Habla el mandatario de las relaciones con AL
Evalúa Kirchner la "difícil salida del infierno" en que estaba Argentina
Buenos Aires, 22 de mayo. En vísperas de que Néstor Kirchner cumpla dos años al frente del gobierno, el mandatario evaluó su gestión en la "difícil salida del infierno" en que se encontraba Argentina después de la crisis y el estallido de diciembre de 2001, y del default que colocó al país en un limbo internacional.
En entrevistas exclusivas con los diarios Clarín y Página 12, también habló de las relaciones con América Latina, al agradecer el apoyo de su par venezolano Hugo Chávez, coincidir con Luiz Inacio Lula da Silva pero reconocer diferencias con Brasil, y aclarar que "por ahora no viajo a Cuba".
Mientras continúan las difíciles negociaciones del canje de deuda con el Fondo Monetario Internacional, que "se hacen minuto a minuto", Kirchner cumplirá dos años de gobierno el próximo 25 de mayo, en medio de un fuerte conflicto social. Si bien el desempleo disminuyó y está lejos de aquel 18.5 por ciento de 1998, ahora ubicado en poco más de 13 por ciento, los bajos salarios y el subempleo reflejan las dificultades para remontar la vieja deuda social.
En relación con el Mercado Común del Sur (Mercosur), el mandatario peronista consideró que este organismo regional tendrá "un gran futuro si Argentina y Brasil se recuperan económicamente. Lo que pasa es que discutimos intereses. Tenemos asimetrías profundas y hasta que no lo solucionemos no va a tener la viabilidad que tienen otras integraciones.
"El Mercosur es una gran expresión de voluntad política. En los 90, Argentina resignó su rol industrial y era mucho más viable, pero ahora la recuperación del rol industrial genera conflicto. Esto es lo que tienen que entender nuestros hermanos brasileños", explicó.
Con todo, consideró "excelente" su relación en el presidente Lula da Silva, pero recordó que el debate se da porque "hay sectores del establishment brasileño que quieren tener la industria en San Pablo y que todos los demás seamos periféricos"...
En cuanto a su par venezolano Hugo Chávez, Kirchner dijo que "nos ha ayudado mucho en la crisis energética, ha comprado bonos de la Argentina, ha mandado barcos a arreglar a astilleros argentinos, le hemos vendido productos argentinos".
"Es un presidente votado por 60 por ciento de su pueblo, tiene como tal todo mi respeto, más allá de que cada uno tiene su formación y su visión política. Lo mismo me pasa con Lagos (Ricardo) de Chile, otro gran dirigente apoyado por su pueblo", añadió.
Recordó que "Chávez ganó en elecciones legítimas... Claro que hay un problema entre Chávez y un país importante del mundo que trasciende a Argentina".
En cuanto a Cuba, Kirchner dijo que la postura de su gobierno "es clara, nos abstenemos en la ONU cuando la quieren sancionar y rechazamos el bloqueo porque viola el derecho a la autodeterminación de los pueblos".
Sin embargo, "tenemos una visión diferente en muchos temas con el comandante Fidel Castro, a quien respetamos. En materia de derechos humanos, sin desconocer los campos en los que la revolución cubana avanzó mucho, tenemos una visión distinta. Para hacer una visita a un país tiene que haber un correlato de situaciones y circunstancia", señaló.
Kirchner, quien cuenta con entre 60 y 79 por ciento de respaldo en su favor de acuerdo con los últimos sondeos, justificó por otro lado la intención de hacer de las legislativas de octubre un plebiscito sobre su gestión.
"Hay que terminar con la hipocresía. En esta Argentina en la que vivimos de todo, ¿se imaginan un presidente derrotado? Sí me costó ser presidente, por la irresponsabilidad institucional de quienes nos dejaron intencionalmente débiles con el 22 por ciento de los votos... Es cierto que tuvimos el acompañamiento de la sociedad, pero Argentina no puede tener un presidente débil", sostuvo.
El ex mandatario Carlos Menem, también del Partido Justicialista pero de ideología neoliberal, renunció a presentarse en segunda vuelta con Kirchner, previendo que sería derrotado, pero dejando al ahora mandatario con el bajo porcentaje de la primera vuelta.
El país aún está "en el infierno", pero de éste se está "saliendo", agregó el presidente.
Kirchner ha recibido algunas críticas recientemente por condenar los fallos judiciales que permitieron la excarcelación de la ex ministra menemista María Julia Alsogaray, considerada un símbolo de la corrupción de aquella gestión, y del empresario Omar Chabán, considerado uno de los responsables de la tragedia en la discoteca de su propiedad (Cromagnon), que costó la vida a 193 jóvenes a finales del año pasado.
En realidad ambos dictámenes están sujetos a las leyes vigentes, pero el cuestionamiento -explicó el presidente- no es al cumplimiento de la ley sino al hecho de que no se aplica igualitariamente para los miles de detenidos bajo proceso sin condena. Además, sostuvo que su derecho a opinar ante esta situación no significa injerencia en las decisiones judiciales.
"Creo que hay un gran avance en todos los sentidos. La calidad institucional la va a ir cualificando la gente. Hay un gran mejoramiento en la comprensión política de la sociedad. Por allí, no tenemos los dirigentes la misma celeridad para reaccionar. Después de lo que pasó el 20 de diciembre (de 2001), la reconstrucción de la clase dirigente es una asignatura pendiente", señaló.
Paulatinamente, pronosticó, "va a ir apareciendo la dirigencia para consolidar esta transición".