El 11 de mayo, en Michoacán, el presidente Fox aseguró que el suyo es un gobierno responsable porque no aumenta la deuda del país. "No hemos tomado más endeudamiento que el que recibimos; al revés, vamos a entregar menos compromiso de deuda externa de la que recibimos del gobierno anterior". Y añadió: "no estamos empeñando el futuro de nuestros hijos... no salimos a comprometer el futuro de nuestros hijos para meter más gasto y más obra sólo por quedar bien con la generación actual, sólo por hacer sentir mejor a algunos grupos, o sólo por presumir cosas como tarea de gobierno".

Efectivamente. En el actual gobierno la deuda pública externa ha disminuido. Decreció de 84 mil 600 millones de dólares en diciembre de 2000 a 78 mil 592 millones en marzo de este año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda. Esto representa un descenso de 7 por ciento. Bajar la deuda externa seis mil millones de dólares suena bien. Pero no tanto si a continuación se señala que entre 2001 y 2004, según la misma fuente, el gobierno federal transfirió al extranjero 27 mil 869.8 millones de dólares para pagar exclusivamente los intereses que genera ese pasivo. Si bien la deuda externa disminuyó marginalmente, con la interna ocurrió lo contrario. La colocación de bonos en el mercado local elevó este pasivo gubernamental de 675 mil 107 millones de pesos en diciembre de 2000 hasta un billón 127 mil 706 millones en marzo anterior. Esto es, un incremento de 67 por ciento.

El gobierno del presidente Fox, adicionalmente, ha llevado a Pemex a ser la empresa petrolera más endeudada del mundo, con pasivos por 937 mil millones de pesos, 126.8 por ciento más que al cierre de 2000. Estas también son cuentas que hay que presentarle a la generación actual y a las venideras§