Usted está aquí: sábado 21 de mayo de 2005 Cultura Singular instrumento sonoro y herramienta para la ''sanación''

Recital de Gibrán Cervantes con su urukúngulo

Singular instrumento sonoro y herramienta para la ''sanación''

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Gibr�Cervantes, ayer, durante un ensayo con su uruk� en el Claustro de Sor Juana FOTO Jos�arlo Gonz�z

Más propio del terreno de la ciencia ficción que de la música, así es el urukúngulo, singular mecanismo concebido por el mexicano Gibrán Cervantes, en el cual se combina una serie de instrumentos de percusión tradicionales, como tambores bata, tabla, congas, sonajas y platillo, para ''la vibración de sonidos armónicos".

El diseño, la construcción y la función de este aparato sonoro, que yace dentro de una estructura poliédrica de 2.68 x 2.82 metros de largo y ancho, respectivamente, de la cual se desprenden cuerdas metálicas, trasciende los aspectos estéticos y artísticos para convertirse, según palabras de su creador, en un vehículo de sanación.

Es decir, explica el músico, compositor e inventor nacido en 1976, su objetivo consiste en generar un estado de equilibrio y bienestar físico, emotivo e intelectual, más que buscar sólo el goce o la recreación de los sentidos. Eso se aplica al intérprete como al escucha.

Y es que, agrega, un problema de la música convencional es que ha perdido su sentido primigenio de propiciar estados anímicos, emotivos y espirituales de los que la gente participe directa y creativamente.

''La música no es para presentarse en escenario. Eso es algo contradictorio. La música es un regalo de la naturaleza, algo que debe hacerse de manera activa e involucrar a todos, aspecto que se ha perdido en los conciertos, donde los escuchas permanecen pasivos, sólo recibiendo y nunca integrándose", señala en entrevista.

Por recuperar la noción de lo ritual

''La música -prosigue Gibrán Cervantes- es una ceremonia, un ritual, algo que se ha relegado a los conciertos, que son una imposición del mundo occidental. Hemos perdido esa noción de lo ritual, que tiene que ver con los procesos naturales. Por eso busco compartirla de manera diferente."

Esa forma de pensar del músico -quien cursó estudios en el Centro de Investigación y Estudios Musicales (CIEM), en México y en el Instituto Superior de Arte, de La Habana, entre otras instituciones- explica su falta de interés por interpretar música convencional con el urukúngulo.

Por ello no lee partituras y basa la ejecución en siete piezas de su creación, así como en improvisaciones tomadas de ritmos bata. ''Trato de romper convencionalismos. La música cura. Hay que sanar el alma, las relaciones humanas, saber si se está contento con lo que se hace".

Hoy se apreciará el funcionamiento del urukúngulo en el concierto Nueva música de México y la India, a las 20:30 horas, que Gibrán Cervantes ofrecerá con su colega indú Ganesh Anandan en la Universidad del Claustro de Sor Juana (Izazaga 92, Centro Histórico).

 
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