JAZZ
Hernán Hecht y X-Pression Quartet, hoy en el Cenart
EN TODA LA extensión de la palabra jazz cabe decir muchas cosas, pero pocas suelen aterrizar tan bien en ella como X-pression quartet.mx, el primer disco de Hernán Hecht y su X-Pression Quartet, un proyecto que nació con Aarón Cruz en el contrabajo, Mark Aanderud en el fender rhodes (piano eléctrico), Francisco Lelo de Larrea en la guitarra y Hernán en la batería y los conceptos fundacionales.
EN NOVIEMBRE DE 2003 Mark se va a vivir a Estados Unidos, Francisco se su-merge en otras dinámicas (actualmente acompaña al cantante Alejandro Fernández) y al año siguiente, en enero, Hernán invita al pianista Gabriel Hernández y al guitarrista Ken Basman (cubano y canadiense, respectivamente, radicados en México) para grabar el disco. Dos meses después el cuarteto, ahora multinacional, entra al estudio de grabación.
EL RESULTADO ES excelente. El disco logra una sonoridad diferente y enormemente gratificante, no sólo como producto del amasiato entre las electricidades del fender rhodes y la guitarra, sino porque los músicos, empezando por la añeja mancuerna Hecht y Cruz, han logrado armar un entramado jazzístico que sienta sus reales en la más absoluta contemporaneidad sin perder nunca de vista las raíces. Ahí están las alas para volar y los pies de plomo para no perder del suelo.
EGRESADO DEL INSTITUTO Tecnológico de Música Contemporánea, en Buenos Aires, Hernán lleva ocho de sus 29 años radicando en México, por lo que su hechura y madurez musicales se han dado aquí, y será por eso, pensamos, que el título de este compacto es X-pression quartet.mx. Su decir está en las rutas del porvenir, estalla en un speed de tintes épicos, vaya, epopéyicos (X-pression); pero resulta imposible olvidar los murmullos de la pampa o los callejones del tango (Maru). Aunque el disco, como todos los de su especie, habla por sí mismo.
CADA UNO DE los integrantes colabora con una composición, desde la abridora X-tension, de Aarón Cruz, con una dureza franca, directa, elegante y hardbopera que se prende al intelecto de tus intestinos desde los primeros compases. El recorrido te lleva después a extensos ecos zappeanos (Aanderud), a trazos apenas insinuados de aires cubanos (Hernández) y a elementos de Serguéi Prokofiev filtrados por la sintaxis de Thelonious Monk (Basman).
PARTICULARIDAD EVIDENTE DEL disco es el sonido del fender rhodes, un piano que para muchos es una reliquia pasada de moda, pero que en los tratamientos y diseños de X-Pression Quartet adquiere una vigencia y una nueva factura estética realmente emocionante. En México algunos jazzistas ya habían usado el rhodes en sus grabaciones, aunque a cuentagotas y en planos más bien tradicionales, como es el caso de Eugenio Toussaint para interpretar Azul, de Agustín Lara, y Sabor a mí, de Alvaro Carrillo; Vico Gutiérrez lo hizo en Oración caribe, también de Lara, Iraida Noriega juega con él en Sonora Onosón y hasta el propio Gabriel Hernández lo usa en un tema de Magos Herrera.
NOS LLAMA TAMBIEN la atención que en X-Pression quartet.mx no hay grandes solos de batería; el maestro Hecht prefiere armar su discurso percutivo, desde la visión del conjunto, en medio del cuarteto, donde omnipresente nos da una inmejorable cátedra de lo que es la pasión, la estética contemporánea y el sentido de la homogeneidad.
"LO QUE INTENTE meter en este disco es naturaleza -nos comenta el baterista-, no tenía una pretensión más que hacer que sonara natural, que la música se asentara, que mis compañeros se apoderaran de la música y la tocaran como ellos la sintieran; eso significa que hay una dirección, pero no una obligación estética; más bien era un ejercicio de permitir y dejar pasar las cosas. Ahora que lo escucho encuentro detalles que me gustaría cambiar y mejorar y muchos etcéteras, pero eso es parte del juego; de hecho no creo que algún día pueda escuchar un disco donde yo toque y me sienta completamente feliz; pero en definitiva estoy contento, me gusta el aire que se creó en el disco."
UN AIRE TAMBIEN de desenfado, pues el cuarteto se dio tiempo de jugar en el estudio. Al final de X-tension se escucha a Gabriel Hernández iniciando los compases de Fefita, un danzón tradicional cubano, y al resto del grupo siguiéndolo con excelente humor. Igual sucede con un hidden track.
HERNAN PRESENTARA hoy este material en la Plaza de las Artes del Centro Nacional de las Artes, a las 13 horas.