MEXICO SA
Dos Méxicos diferentes, el presidencial y el real
Fox aún defiende el "país de las maravillas"
EN EL MEXICO presidencial y el México real hay diferencias sustanciales. En el primero, por ejemplo, la creación de empleo "alcanza cifras históricas"; de los tres sexenios recientes (es decir, el de la "solidaridad", el del "bienestar para la familia" y el del "cambio"), el actual "ha sido el de mayor número de empleos generados"; el gobierno -como él llama- de Vicente Fox "tiene la mejor tasa de empleo" entre 1988 y 2005; en los pasados cuatro años y medio la desocupación abierta "prácticamente se ha mantenido sin alteraciones", "es menor" que la reportada en países altamente industrializados y el número de "emprendedores" ha crecido como la espuma. En resumidas cuentas, "hoy la gente está mejor que nunca, el país está bien y sus indicadores están bien", de tal suerte que no hay que hacer mucho caso de lo que por ahí se lee y se escucha".
EN EL SEGUNDO, TAMBIEN por ejemplo, los indicadores oficiales registran que en los cuatro años y medio del gobierno del "cambio" no se ha creado un sólo empleo, en términos netos; que de los tres sexenios recientes, el actual es el que peores resultados laborales reporta; que en ese lapso el desempleo se ha incrementado más de 180 por ciento, y que cuatro millones de mexicanos (dos y dos) se han incorporado a la economía informal y a la economía estadunidense.
ESAS HAN SIDO las constantes a lo largo de los 54 meses transcurridos desde que Vicente Fox se sentó en Los Pinos: por un lado, la defensa retórica de un inexistente país de las maravillas; por el otro, la drástica realidad en un país que, a pesar de sus gobernantes, no pierde lo maravilloso.
LA SEGUNDA VERSION es la que cuenta y la que permanentemente ha sido documentada a los largo de esos 54 meses por medios de comunicación, analistas, investigadores y muchos mexicanos más preocupados por la situación. Por ello, extraña que sorprendan los resultados de la investigación realizada por The Economist Intelligence Unit, publicada en la edición sabatina de La Jornada.
LA REACCION DE DISTINTOS políticos en torno a los resultados de dicha investigación se aproxima al asombro, cuando a lo largo de esos 54 meses, prácticamente de manera cotidiana, el inquilino de Los Pinos y su gabinetazo han aportado energía suficiente como para mantener permanentemente encendidas las señales de alarma, que de tiempo atrás dichos personajes tendrían que haber registrado.
UNO DE ELLOS, sorprendido, dijo que una publicación "con el prestigio y la credibilidad de The Economist viene a confirmar lo que señaló el embajador de Estados Unidos en México, Anthony O. Garza -si bien se equivocó de país y de foro al hacerlo-, quien tuvo razón al adelantar que la economía en el país se ha contraído durante el presente sexenio". Se supone que este legislador tendría que contar con registro de la situación, sin necesidad que de ella dieran cuenta The Economist y el embajador Modelo, porque si no es así, ¿en qué ha dedicado su tiempo?
SUBRAYA LA INVESTIGACION de Economist Intelligence Unit que a lo largo de esos 54 meses "la economía no logró crear un solo empleo formal en términos netos, y por el contrario se perdieron plazas. En cambio, el empleo informal no dejó de crecer. Las calles de las ciudades mexicanas, saturadas de vendedores ambulantes que no encuentran otro tipo de ocupación, se han convertido en la válvula de escape a la frustración social por falta de oportunidades económicas, pero al mismo tiempo el fenómeno amenaza la viabilidad del aparato productivo".
DE 2000 A 2004, LA economía subterránea fue la única donde creció el empleo, y cada vez se hace más grande. Algunos economistas calculan que la mitad de los trabajadores del país subsisten como vendedores callejeros o trabajadores que sólo tienen seguro el pago de ese día porque la economía legal no tiene nada que ofrecerles y no existe una red social que proteja a los desempleados. "Para México, esta legión de emprendedores al margen de la legalidad es al mismo tiempo una bendición y una maldición", señala la investigación.
EL PRESIDENTE FOX NO pierde oportunidad para asegurar que los resultados económicos de su gobierno "van en línea" con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2000-2006, pero también en este renglón uno es el y otro el texto del PND.
EL COMPENDIO DE BUENAS intenciones, otra vez por ejemplo, subraya que el objetivo de la política económica del gobierno foxista es promover un crecimiento sostenido y dinámico que permita crear los empleos que demandarán los millones de jóvenes que se incorporarán al mercado de trabajo los próximos años, que permita abatir la pobreza y que abra espacios a los emprendedores".
ESTO ULTIMO LO HA logrado porque alrededor de 3.7 millones de mexicanos se han incorporado a la informalidad y al desempleo, lo que en Los Pinos llaman "emprendedores", sin contabilizar a los que han emigrado.
EL PND TAMBIEN establece que fomentará un crecimiento incluyente que dé oportunidades a todos y en el que la disponibilidad de instrumentos para participar en la economía no sea privilegio de unos cuantos, y que, "ante la transición demográfica, aproveche las oportunidades de una población económicamente activa en crecimiento y, al mismo tiempo, asuma los retos del aumento en la demanda de empleos y de la inversión en capital humano".
Las rebanadas del pastel:
ALGUNOS DE LOS asombrados políticos por los señalamientos de The Economist Intelligence Unit concluyen que el de Vicente Fox es "el sexenio perdido, desde la época de la Revolución Mexicana hasta la fecha". Por lo visto, el de Miguel de la Madrid les pasó de noche o, en su defecto, cómodamente despachaban del otro lado del escritorio y por ello no tuvieron registro. Lo cierto es que desde tres décadas atrás la economía mexicana no da una.