Vientos huracanados, alientos vitalísimos
Entre las instrumentaciones preferidas de la melomanía más distinguida figura, brilla, destella, la música escrita y/o (aé aé) arreglada para la parafernalia alucinógena de la familia de los alientos-metales.
Y de entre la pléyade de alientistas prodigiosos destaca con fuerza el conjunto supremo Canadian Brass, que nos ha dotado de una discografía impresionante a lo largo de los años y que ahora nos entrega un nuevo tesoro y por partida doble: el disco compacto titulado Canadian Brass. Seen and Heard, que como su nombre lo indica acarrea los efluvios sonoros y sus complementos icónicos, pues el primer tomo de esta entrega doble contiene 22 deliciosos tracks de música y el segundo es un fabuloso dvd con videos que ellos irónicamente llaman caseros (por su talante doméstico en cuanto espejean las vidas personales de sus integrantes) en los que ejecutan el mismo repertorio con algunas variantes nobles, como son todas sus partes (así lo formularía el mismísimo Johann Sebastian Mastropiero).
Inicia esta joya discográfica con obras del esplendor barroco: el célebre Canon de Pachelbel, la cósmica Sonata pian'e forte del maestrísimo Giovanni Gabriela; además de su espectacular Canzon in echo duodecimi toni (Canción en eco del tono duodécimo, que remueve el mismísimo duodeno) y su fabuloso Concerto for due trompetai.
El discurso magistral de estos maestros canadienses sigue en orden cronológico hacia Beethoven, Wagner (una versión de la Cabalgata de las Valkirias que pone la piel chinita) y desemboca de lleno en las delicias del ragtime, y uno de sus hijos predilectos: el arte del jazz.
Brillantísimo esplendor.