mil toneladas del fruto, para evitar que al madurar se conviertan en un problema de salud, al favorecer la proliferación de gusanos y moscas.
Por lo pronto, las autoridades buscan mecanismos para evitar un conflicto social, pues miles de productores -se calculan unos 10 mil- no tienen forma de subsistir, dado que la cosecha de naranja es su único medio de vida.
El secretario de Agricultura del gobierno estatal, Jorge Rojo García de Alba, contactó a representantes de la Sociedad Cooperativa Pascual, elaboradora de los refrescos Boing, para que adquiera el producto. Asimismo, anunció que se declarará en emergencia a la zona productora de naranja, para que los productores reciban una indemnización económica que los ayude a paliar el problema.
Manuel Hernández, productor de naranja en San Felipe Orizatlán desde hace 50 años, dijo sentirse "desesperado" y no saber qué hacer en esta crisis, que, considera, es "la peor de los últimos 15 años".
Justino Gómez, otro citricultor de la región, sostuvo que "el clima nos ha amolado", pues las altas temperaturas han provocado la pronta descomposición del fruto. Agregó que esta vez no se pudo colocar en el mercado ni 10 por ciento de la producción.
Antonio Reyes, representante de productores de naranja, planteó un negro panorama y aceptó que miles de agricultores han tenido que emigrar. "Mucha gente se fue al extranjero y otros a ciudades del centro del país, pero muchos abandonaron sus cultivos", comentó.
La sequía aceleró el problema, pues la naranja se quemó con el calor, de tal manera que se debieron enterrar miles de toneladas para evitar un problema de salud, debido a las moscas y gusanos que se generan durante el proceso de descomposición. La misma Junta Local de Sanidad Vegetal recomendó a los citricultores de Ahuatitla, Texcatla y Huitzintla, entre otros municipios, enterrar el cítrico para prevenir problemas sanitarios.
Hasta el presente año, cada productor recibió 300 pesos por hectárea de naranja cosechada, pero con este problema los agricultores se quedaron sin ingresos, por lo que el gobierno del estado prevé declarar a la zona como siniestrada, para poder indemnizar a los campesinos y así reducir un poco el problema, que de agrícola podría pasar a conflicto social.
Además, para redondear el problema, durante el gobierno de Manuel Angel Núñez Soto se puso en marcha el Centro Seleccionador de Cítricos, puesto a nombre de la Federación de Citricultores de Huitzizilingo, municipio de San Felipe Orizatlán, donde se pretendía acopiar y procesar toda la naranja de la región, para darle un valor agregado y venderla como jugo a firmas importantes.
Primero, las autoridades "olvidaron" colocar un transformador de energía eléctrica para activar las máquinas trituradoras de la naranja. Luego el centro fue abandonado y hoy se ha convertido en un elefante blanco.
Tristemente, a escasos metros del centro de acopio están los huertos, donde a flor de tierra se observan naranjas y los árboles todavía con frutos, sin gente que los corte. Un panorama verdaderamente desolador.
Además de la indemnización a los productores, el gobierno se ha acercado a los representantes de la Sociedad Cooperativa Pascual, que tiene una de sus plantas en el municipio de Tizayuca, Hidalgo, para que adquiera lo que queda de naranja y la use para producir parte de los 2 millones de litros de jugo para elaborar refrescos.